𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑫𝒐𝒔

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     No supo que ocurrió con aquel sujeto que atento contra su vida, tampoco le intereso en ese instante, no teniendo a poca distancia criaturas terroríficas que no paraban de decir que se lo comerían y se quedarían con su cuerpo.

    – A-alejense de mi! –

   Grito intentando ocultar el temor, fracasando en el intento, aun no captaba un pequeño detalle que le daría un mínimo de sentido a lo que decían.

    Su cuerpo estaba del otro lado de la reja, y el no tenía particularmente el mismo color, su tonalidades se basaban más en un blanco puro y un rosa agradable a la vista.  Pero, esos detalles eran "irrelevantes" ahora.

    No volteo, su explicación al como paso la reja fue que esta se rompió y por lo tanto entrar a la estación seria volver a acorralarse, por lo que no dudo ni un segundo en empezar a correr cuando una de esas criaturas horrendas, terroríficas y por lo visto agresivas, se le fue encima.

    Intento pedir ayuda, gritar, esconderse pero nada servía, tal parece seguían su olor, tal ves se habría dado cuenta de un poco más si tan solo hubiese volteado antes de salir corriendo. Es irónico como todo le parecía tan familiar, incluso esa película de terror que estaba viviendo y la cual deseaba con todo su ser, fuera solo un mal sueño, un muy mal sueño.

     Estaba cansado, no sabía cuánto había corrido, su condición física no era la mejor y eso le causaba cierto estrés e ira contra si mismo por no seguir los consejos de Luke, eta claro que nunca estaba de más entrenar o practicar un poco de algún deporte, iba a morir y todo seguramente por no tener una buena resistencia.

     No paso mucho para cuando en un cruce equivocado, terminó acorralandose nuevamente, su respiración estaba agitada pero por alguna razón no era tanto, nuevamente, no lo entendía, mientras corría estaba exhausto y ahora, poco a poco ya se estaba calmando.

     – LO QUIERO, QUIERO.COMERLO, HUELE BIEN, HUELE DULCE –

     – ES MIO ES MIO YO TAMBIEN QUIERO SU CORAZÓN LATE YO QUIERO –

    De no ser por las tres paredes que lo sometían a un solo camino que ya estaba tapado por esos montruos, estaría corriendo nuevamente.

   – Demonios!... No es así como quiero morir! –

  
    Hablo alto aunque para si mismo al borde de las lágrimas, ¿como reaccionarias sus amigos? Luke, Joy, Oliver...

    Negó varias veces. No, así no es como terminaría, definitivamente no.

     Retrocedió algunos pasos a medida que esas criaturas se acercaban, buscando otra manera de salir, tal ves podría aprovechar que aparentemente se puede recuperar rápido, tenía que, no estaba listo para morir y que posiblemente nadie encuentre la causa.

     Su salida la encontró en unas escaleras, daban al balcón de lo que posiblemente era un departamento, observo un segundo a los montruos y se movió exactamente cuando ellos quisieron atacar.

     Tal ves fue la adrenalina pero pese a su poca fuerza fue bastante fácil bajar la escalera al primer salto, no tardo mucho en llegar hasta arriba y, de alguna u otra forma entrar, cerrando la puerta corrediza a tiempo.

     Respiro inquieto por un rato, más por querer que necesidad, si bien si se sentía algo cansado, no era lo suficiente para dejarlo inmóvil. Cerró la cortina y se alejo de ahí, notando ahora la escasez de colores.

       A lo mejor así lo quiso el que vive aquí.

     Pensó buscando la puerta principal para salir de ahí, tal ves fue la calma pero ahora se sentía tonto por no correr a la oficina en lugar de a donde quiera que quede ese edificio. Al menos allá estaba su teléfono y podría llamar a alguien.

     
     Paso una mano por su cara en señal de frustración, quien le dice que no hay más de esos monstruos afuera, esperando para atacar.

     Negó suavemente ahora, tenía que salir, por si o por un no, no podía quedarse en ese lugar, pensarían que era un ladrón. Respiro profundo y salió del departamento, le costó un poco, las llave que consiguió se le caían seguido, como si tuviera que concentrarse para poder tenerlas en la mano.

     Bajo las escaleras y antes de salir del edificio observo por la ventana, estaba todo despejado y creía reconocer esa calle. Fue difícil, aun tenía miedo, pero tenía que, su plan era salir corriendo, tal ves desde la ventana no se veían pero los que venían siguiéndolo tampoco estaban muy lejos.

     Abrió la puerta en silencio y así mismo la cerró, respiro profundo y empezó a correr a un ritmo considerable, se sentía visitado otra ves, tal ves otra de esas cosas lo vio, Demonios, aun le faltaba para llegar, cerró los ojos y solo aumento la velocidad, no necesitaba averiguar en ese momento que lo acechaba.

     Ya habían muchas experiencias fuertes por una noche, quería ir a casa pero, algo le decía que no sería pronto. Sentía las lágrimas correr por sus mejillas, ¿en que momento empezaron a salir? No lo sabía, pero tal ves era la sutiacion que lo dejaba indefenso, le recordaba tanto a ese día.

     Ese día en el que por poco no habría podido contarla. La idea fue interrumpida por el zumbido, ese zumbido que escucho con las voces distorsionadas... No, no puede ser, otra ves esos bichos.

 
    – ¡¡Por favor que alguien me ayude!! ¡Luke!... –

     Se detuvo un momento, volteo a todas partes, efectivamente esas extrañas criaturas lo encontraron, soltó un jadeo e intento seguir su rumbo pero.

    – HUELE BIEN HUELE BIEN, ES MIO, MIO, PUM PUM PUM YO QUIERO –

    Se sintió rodeado, sofocado, pequeño e impotente, escapo una ves, solo fue suerte, se sentía mal, sentí que no duraría mucho más, y no sabía que pasaría primero, si se iba a desmayar o lo comerían.

     – River... Joan... –

     Susurró en un débil llamado sin esperanza, ¿quienes eran? Las conocía, tenía la sensación de que si, y no era la primera ves que las llamaba, ¿de donde las conocía?

     Oh...

     Estaban muertas...

     Eran fantasmas...

     Fantasmas de la oficina del inframundo...

      ¡!

    En eso pudo sentir algo afilado pasar cerca de él, algo que le hizo cerrar los ojos por inercia, no se sentía herido, no fue herido, a no ser que el estar a punto de colapsar le haya quitado el dolor.

     – Ay, ay. Me tómo una eternidad encontrarte porque no dejabas de huir –

     Escucho una voz masculina hablarle, pero cuando quiso abrir los ojos, se sintió desmayar por lo que, lo último qué vio fue a un sujeto con ropa rara, cubierto de una negrura intensa.

     – Je-jefe... –

     Susurró cerrando los ojos y cayendo de lado, más nunca sintió tocar el piso en esos segundos de consciencia, por el contrario sintió un brazo firme sostenerlo, supuso como último pensamiento que era aquel sujeto.
      

Pasado Un Tiempo[Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora