Siempre correré hacia ti

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Unas de las cualidades que el cordobés encontraba molesta de su DT era no saber descifrar sus expresiones faciales, el hombre era un genio escondiendo las emociones contenidas y en ese momento podía jurar que quería asesinarlo con sus propias manos. La postura de Scaloni se mantuvo serena esperando que el jugador le dijera que era un chiste estúpido y no se le había ocurrido de verdad pedir bajarse del próximo partido.

Cristian desde que termino el amistoso con Australia estuvo practicando las diferentes maneras de enfrentar al técnico, sin embargo, de nada sirvió porque este lo miro y lo mando a dormir. Entonces al no poder apelar a su solidaridad lo obligo a utilizar sus dotes dramáticos e ir a llorar al hombro del único hombre que podía ayudarle si le contaba la razón de esa abrupta decisión.

Claramente Aimar no permitiría que el equipo se quede sin un defensor, entonces elaboró un minucioso plan de contraataque ante la negatividad del técnico a dejarlo ir. Su defensa fue clara y precisa, el chico estaría concentrado para la próxima fecha si podía asegurarse personalmente de que el coreano se encontraba bien, en caso de que sucediera lo contrario Cristian Romero aceptaría la decisión de Lionel a no volver a convocarlo a la sección y Aimar presentaría la renuncia voluntariamente. Aunque esto ultimo fue para poner más presión al asunto, porque Scaloni no dejaría ir tan fácil a su ayudante.

Si bien Cristian se avergonzaba de su pésimo rendimiento y de fallarle a sus compañeros, no podía concentrarse en otra cosa que no fuera Son Heung-Min.

La última conversación que mantuvieron el coreano se veía muy desanimado al quedar afuera del amistoso que tendría Corea del sur, por la simple razón de que se estaba recuperando de su reciente intervención quirúrgica. Noticia que también el argentino se enteró a través de una llamada por un simple descuido de Son, que al darse cuenta de su error se excusó diciendo que no era su intención preocuparlo con algo insignificante.

¿Cómo se atrevía a pensar así? si él no quería cuidar su salud, Cristian lo haría sin importar si el motivo era por el club o no. 

Esa misma tarde abandonando sus obligaciones se presentó delante de Heung-Min, quien apenas lo vio se abalanzo a sus brazos, al fin podia dejar de lado la máscara y ser el mismo.

- cuando el de seguridad te nombro, no podía creer- comento con una extraña felicidad mezclada con una leve congoja- estás loco Gabrielito.

- vine para darte una paliza- tiro del cabello de Heung-Min a modo de protesta mientras escondía el rostro en su cuello- ¿Qué voy a hacer con vos Sonny? No puedo creer que estoy enamorado de un tonto.

-Cutie...- el recién nombrado abandono su lugar favorito para mirarlo somnoliento- primero trate de descansar, se ve terrible.

Evitando soltar algún tipo de comentario malicioso cerro la boca, recibir un poco de cariño no le venía mal así que dejo que lo llevara a la cama. En el camino le informo que seguía con las zapatillas puestas y que si lo llegaba a retarlo por ensuciar algo la culpa era toda suya. Asunto que Sonny paso por alto y continúo caminando.

-Se supone que esto lo tendría que hacer yo- señalo al ser arropado- dormí conmigo

Heung-Min se mantuvo de pie indeciso ¿Quién define lo que es correcto? Porque lo correcto sería retirarse, marcar ese límite de una vez por toda, uno de los dos debía ser racional y darse cuenta de que estas vueltas no les hacía ningún bien si querían intentar mantener una amistad o hacer el intento.

-Deja de pensar tanto, tu cabecita está a nada de explotar– susurro Cristian, era evidente que si no lo iba a buscar y lo traía a la fuerza no se movería de ahí-.

 Una vez que se acomodaron en la misma cama sus manos quedaron entrelazadas evitando caer en la absurda necesidad de pegarse al otro y en cuestión de segundos Cristian se quedó profundamente dormido aferrado a la cintura del contrario posesivamente, inconscientemente delataba sus verdaderos temores y uno de ellos era perder por completo a Heung-Min sin que este le diera la oportunidad de demostrar que realmente valía la pena estar con él.

Todo Por una CamisetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora