Enseñanzas

4 1 0
                                    

Abre una puerta oculta, nunca la había visto antes. Ella tiene la llave de ese lugar en el llavero.

- ¿Por qué nunca había visto esto? - pregunto.

- Eras un niño, y tú mamá no quería involucrar te.

Caminamos en silencio, luego de la puerta bajamos por unas escaleras y ella encendió la luz, habían velas gastadas y signos que había visto antes, eran de protección.

- Este lugar es seguro, si sienten algo, si no pueden dormir, solo bajen aquí - dice mirando a Mike, este asiente.

- Huele raro - dice mi esposa.

- Hace años que nadie venía aquí abajo. Y bueno, el lunes próximo es luna llena, si sobreviven a ese día, esa noche podrán salir de la isla - dice la señora para subir - en el libro está todo y dejaré la puerta abierta, y las llaves en la mesa, fue un placer volver a verte Pedrito.

Me acerco al libro y empiezo a leer, es mágia para la protección.

- ¿Cómo se supone que vamos a hacer esto? Nada de esto es real - empieza a decir mi esposa y la miro.

- Esto es parte de nuestra vida Micaela, ahora lo es - le digo con algo de pena mirándola.

Mike me abraza y yo lo cargo.

- ¿Por eso tuvimos el sueño con la abuela? - me pregunta.

- Así es pequeño - le respondo aún mirando el libro.

El niño mira las imágenes y me señala una. La miro con atención y está la misma imagen que tenía mi mamá y el señor fallecido en el bote.

- Es la marca que tenía la abuela en su hombro, ¿Eso significa algo?

- Supongo que sí pequeño - lo bajo y tomo el viejo libro polvoso para empezar a leer.

Mi esposa se lleva al niño arriba y empieza a hacer algo de cenar mientras yo subo y me siento en el sofá a leer sobre ese ser. Es una maldición sin retorno, es un demonio en busca del alma de un primogénito.

Luego de conseguir el alma deja a la familia en paz, en nuestro caso, ya que la gitana solo lo mandó a buscar un alma, pero no estudió bien al demonio al parecer, ya que solo busca almas de primogénitos y mi papá es el más pequeño. Por eso el demonio vino detrás de mí, soy el único primogénito de la familia, o bueno, era. Ahora también lo es mi hijo.

Miro a mi hijo sentado en el piso jugando con mis antiguos juguetes y trago en seco. Creo que ya sé que significa el sueño, tengo que sacrificarme por mi pequeño. No dejaré que le haga daño, si tengo que alejarme de él y quedarme en esta casa como lo hizo mi madre... Lo haré sin pensarlo.

No me importa acabar muerto, si el está bien todo está bien. Pero si sucede, me encargaré de que no sepa de mi muerte.

Mi esposa nos llama a cenar, mi pequeño y mi esposa hablan animadamente. Luego de eso ella va a acostar al niño mientras yo tomo un baño, pero no dejo de pensar en el sueño que tuve. Tal vez está sea la última vez con mi familia, así que tengo que hacer que sea inolvidable.

La maldición de la abuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora