Capitulo 27: Sorpresa Sorpresa

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En el día de hoy, luego de mi calurosa pelea con Melanie alias "la vaca", me encontraba mas radiante que en los últimos ausentes meses.

Me maquille en el baño antes de ir a mi próxima clase y acorte mi pollera, la cual ahora se encontraba a diez dedos arriba de la rodilla.

Al salir, volví a fijarme en las miradas que se centraban en mi. Sonreí, victoriosa nuevamente y me di cuenta de que ni Wendy ni Chelsea se encontraban a mi lado como antes solían hacerlo. Las cosas habían cambiado mucho, y me disgustaba a la misma vez que me parecía espléndido.

Al entrar al salon, alli estaban ellas dos. Y entre todos los demas, volvi a fijarme en mis enemigos, localizando y analizando lo que hacia cada uno de ellos.

Penny hablaba animadamente al lado de la pizarra con Trisha, la tonta del periódico escolar. Mientras que Amelia, garabateaba en su cuaderno con Tyler al lado, que miraba fijamente su celular. Al verlo, no pude evitar sonreír y olvidarme completamente de mi tercer enemigo Matthew, para caminar hacia el.

-Ty- hable. El levanto su mirada y me sonrió, mostrando aquella perfecta hilera de dientes. Lo imite sin poder evitarlo.

-Ayer me dijiste de una fiesta...

-Si, tu cumpleaños. Pero escucha, como no quieres festejarlo, haré una fiesta en mi casa sin motivo, ya había invitado a la gente, no podía cancelarlo así como así.

-Pero dijiste que...

-Pasare por ti, lo haré- me interrumpió. Le sonreí sin mostrar los dientes y vi como Amelia rodaba los ojos.

-¿Tienes algún problema?- le dije, evitando el hecho de que Tyler se encontraba presente.

-Azul...- lo escuche susurrarme, tratándome de advertir que no haga ni diga nada.

Ella me miro con ojos desafiantes y alzo sus cejas, esperando que la ataque.

Entrecerré los ojos y analice la situación. Podría seguirla y arruinar mis planes con Tyler hoy de noche o podría irme y pasarla bien hoy. Me decidí por la segunda y me aleje de su mesa, recibiendo un bufido de Amelia.

Apreté mis puños para forzarme el seguir caminando.

-Blue- me dijo Chelsea cuando me senté a su lado-¿Recibiste el mensaje?

La mire con el ceño fruncido y pregunte:

-¿Mensaje? ¿Que mensaje?.

Metí la mano en mi saco para sacar mi telefono, pero este no se encontraba allí. Comencé a desesperarme y a buscarlo por todas partes, y en eso, el timbre sonó.

La profesora entro al salón y rogué para que me deje ir al baño y ver si lo deje allí.

-Rápido- me advirtió esta.

Salí caminando rápido del salón y comencé a fijarme por el suelo si lo había perdido en el camino. Y en esto, siento una voz muy conocida provenir desde la sala de profesores.

Al azomarme por la puerta veo al profesor con mi hermana, nuevamente. El se encontraba recostado contra la mesa del medio del cuarto y ella apoyada arriba de el, tomados de la mano a los costados. Mi boca cayo al suelo y no pude evitar comenzar a escuchar.

-Podríamos ir al cine- decía ella, dandole una sonrisilla.

-Alguien puede vernos ahí- respondió el, provocando un silencio.

-Yo solo quiero estar contigo.

-Yo tambien, realmente es lo único que quiero, pero entiende que tienes 16 y yo 29. No podemos estar juntos. No libremente.

-Mis padres te aceptarían, los conozco.

¿Estaba loca? Jamas lo harian.

El profesor apoyo su frente contra la de ella y robo un beso de los labios de mi hermana.

-¿Lo harían?- pregunto el.

-Jamas lo harían, y mucho menos yo- dije entrando a la habitación-. Eres un abusador, aléjate en este instante de ella si no quieres que te delate con la dirección del instituto y la policía.

-¡Azul!- dijo mi hermana, apartándose de el.

-No quiero que la vuelvas a ver, ni hablar, ni nada. Y por suerte no tiene clases con usted, porque allí, le prohibiría admitirla en su materia- dije con el rostro mas serio que Azul Mason podía tener-. ¿Entendió?

-¡No puedes hacer eso!- me grito mi hermana, totalmente pasmada y asustada-. ¡No eres mi madre para decirme que hacer o que no hacer!

-Perfecto, si tienes algún problema con lo que impuse vayamos a preguntarle a mama. Capaz que ella es mucho mas flexible- respondí sarcástica. Ella me miro atónita y vi como luchaba por no llorar.

-Siempre te odie y siempre te voy a odiar. Eres la persona mas detestable y humillante que conocí en toda mi vida.

Sus palabras no me tocaron el corazón ni por kilometros, al contrario, me sentía orgullosa conmigo misma por haber hecho lo que hice. Lo que ella estaba haciendo estaba mal, ¿no es cierto?.

Antes de salir de allí, le di una mirada asesina al profesor, y en cuanto lo hice fui hacia el baño, en busca de mi telefono.

Y allí, me encontré el mejor regalo de cumpleaños del mundo. Iba a hacer la historia, el chisme, el rumor del momento. Y yo lo estaba viendo.

Aquellas dos personas iban a ser humilladas hasta la muerte.

No pude evitar sonreír.

Reina De La SecundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora