Capítulo 12

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Ali comenzó a abrir los ojos lentamente, su cabeza le dolía como si un camión le hubiese pasado por arriba.

Se incorporó rápidamente al girarse y ver al sevillano durmiendo a su lado.

Se puso de pie junto a la cama y frotó sus manos en su rostro, no recordaba cómo había terminado durmiendo con Gavi, y rogaba que no hubiera pasado nada.

Sus pensamientos se evaporaron cuando sintió como el muchacho se movía perezosamente en la cama.

-Gavi, despertate- Llamó quitando las sábanas de encima.

-Mmh, un ratito más- Contestó aún dormido.

-No, vamos- Mirando la hora en su celular -Son casi las doce del mediodía Pablo, despertate-

Comenzó a sacudirlo desde los hombros haciendo que abra los ojos.

-Dios, Ali- Protestó pasando sus manos por sus ojos -Quiero dormir, hoy no hay entreno-

Alana bufó.

-Ya se tarado, pero dormimos juntos y espero que Stella no nos haya visto o me puedo morir de la vergüenza-

El chico se sentó en la cama y la miró.

-No pasó nada sí eso es lo que te preocupa-

La argentina respiró aliviada.

-Gracias-

Gavi rió.

La chica se acercó a la puerta de la habitación y la abrió asomándose, corroborando que la dueña de la casa no esté.

Al no ver a nadie, se cruzó al cuarto de la mujer y golpeó la puerta, nadie respondió.

-No hay nadie- Avisó entrando de nuevo a su pieza. Gavi seguía sentado en la cama tratando de espabilarse.

-¿Puedo tomar una ducha?- Preguntó el sevillano y la chica accedió.

Se dirigió hacia su armario, sacó un toallón color blanco y se lo dió.

El jugador se puso de pie y se dirigió al baño.

(...)

Alana se encontraba en la cocina preparando algo para comer, en la mesa, Stella le había dejado una nota avisando que saldría a almorzar con unas amigas y volvería a la tarde.

Ali sintió como la puerta del baño se abría y segundos después, Gavi se hizo presente en su campo visual con la misma ropa con la que había dormido.

-¿Querés comer?- Preguntó la chica -Hice dos sandwiches-

-Pues sí, muero de hambre y en La Masía ya pasó la hora del almuerzo- Tomó asiento mientras la chica terminaba de preparar el último sandwich.

Al terminar, colocó la comida sobre la mesa y ambos comenzaron a comer.

-Se nota que no estáis acostumbrada a beber tanto- Habló el sevillano en un tono burlón.

Ali rodó los ojos.

-Fue un desliz-

-Cómo tú digas- Dándole un mordisco a su bocadillo.

-Decime que no hice papelones, por favor-

Gavi negó con la cabeza.

-Te logré rescatar antes-

Ali rió.

-Gracias-

-Por nada- Respondió -Y de esto, ni una palabra a nadie- Refiriéndose al hecho de haber dormido juntos.

¿Destino o Casualidad?/ Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora