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-Da igual el hechizo, poción o lo que sea que hagas, para mí siempre te verás hermosa- digo por lo bajo para que el príncipe no me escuche- ahora pensará que tú fuiste quien le rescató aquel día por la voz de la pececita, bien visto- sonrío y le ayudo a caminar por las rocas para que no se caiga, caminamos con el príncipe que prácticamente es como una marioneta para ella, llegamos al palacio y Eric le va a decir a una sirvienta que le prepare una habitación pero le detengo- será mejor que se quede conmigo para no molestar a nadie por lo tarde que es y así ya mañana se la presentas como es debido a su madre- le aconsejo

-Está bien, tienes razón, mañana en el desayuno te presentaré como la joven que me salvó la vida de aquel naufragio- su voz se escucha muy monótona 

-De acuerdo, ahora ve a tus aposentos a descansar, nos vemos mañana- cambia su voz a la de Ariel para no levantar sospechas, él asiente y se retira, yo me río por lo bajo antes de tomarla de la mano y llevarla hasta mi cuarto, en cuanto entramos cierro la puerta con llave y me giro para verla, se quita el colgante y lo deja sobre una mesa, yo cierro las puertas del balcón tras encender las velas para poder ver mejor

-Te he echado de menos- me acerco y le tomo de la cintura ya que ahora es más baja que yo 

-¿De verdad?- yo asiento viendo sus hermosos ojos- demuéstramelo- me desafía y lo único que hago es atacar sus labios en un necesitado beso que ella corresponde e intensifica mientras intenta tomar el control de esta batalla hasta que tenemos la necesidad de separarnos por la falta de aire en nuestros pulmones

-No sabes todo lo que te quiero enseñar y mostrar de este mundo- le abrazo y me corresponde

-Eso podrás hacerlo mañana, lo que quiero ahora es que me muestres todo lo que me interesa en estos momentos- mira mi camisa con tres o cuatro botones sueltos dejando al descubierto mi escote y entiendo su punto y le sonrío con diversión

-¿A qué te refieres?- me hago la desentendida con inocencia y probando su paciencia

-Conmigo no es bueno que juegues, niña- me acerca más a ella poniendo sus manos en mi cintura

-Bueno, está bien, sólo por esta vez, pero aquí, en esta ocasión, la novata de las dos, eres tú, así que soy yo quien te enseñaré cosas- me acerco más a ella- ¿estás lista para aprender?- pregunto en su oído y noto su piel erizarse

-Sí- 

-De acuerdo- vuelvo a besar con ansias, con hambre y ella me corresponde con gusto, me separo de sus labios y voy dejando un rastro de besos por su mandíbula y desciendo poco a poco por su cuello y vuelvo a subir para besar de nuevo sus labios, la acorralo pegando su espalda a la pared y al ser ella más baja que yo me agacho un poco y la tomo de la cintura para alzarla y ella rodea mi cintura con sus piernas, beso de nuevo su cuello procurando no dejarle marcas visibles de mordeduras ni nada por el estilo, me aseguro que está bien sujetada y la separo de la pared para dirigirme a mi cama y recostarla con cuidado, pero ella con un poco de impulso consigue empujarme de manera que ella queda sentada en mi regazo, aprovecho con la misma para pasar mis manos por su espalda y comenzar a desajustar su vestido violeta con cuidado y un poco de lentitud para desesperarla con la esperanza de que no se de cuenta, sigo con mi rastro de besos y ligeras mordidas sacándole varios jadeos silenciosos, paso por su clavícula y desciendo cada vez más mientras se va soltando el vestido hasta que llego al último botón, cojo la parte de la cintura del vestido para comenzar a jalarlo para quitárselo, parece entender mi intención ya que se levanta ligeramente para que me sea más fácil

Una vez se lo quito la veo con un corsé negro a juego con unas medias finas y un poco transparentes del mismo color, me muerdo el labio ante tal vista y vuelvo a besarle y marcar el mismo recorrido mientras que un poco más desesperada comienzo a soltar los cordones del corsé pero de repente me detiene y le veo confusa.

