Capítulo 3

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-Ya ordené todo y guarde las comidas que sobraron en la heladera- Le informó Ali a su jefa.

-Muchas gracias Ali, te espero mañana al mediodía- Anastasia, su jefa era muy amable y simpática y la había ayudado mucho el primer día de trabajo.

El turno de la muchacha terminaba a las ocho de la noche, así que cogió sus cosas, se despidió de la mujer y salió del lugar para ir a tomar el metro.

Mientras caminaba hacía la salida del club, frenó para revisar en su mochila y buscar la tarjeta para pagar el boleto.

-¿Buscáis algo?- Una voz masculina se oyó detrás de ella y la chica giró.

Era Gavi quien venía caminando con su bolso de entrenamiento en su mano.

-Sí, mi tarjeta del metro- Soltó una risa - No se donde la metí-

Gavi rió.

-Acá está- Dijo sacando la tarjeta de la mochila y cerrándola.

-¿Vives lejos?- Preguntó el sevillano.

-A media hora-

-Entonces te llevamos, esperamos a Pedri y vamos- Dijo.

Ali se negó de inmediato.

-No, está bien, es lejos y les voy a hacer perder tiempo-

-No es una pérdida de tiempo-

En ese entonces, Pedri apareció.

-¿Vamos?- Le preguntó a Gavi -Oh, hola soy Pedri- Al percatarse de la presencia de la chica, le extendió la mano para saludarla.

-Hola, soy Alana-

-Pedri, llevemos a la Ali a su casa, ¿no hay problema no?-

-Por supuesto que no- Respondió el canario -¿Dónde vives?-

-Sé la dirección pero no como llegar si no es en metro- Los chicos fruncieron el ceño -Hace tres días llegué a Barcelona-

Ali se había puesto un poco nerviosa.

-Tranquila- Respondió Pedri -Dime la dirección y la ponemos en el gps-

-Muchas gracias, pero de verdad, no quiero hacerlos perder el tiempo-

-Nada de eso, tía- Respondió Pedri con su acento español -Anda, vamos-

Ali miró a Gavi y éste le hizo señas de que caminaran hacia el auto y ella no tuvo más remedio que aceptar. 

(...)

-¿Y por qué decidiste venir a Barcelona?- Preguntó Gavi ya estando los tres en el auto, Pedri conducía, Gavi de copiloto y Ali en el asiento de atrás.

-Voy a estudiar danzas- Respondió la rosarina con una sonrisa.

-¿Y has venido sola?- Ahora habló el canario.

-Si, mis padres quedaron en Argentina-

-Wow, tus padres deben estar super orgullosos de ti- Gavi se dió vuelta y miró a la chica con una sonrisa.

-Si- Incomoda -Están muy felices-

Ali se puso algo nerviosa y a la vez triste al recordar todo lo que había pasado.

-¿Estáis bien?- Cuestionó Pedri al ver si cambio de expresión.

-Si, si solamente estoy cansada-

-Ya casi llegamos-

Lo que restaba del viaje, los tres se mantuvieron en silencio, solo se escuchaba la radio del coche.

-Esta es la calle- Habló el conductor del auto minutos después -¿Cuál es la casa?-

¿Destino o Casualidad?/ Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora