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Secco ya estaba en el parque desde hace un buen rato, estaba sentado en el banco esperando a que Zero llegara. Miraba el móvil con su cara neutra de siempre, que hace que nunca se sepa en qué piensa o que siente. Eso puede ser un punto fuerte o uno malo, si bien puedes ocultar cosas, también significa que te cuesta mostrar las emociones o lo que verdaderamente sientes, si tienes esa cara por defecto es difícil cambiarla.
Apartó la mirada del móvil, había visto con el rabillo del ojo que alguien se acercaba a él.
- Hey.-
Se levantó del banco y saludó igualmente a Zero, los dos caminaron directamente hacia la heladería. Mientras caminaban vieron unos carteles en las paredes de los edificios, aparentemente habría un concierto en la zona trasera de un bar, era como un pequeño pabellón que tenían comprado para las fiestas. El concierto era de música punk, a Zero se le formó una sonrisa en la cara solo de verlo. Secco le pudo leer la mente solo con mirarle.
- Quieres que vayamos?-
- Eh?-
Zero se giró a verle, el chico de mullet estaba prácticamente pegado a él, mirándole fijamente. Se apartó un poco, notaba que las mejillas le quemaban.
- Que si quieres que vayamos al concierto.-
- Ah, vale, parece que será guay.-
Secco sonrió levemente y los dos volvieron a caminar hacia la heladería.
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Al entrar en el local, el frío de el aire acondicionado y las neveras recorrió el cuerpo de ambos, era una sensación agradable después del calor que hacía fuera. Secco rápidamente se colocó enfrente de la nevera, observando los diferentes sabores de helado. Zero se puso a su lado, indeciso por qué sabor escoger.
- Yo quiero el helado de chocolate negro.-
Secco se giró a mirar a Zero mientras el dependiente preparaba su helado.
- Que te vas a pedir?.-
- Uh, no sé, me da igual.-
Al final escogió de fresa y nata, se podría decir que era el que más le gustaba de los que había, aunque le gustaran bastante todos. Se sentaron en una de las mesas, Secco se puso a hablarle sobre algunas cosas de su vida, temas no muy relevantes a decir verdad.
- Tío, estás bien?-
Secco le llamó la atención agarrándole del hombro con una mano y agitándole suavemente. Zero no se había dado cuenta, pero habían pasado varios minutos y él no había dicho nada, estaba moviendo su pierna con nerviosismo, y miraba solamente hacia su helado.
- Eh? Ah, sí, pensaba en...-
Zero levantó la mirada hacia el otro chico, volviendo a bajar la mirada en unos segundos. Seguramente era mejor quedarse callado, no quería que se le escapara alguna pregunta.
-..Nada, da igual.-
Secco no quiso insistir más, sabía que algo le pasaba a Zero, pero si le tenía que decir algo, ya se lo diría él mismo. Aunque, no podía evitar sentirse preocupado por él.
Se levantaron de la mesa luego de acabar de comer, cuando se acercaron a pagar sus respectivos helados, el cielo se volvió gris, y se escuchaban las gotas cada vez cayendo más rápido y con más intensidad. Los dos maldijeron, no llevaban paraguas y el camino de ahí a sus casas era bastante largo. Agarraron valor y salieron corriendo bajo la lluvia, estaban empapándose, bueno, Zero se estaba empapando más porque Secco traía capucha. Por suerte fue una lluvia corta, y paró en cuanto llegaron al parque.
- Menudo chaparrón..-
Murmulló Secco. Los dos prefirieron no sentarse en el banco porque estaba mojado, se quedaron de pié. El pelo de Secco estaba casi intacto, solamente húmedo y un poco despeinado, y Zero como lo tiene rapado, tampoco estaba tan mojado.
- Ya..igual me voy a pillar un resfriado.-
Zero se abrazó a si mismo del frío, aunque ya estuviera saliendo el sol otra vez, su cuerpo seguía temblando. De golpe le cayó en la cabeza una sudadera, la agarró y se quedó perplejo al ver que era la sudadera de Secco. Se giró a mirarle con una cara de 'Y eso porque?', Secco, quien se había quedado en camiseta, lo entendió y le respondió sin mirarle.
- Está bastante húmeda, pero supongo que es mejor que ir en manga corta.-
- Gracias, pero no hacía falta.-
Se puso la sudadera, era bastante agradable, y olía a Secco. Porque joder, la lleva él el 90% de veces. El olor no le desagradaba, es más, le gustaba. Solía llevar siempre perfume, a él siempre le había resultado atractivo el olor de ese perfume. Se quedó un rato sin decir nada, con la cara del color de una gamba.
Dudas: 80 de 100
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