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-Me conoces demasiado bien, no he podido descansar y la verdad es que apenas he podido recuperar algo de mi energía- dejo caer mis hombros dándome por vencida con una pequeña sonrisa- tú también deberías descansar un poco- asiente con la cabeza y ambas nos ayudamos para poder quitarnos la ropa y yo me decanto por en vez de ponerme un camisón o una bata me pongo una camisa ligera, cierro las persianas de la habitación al igual que el balcón y la puerta, yo me recuesto en la cama al igual que ella pero su cabeza queda sobre mi pecho y le rodeo con mis brazos- aún no me creo que te haya traído de vuelta conmigo, parece un sueño- sonrío mientras acaricio con delicadeza su hermoso rostro

-Pues te demostraré las veces que haga falta que estoy aquí y que no me pienso ir de aquí sin ti- me sonríe y veo que se está haciendo algunas preguntas en su cabeza

-Sé que tienes algo en mente, puedes preguntar lo que sea, lo sabes perfectamente- 

-¿Tú me querías igual ahora que como estaba antes de que me vieras así?, es que no sé, me hace pensar que ahora que he recuperado mi aspecto verdadero te gusto más por mi apariencia a la que tenía antes, a la que tenía cuando me conociste hace tantos años- desvía la mirada y la verdad es que entiendo que se sienta insegura después de todo, le tomo con delicadeza del mentón y hago que me vea a los ojos

-Mírame a los ojos- lo hace y sigo acariciándole las mejillas- yo no me enamoré sólo por tu aspecto, me enamoré principalmente de la mujer que eres, a ver, tengo que ser sincera, también la apariencia influye, pero lo que más me hizo enamorarme de ti ha sido el cómo eres, todo lo que te hacer tan única y especial que no todos saben apreciar, ver y sentir exactamente lo mismo que yo, que se te quede grabado en tu hermosa cabecita, así que como tengas otra vez esas dudas, me da igual lo muy Bruja del Mar que seas, pero no vas a poder evitar el cabreo que tendré y las veces que te regañaré las veces que harán falta para que entiendas la manera en la que siempre te he amado y amaré, ¿ha quedado bien claro?- me abraza emocionada y esconde su rostro en mi cuello

-Perfectamente, ¿sabes?, escuché de cierta manera, todo lo que dijiste antes de que te dieras la vuelta, no me preguntes cómo, pero aún así lo escuché y ya no tengo ninguna duda de lo mucho que me has cambiado durante todo este tiempo y lo mucho que tanto yo significo para ti como tú para mí- sonríe mientras que cierra los ojos ante mis caricias

-He estado pensando en una cosa- comento entrelazando nuestras manos

-Tantas cosas que sueles pensar tú, ya es que casi ni me sorprendo con tus locuras- me río por su comentario

-He pensado en que tal vez, no sé, en un tiempo, ambas podamos tener unos anillos a juego, ¿qué te parece?-

-¿Eso quiere decir algo?- 

-Tal vez en un tiempo, por ahora no, ahora quiero que tengamos algo de estabilidad las dos, después ya se verá, pero la intención y el plan está en mente y me encargaré de que todo sea perfecto- se me escapa un bostezo que cubro con mi mano

-Venga, vamos a dormir mocosa- me acurruco más con ella sonriendo

Al poco tiempo y tras ella ponerse a acariciarme la nuca sabiendo que es mi punto débil para quedarme media lela, acabo cayendo dormida profundamente. Creo que he estado durmiendo lo que queda de tarde y la noche hasta creo que el día siguiente que despierto al sentir unas caricias por mi rostro y posteriormente pasan a ser besos en mis mejillas, en mis labios y poco a poco van descendiendo por mi cuello haciéndome en parte cosquillas pero por otra parte y creo que lo hace a propósito, toca un par de puntos sensibles. Suelto un pequeño gruñido en señal de que me ha despertado y recibo un par de carcajadas por su parte y sigue con lo suyo, entonces para molestarle de vuelta y como quien no quiere la cosa fingiendo que estoy aún dormida, ruedo sabiendo que ella están en mis brazos y bajo su risa acabo yo encima de ella, abro los ojos y me encuentro con su hermoso rostro que sigue riendo.

-Ya me has despertado, ¿ya estás contenta?- le digo con voz un poco grave debido a mi recién despertar

-Un poco, ya iba siendo hora de que te levantes, además, que quiero que me enseñes más de aquí, y recuperar un poco el tiempo perdido- posa sus manos en mi cintura y acaricia mi piel expuesta

-¿Por qué?, estoy muy a gusto aquí, las dos aquí, sin que nadie nos moleste ni nada- escondo mi rostro en el hueco de su cuello

-Venga, también tienes que comer algo, seguro que hasta te has olvidado de alimentarte correctamente- voy a negarle el hecho de no tener hambre pero soy interrumpida por el estridente rugido de mi estómago reclamando alimento haciendo que ella estalle en carcajadas- al final tu cuerpo acaba por delatarte y confirma mis sospechas, venga, vamos a vestirnos para comer algo- consigue que me quite de encima de su cuerpo y tras batallar un poco más y de molestarnos acabo accediendo a levantarme y vestirnos, yo me pongo un pantalón negro ceñido a mi figura, una camisa violeta ligera bajo un corsé negro que realza mi busto junto con unas botas altas negras, me recojo un poco la melena y le ayudo a ponerse un vestido de los que hay en el armario antes de salir, vamos al comedor y ahí encontramos a los dos príncipes de acada mundo junto a la reina y su consejero que se han percatado de nuestra presencia

-Buenos días a las dos, ya estábamos pensando que os había ocurrido algo ya que anoche no asistieron a la cena- comenta la mujer más mayor de los presentes

-Bueno, el agotamiento por el uso de la magia acaba pasando factura y requiere de bastante descanso- digo como si fuera lo más normal olvidando que aquí es poco común que alguien tenga magia y muy mal visto que sea una mujer que la posea ya que es juzgada de ser una bruja malvada y en algunos lugares son condenadas a morir calcinadas en una hoguera o algo mucho peor

-¿Poseéis magia?- me mira con los ojos que casi salen de sus órbitas- ¿ambas?- mientras nos acercamos yo pienso en una manera de explicarle las cosas sin que se lo tome a mal- a ver, ya yo sé que una de las dos puede hacer magia, bueno, todos fuimos testigos de ello, sin ofender- mira a la mujer a mi lado

-No pasa nada, es algo también poco común en nuestro mundo- 

-Muy pocas personas nacen con este don, de las que se tiene conocimiento por ahora, los que pueden hacer magia son mi padre, Úrsula ya que también es su hermana y Luzbel que de ella se desconoce el origen de tal poder- se atreve a hablar la pelirroja mientras nosotras tomamos asiento y nos dejan delante la comida que han preparado- 

-Hasta no hace mucho descubrí que puede ser por que algún antepasado mío también tuvo este gran poder y eneraciones más tarde yo también lo heredé, es más o menos lo mismo que con mis ojos, yo acabé agotada ya que di prácticamente toda mi fuerza y energía para poder traerla de vuelta a mi lado- miro a mi amada con una leve sonrisa

-¿Y porqué no lo hizo vuestro padre?- mira ahora a la pelirroja- si se supone que es el rey del mar es porque posee un gran poder, seguro que habrá sido un buen mentor al enseñarte a usar la magia- cómo se nota que no sabe ni la mitad, Ariel me mira en busca de ayuda y noto lo tensa que está Úrsula a mi lado, pongo mi mano sobre su rodilla para calmarle

Amor bajo el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora