Capitulo 1

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-Es una locura lo que querés hacer Ali- Habló su Sabri, su amiga mientras Alana preparaba sus valijas -¿Cómo te vas a ir de un día para el otro a Barcelona, sin nada? Sin trabajo, sin casa-

-Sé que es una locura Sabrina- La interrumpió -Pero tengo que arriesgarme si quiero conseguir una mejor vida-

-¿Y la carrera, qué vas a hacer?-

Alana tenía diecinueve años y vivía en Argentina, específicamente en Rosario, estudiaba lic. en nutrición y estaba en su segundo año, era una chica muy alegre y carismática, hija única de padres muy estrictos los cuales querían que su hija fuera la mejor licenciada, amaba bailar en su tiempo libre y soñaba con vivir de eso, pero sus padres nunca aceptaron que su hija elija la danza como una profesión.

-Voy a rendir las materias cuando vuelva, no me voy a quedar para siempre en España- Siguió guardando sus cosas -No voy a dejar la carrera, voy a terminar para que mis papás estén satisfechos y yo poder hacer lo que me gusta- Dijo terminando de cerrar una de las tantas valijas -Ya me inscribí en el instituto de baile, anoche lo hice-

-No puedo creer que lo vas a hacer, pero sabés que contás conmigo-

-Muchas gracias amiga- Ambas se dieron un fuerte abrazo.

-¿Cómo se lo vas a decir a tus papás?- Preguntó la chica al separarse.

-No lo haré-

Los ojos de Sabrina se abrieron como si algo espantoso estuviera sucediendo justo frente a ella.

-Es mucho Ali, te van a matar- Su preocupación se notaba en el tono de voz.

-No van a poder hacer mucho estando del otro lado del mundo-

Alana siempre había sido muy impulsiva, y cuando quería algo no paraba hasta conseguirlo, pero el baile había sido una gran excepción en su vida.

A los dieciocho años, cuando había llegado el momento de elegir una carrera universitaria, ella estaba totalmente convencida de que quería ser bailarina, enseñar y trabajar ello, pero Marcelo y Jorgelina, sus padres, nunca estuvieron de acuerdo, creían que era tiempo perdido y no podría sustentar sus gastos bailando, por lo tanto, Alana tuvo que conformarse con solo tomar clases en sus tiempos libres y elegir otra carrera universitaria, lo que más se acercaba con lo que ella hacía, ya que el baile requería de una buena alimentación para un buen rendimiento, eligió nutrición.

-Necesito que me lleves al aeropuerto, esta noche- Pidió la rubia -Le voy a decir a mamá que nos vamos a tomar algo por ahí-

-No estoy de acuerdo con todo esto, pero sí con que sigas tus sueños- Alana sonrió y Sabrina liberó un suspiro -Paso a las diez- 

(...)

-Voy a salir con Sabrina, a tomar algo- Dijo Alana mientras su madre preparaba la cena.

-Alana, sabés que no me gusta que salgas de noche-

Alana suspiró, harta de la sobreprotección de su madre.

-Vamos en el auto de Sabri, ma-

Su madre suspiró y dejó el cuchillo con el que estaba cortando las verduras de lado.

-A la una en casa-

Ali sonrió y asintió con la cabeza para luego subir a su habitación. Se tiró en su cama y le envió un mensaje a su amiga diciéndole que la esperaba a las diez.

Pasaron las horas y Alana y su amiga ya estaban rumbo al aeropuerto de Funes, el vuelo saldría alrededor de la medianoche, así que estaban con el tiempo bastante bien, sin ningún tipo de imprevisto o distracción, llegarían en una hora o quizás menos.

¿Destino o Casualidad?/ Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora