- Nahoya, detente - Senju sujeto su hombro al ver al mayor entrar a la mansión - El maestro te... ¡¿Qué les pasó?! - Nahoya solo viró los ojos con molestia y continuo su camino tras bufarle a la menor.- Nahoya Kawata, exijo que te detengas -
- Nana, no puedes exigirme nada ahora - contraatacó dejando a los menores sobre el sofá, pronto llegaron varios de la servidumbre.
A Nahoya le importó lo más mínimo y continuo con su trabajo, busco el botiquín y bajo la mirada de todas inicio a desnudar a los menores.
- ¡Joven maestro! - volvió a girar con molestia los ojos, está vez dedicándole una mirada cargada de fastidio a la mujer que se escandalizaba.
- Ayuda o lárgate - Yuzuha habló corriendo con vendas en sus manos.
Nahoya afirmó, por fin, alguien pensaba lo mismo que él, continuó con su trabajo, apenas logrando controlar el temblor en su cuerpo, la adrenalina aún seguía corriendo por sus venas y las ganas de golpear le cosquilleaban. Estaba furioso con todo, en especial con él mismo ¿Por qué demoró? Si hubiera llegado minutos más antes ellos no estarían ahora así.
Ya las heridas estaban tratadas; Sou, tenía dos costillas fracturadas y un brazo fisurado, Rindou por otro lado tenía una contusión en su cabeza no tan grave y una pierna fracturada. Lo demás eran golpes en el cuerpo que no se veían tan graves pero que igual fueron tratadas, Ran estaba en la entrada, con la mirada atenta en Nahoya.
Las lágrimas brillaban en los ojos claros, y tras escuchar que el médico llegó para revisar a los dos menores se levantó de su lugar y salió a pasos grandes fuera de la mansión.
Suspiró cuando salió de todo el caos y pronto la ira le volvió a consumir, de nuevo golpeó y tiró de lado a lado, está vez lastimando su cuerpo contra el gran muro de contención. Quería gritar mientras golpeaba pero no podía, su garganta se sentía seca, con frustración se tiró al suelo ahogando un grito contra sus muslos.
Y ahí se dio cuenta, su uniforme estaba llenó de sangre y rasgado en ciertas partes, sus nudillos estaban raspados y con rastros de sangre y tierra, sus piernas mostraban pequeños hematomas. Si así estaba su parte inferior no quería ver su rostro.
- Smiley... - levantó la cabeza encontrando al mayor de los Haitani a unos metros de él, su rostro sereno ahora se le veía distorsionado.
Su nariz arrugada y el pánico en sus ojos amatista dejaban a un Nahoya aún más avergonzado, Ran camino hasta él y no desaprovecho para acariciar el rostro magullado. La brisa era fuerte dejando el cabello rebelde alborotarse más - Cariño ¿Que te han hecho? - y de pronto, Nahoya de nuevo era el pequeño que se aferraba a los brazos de su madre.
No supo cómo pero ante sus ojos llenos de lágrimas, Ran Haitani ya no era el hombre tosco y dominante que todos conocían, las caricias suaves en su rostro y espalda hacían temblar su cuerpo aún más, el contacto le hacía cosquillear y sentirse cálido. Pronto quedó dormido en brazos de Ran Haitani quien no dudó en alzarlo y llevarlo a su habitación.
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MAESTRO HAITANI [RanLey]
FanfictionTras la muerte de sus padres Nahoya decide aceptar trabajar en la mansión Haitani, él no pensaba en tener ningún amorío, su idea solo era estar al pendiente de su menor y cumplir con la cuota de las deudas dejadas a su nombre. Todo esto iba bien ha...