Catorce.

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Sus párpados se abren tan perezosamente como se puede, la luz los lastima lo que la causa un severo dolor de cabeza; tiene un ligero déjà vu con esa sensación, sin tanto dolor

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Sus párpados se abren tan perezosamente como se puede, la luz los lastima lo que la causa un severo dolor de cabeza; tiene un ligero déjà vu con esa sensación, sin tanto dolor.

Siente una extraña sensación de desconexión mientras frota su frente en busca de alivio; sus ojos viajan alrededor reconociendo el entorno en que se encontraba, su habitación.

Él no recuerda mucho, no recuerda nada en absoluto pero cada vez que piensa o comienza a cuestionarse una sensación similar a un pellizco en su cebero lo ataca.

Dirige una mano por debajo de su cuello palpándolo, pasan varios segundos tocando, hasta que tiene la seguridad de que su miraculous no está ahí.

Olvidando el cansancio inicial está de pie en un segundo, baja la vista buscando el broche, pero no hay nada, esa parte de su traje está vacía, ¿Dónde lo pudo haber dejado?

Sus manos se movían de manera frenética levantando las sabanas y almohadas sin éxito, palpando cada rincón en busca de su miraculous; cada segundo que pasaba sin encontrarlo aumentaba su ansiedad haciendo que su corazón lateral con mayor intensidad.

Sus dedos se adentran entre las grietas y pliegues buscando desesperadamente, bajando de la cama se coloca de rodillas y comienza su búsqueda por debajo, el broche no puede moverse solo, ni Nooroo puede sin su autorización.

Introduce la mano arrastrándola en caso de sentir cualquier cosa, la sensación de desesperación y frustración se apoderaban de él.

-¿Qué es todo esto? –Detiene sus movimientos en seco. Casi vuelve a retomarlos creyendo que ha escuchado mal–, ¿Querido? –La voz es una llamada de que no lo está imaginando, inclina su cuerpo para voltear hacia la voz.

-¿Emilie? –El primer pensamiento que tiene es que se trata de un sueño, una cruel jugada de su imaginación. Mientras se levanta tratando de averiguar si es un sueño.

-¿Qué estás haciendo? –Su boca se abre para responder pero nada emerge, no debería decir que busca su miraculous–, ¿Gabriel? ¿Qué te sucede? –Acercándose bruscamente a él, por mera inercia da un paso hacia atrás.

Emilie ignora aquel suceso tan extraño y vuelve acortar la distancia que los separa; el hombre frente suyo parece estar en perfecto estado, salvo por la mirada asustada que le da.

-No encuentro mí... –Empieza a respirar de manera rápida– ¿Emilie?

Emilie extiende su mano hacia él con una sonrisa suave y cálida en los labios, Gabriel de encontraba inmóvil, incapaz de apartar la vista de ella, el miedo e incertidumbre se entrelazan en su interior.

Una serie de preguntas invadieron su mente, ¿Ella era un fantasma? ¿Un producto de su imaginación? ¿Estaba perdiendo la cordura? 

A pesar de sus dudas, extiende tímidamente la mano, Emilie la toma con suavidad envolviéndola en un toque reconfortante. La calidez de su mano, la suavidad de su piel, todo era demasiado real para ser una ilusión.

Incondicional  ‖Gabenath‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora