IV. Es Amor

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Hace tiempo una joven Hitori se encontraba viéndose hacia el espejo una y otra vez; su pelo estaba a la altura de sus hombros, aquella liga era ahora un par de cubos con esos mismos colores amarillo y azul, y con una sonrisa se formaba en su rostro. Se veía en diferentes ángulos, moviéndose de lado al lado, acomodando su fleco de distintas formas y eventualmente deteniéndose para verse directamente ante aquel espejo.

Había un brillo en sus ojos celestes que no había notado antes, un brillo que mostraba toda la vida que había en esta chica, un brillo que le pertenece solo a ella; el brillo de Hitori Gotoh.

Hoy, viéndose en ese mismo espejo, ella veía ese mismo brillo en sus ojos mientras se arreglaba para finalmente confesarle a Kita lo que llevaba en su cabeza durante este tiempo, y dejarle ver todos los colores que emanaban de aquella luz.

Tras unos minutos ya estaba completamente arreglada con una sudadera de un rosa pálido y una camisa amarilla igualmente pálida, una falda negra y unas calcetas rosas resaltando de sus zapatos negros, unas gafas que en palabras de su novia le quedaban perfectas, así como con solo un poco de base de maquillaje con tal de verse lo mejor posible sin resaltar tanto; esto era más que suficiente para ella, y más importante, sabía que era más que suficiente para la chica que ama, aquella chica que tanta confianza le ha dado para arreglarse más allá de usar ese chándal rosa.

Eventualmente, salió del cuarto con algo entre manos: se trataba de una foto de ella en aquellos primeros años de descubrir quién era en realidad. Ya sabía cómo iniciar su conversación, y aun si los nervios la atacaran en ese momento, sabía que podía hacerlo.

Bajo a la sala que llevaba ya un par de horas vacía, su familia ya había salido quedando solo ella y Jimihen resguardando la casa, se sentó en el sofá y tomo su teléfono revisando los mensajes que había dado a su novia en la mañana; más allá de sus ya usuales "Buenos días, lindura \^o^/ ❤️" se notaba la emoción que tenía Kita al hablarle tras el mensaje que Bocchi le dejo la noche pasada, sonando aún más alegre de lo usual cuando le mostraba su outfit de hoy e incluso publicando en su Issosta un simple fondo rosa con un texto que decía "Hoy será un gran día 💖" poco antes de salir de su casa.

Tras estos pocos días en que evitaban hablar sobre este fin de semana se sentía bien que ahora ambas sentían emoción por este par de dias, y lo cierto es que ver a Kita así aceleraba su corazón al punto de tirarse al sofá solo pensando en lo increíblemente linda que es su novia, y en lo enormemente afortunada que se siente de tener a una persona como ella en su vida. 'Linda...' pensaba Hitori, aquella palabra predilecta de entre todas las que describían a Kita para ella.

Ahora que todas sus dudas se habían ido de su mente, Bocchi no hacía más que pensar en lo tanto que Kita realmente significa para ella, sabiendo perfectamente cuanto ella significa para su novia. Viendo hacia su falda, pensaba en el hecho de que antes de enamorarse de ella jamás hubiera sido capaz de vestirse de esa forma, jamás hubiera querido arreglarse por cuenta propia ni mucho menos usar hasta lo más mínimo de maquillaje en su rostro, nunca hubiera sido capaz de decir a alguien que la ama de esta forma, nunca hubiera sido capaz de sentirse así de completa.

No solo había avanzado todo gracias a su novia, sino que era capaz de sentirse feliz de haber avanzado, feliz de ser mejor que la Hitori del día pasado y está mejor que la del antepasado, se sentía feliz de sentirse como ella misma incluso más que antes.

Kita significa el universo entero para Hitori, y el universo nunca deja de crecer.

Un par de horas pasaron, horas en las que Bocchi pensaba en la conversación que tendría con Kita vagamente; imaginando como es que diría ciertas cosas en su cabeza una y otra vez hasta que algo sonase lo suficientemente bien como para que su novia fuese capaz de entenderla. Lo cierto es que explicar esta clase de temas le parecía complicado, no solo por el hecho de nunca haberlo hecho de una forma así de directa, sino porque explicar con palabras algo que solo tú y la gente como tú puede sentir era más difícil de lo que podía parecer.

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