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‿︵‿︵ʚɞ『Capítulo 005』ʚɞ‿︵‿︵
Se habían pasado toda la tarde comprando sus materiales y sus varitas junto con Barty, hasta que el señor Crouch se acordó que había venido con su hijo y se lo llevo.
Para cuando Kreacher los trajo a casa el sol ya estaba a nada de esconderse. Walburga los regaño por su tardanza, pero lo dejo pasar al ver que Regulus si había conseguido una varita y la carta de Hogwarts no había sido un fiasco.
Ambos hermanos se fueron a la habitación del mayor en aquella ocasión, con la excusa de empezar a empacar a pesar de faltar una semana para el comienzo del año escolar.
Sirius lucia más relajado que en la tarde, pues no tener a Barty cerca era un alivio; ese niño le hablaba de cosas que Sirius desconocía y le hablaba con una familiaridad que Sirius desconocía a su plenitud. Le hablaba como si fueran hermanos, no eran hermanos, nunca lo serían.
Regulus fue el primero en terminar su maleta; había metido lo esencial, contrario de Sirius que se detenía a ver su habitación para ver qué, otras cosas, podía meter.
—— Oye, Siri... —— llamó Regulus a lo cual Sirius levanto la mirada —— ¿Me seguirás queriendo si quedo en Slytherin? Mamá dice que ese es mi destino, que tengo que poner el apellido Black nuevamente en la cima, luego de lo que paso contigo...
Sirius había detenido su acción de intentar cerrar su maleta tras escuchar la pregunta. La emoción de volver a convivir con su hermano menor, ante la segunda oportunidad que se le estaba dando, le hizo olvidar lo que implicaba que su hermano terminara en Slytherin.
Su hermanito no podía quedarse en esa casa. No estaría seguro, a su parecer esa casa era tan prejuiciosa como sus padres con el tema de los sangre pura.
—— No vas a quedar en Slytherin, Reggie. Yo me encargaré de eso, estaremos juntos ¿ok?
El menor asintió, confiaba en su hermano.
La noche pasó con rapidez, habían decidido leer uno de los libros muggles; aunque al final Regulus terminó leyendo en voz alta para ambos.
Regulus comenzó a caer dormido casi al final del libro; Sirius tuvo que insistirle que la historia la terminarían el día siguiente para que por fin decidiera dormir un poco.
Él, por el contrario, se quedó despierto pensando en las posibilidades de que este universo sea piadoso con él y envié a su hermano a una casa diferente. Se terminó frustrando a los 20 minutos de pensar en las probabilidades, no quería depender solamente de algo tan abstracto como eso.
No quería y no lo haría.
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