-Tienes demasiada ropa encima- mira mi corsé y pasa sus uñas por encima de este

-Eso tiene fácil solución querida- sonrío antes de que con agilidad deshago el cordón de mi corsé y ella se encarga de quitármelo como yo hice con su vestido y comienza a desabotonar la camisa pero se desespera y de un fuerte tirón acaba rompiendo los botones y me deja únicamente con una camiseta fina de tiras de color blanco y sin nada más debajo, toma la parte de abajo de esta última pieza y por fin libera mi torso de cualquier otra prenda, antes de que haga algo más vuelvo a retomar el control de la situación y ahora sí le quito el corsé liberando sus pechos, la vuelvo a recostar con cuidado en la cama y trato de no ponerle encima todo mi peso, la noto tensa- relájate, no haré nada que te haga daño y si te molesta me avisas, ¿de acuerdo?- le miro a sus ojos azules para saber que está segura

-De acuerdo- sonrío antes de volver a besarle en los labios

Desciendo esta vez sin ningún obstáculo de por medio y sigo bajando hasta llegar a uno de sus pechos y comienzo a besarlo, morderlo ligeramente y chuparlo mientras que al otro lo estimulo con mi otra mano y vice versa sacando de ella varios gemidos que trata de callar pero varios le son imposibles de callar. Una vez dejo de torturarle tanto dejo un rastro de besos por su abdomen hasta toparme con lo que le queda de ropa interior, le miro y asiente confirmándome que puedo continuar, sin apartar mi mirada de la suya le quito despacio sus últimas prendas hasta que está completamente expuesta ante mí, intenta cerrar las piernas pero me pongo en medio para impedirlo. Empiezo a dejar un rastro de ligeros besos desde sus rodillas hasta sus muslos haciendo que se relaje mientras me aproximo a su zona íntima, me acerco a esta zona que por lo que veo está completamente húmeda, así que paso mi lengua con lentitud sobre toda la zona y se le escapa un gran gemido que me excita más. Vuelvo a hacer esta misma acción mientras bebo de sus fluidos y juego un poco con su punto sensible, ella enreda sus dedos en mi cabello mientras empuja mi cabeza hacia su zona tan necesitada, tomo el atrevimiento de penetrarle con un dedo sacándole un jadeo de sorpresa, muevo mi dedo dentro y fuera con lentitud para que se acostumbre y voy aumentando un poco la velocidad al igual que le incluyo un segundo dedo. Mientras le penetro juego un poco con mi lengua con su punto sensible hasta que subo dejando besos por su piel hasta llegar a sus labios y callar sus gemidos con mis labios, siento cómo me rodea con sus brazos y sus manos se aferran a mis músculos y siseo un poco de dolor al sentir cómo rasguña mi piel con sus uñas, pero en verdad no me duele, aumento la velocidad hasta que noto las paredes de su zona estrecharse y cómo sus piernas comienzan a temblar, eso significa que le falta poco, aumento mucho más la velocidad y fuerza de las embestidas hasta que por fin se libera y siento que mi mano se empapa de su esencia y dejo mi frente unida a la suya, me recuesto a su lado y se refugia entre mis brazos mientras trata de recuperarse.

-Tranquila, es normal que estés así de alterada- le acaricio el cabello y poco a poco lo va logrando y su respiración vuelve a acompasarse- ¿estás bien?-

-Perfectamente- alza la cabeza para mirarme- ¿cómo es que sabes tanto de las relaciones íntimas humanas?- me río por lo bajo

-A parte de porque una siente curiosidad y tiende a experimentar y explorarse a una misma- me mira con sorpresa y no puedo evitar reírme por su expresión- también porque he hecho lo que he pensado que te gustaría y te haría sentir cómoda al igual que ir descubriendo con la misma esas zonas sensibles que ahora recordaré para siempre y que de igual manera me gustaría que me toquen- le explico mientras acaricio uno de sus brazos desnudos

-Vaya con la mocosa- 

-Oye, que ya he crecido, ya no soy una mocosa- finjo estar molesta

-Para mí siempre seguirás siendo mi mocosa- me río un poco y creo que se ha dado cuenta de que yo sigo aún con los pantalones puestos y las botas- yo también quiero que disfrutes, además, que no es justo que yo no tenga nada y tú sí, quiero verte tal cuál eres- 

-¿Te ves capaz de una segunda ronda?- arqueo una ceja mientras le veo

-Pruébame- me desafía

Amor bajo el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora