𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑼𝒏𝒐

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   Era de mañana para cuando el chico de cabello castaño estaba desayunando en la cafetería de uno de sus amigos. Aun estaba cerrada pero Joy siempre tenia la gentileza de dejar pasar al chico para que pueda comer algo antes de ir a trabajar.

    No era secreto para nadie la poca habilidad culinaria del castaño, tomar un curso no le haría daño pero aun cuando encontraba tiempo para todo, siempre era el tiempo su excusa.

   Sus amigos solían molestarlo por ello pero al final del día solo Joy sabía cocinar realmente,  y Oliver se defendían claro pero con cosas tan básicas que un niño podría realizar con los ojos vendados.

    El no duró mucho más de lo necesario, comio algo rápido e incluso ayudó a su amiga con el local hasta que se le hizo la hora de irse. De no ser por que consiguió un trabajo en la estación de tren, habría trabajado con ella.

   
    Y claro el muchas veces se hacia la duda de por qué no mejor trabajaba con Joy, era agradable y le gustaba, pero, había algo que le hacía quedarse en la estación, una sensación familiar que no comprendía pero quería comprender. Era extraña.

    Pero también era agradable.

   Se sentía protegido.

   No tardo en llegar e instalarse en su pequeño espacio, saludando como siempre tan sonriente a sus compañeros, no eran más que eso pero con el tiempo que tenía ahí era agradable estar con ellos, solo en horas laborales pues nunca ni ellos ni el decidieron que querían formar una amistad con la cual salir de ves en cuando.

    Eugene observo lo que tenía que hacer, estaba concentrando su mente en ello, o al menos lo intentaba. Un inexplicable frío se mantuvo por un tiempo breve que al parecer no sólo el sintió, y no sólo a él le pareció eterno.

   
    Se siente tan familiar.

   Fue todo lo que paso por su mente mientras soltaba un jadeo cuando el escalofriante frío desapareció, no era la primera ves, cuando inició allí, la jefa le explicó que de ves en cuando ocurrían cosas sobrenaturales, la opinión general se solía dividir entre los que decían que eran fantasmas, los que intentaban buscarle lógica y los que preferían fingir que no ocurrió nada.

   Sorpresivamente para la jefa del lugar, a Eugene no le costo mucho adaptarse, las primeras ocasiones si lo tomaban por sorpresa pero a medida que pasaban los días, luego las semanas y ya los últimos años que tenia ahí, se acoplo con bastante facilidad. Curioso considerando que el aunque no tiene mucho tiempo ahí, ha visto ir y venir empleados que no soportaban las bajas temperaturas y los suaves o fuertes temblores que ocurrían de tanto en tanto.

  
   Sonrio para si mismo por un momento mientras regresaba a su labor, a él le ínteresaba saber más sobre esos extraños fenómenos, había descubierto que solían ocurrir más por la noche que por el día, ¿cómo? Solo tuvo que quedarse dormido en el tren un par de veces para quedar atrapado en la estación, durante esas horas se solía sentir observado en el tiempo que esperaba a que viniera alguien a sacarlo.

   Había visto algunas cosas caerse, incluso le parecía escuchar voces. Siempre que pasaba era como un deja bu que solo lo llenaba cada ves más de curiosidad y deseo de saber más, era algo que siempre sobre pasaba el miedo. Sin embargo, nunca busco el origen de esos sucesos.

  – Ne... –

...

  – Gene...! –

...

  – Eugene! –

 
   Como si lo hubiesen golpeado, salió de su trance un poco alterado pero sin demostrarlo... Mucho,  pues aquel brinco que dio en su asiento no pasó desapercibido por nadie.

Pasado Un Tiempo[Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora