Capítulo 2

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Intenté llegar antes de que arranque pero ya se había ido. Al no llegar busco a mi prima y voy a donde está.

— Lamyae, al hombre que se ha ido en ese coche se le ha caído la cartera- digo enseñándole la cartera
 
— Ay que mal, guárdala y mañana si le vemos se la damos In Shaa Allah

— In Shaa Allah

Guardo la cartera en mi bolso y vuelo a casa con mi familia mientras les cuento lo que pasó. Me dijeron que está bien lo que he hecho de guardarla y dársela al día siguiente y se sentían orgullosos de tener una hija así. Al oír eso me puse muy feliz, me alegraba saber que estaban orgullosos de mi.

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Ya era de día, por poco no me despierto al s7or a comer, que sino no hubiera podido aguantar este último día de Ramadán.

El día pasó como siempre, fuí con mi prima a las prácticas y ha acabar la teoría del tema y la llevé en mi coche hasta su casa. Iríamos juntas hoy de nuevo a Taraweeh con mi familia y a ver si encontramos al hombre de la cartera.

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"Allah u Akbar, Allah u Akbar…"

Se escucha el Adhan del Maghreb y todos vamos a sentarnos a comer el ftor. Una vez acabamos de comer ftor, mi hermano recoge la mesa y lava los platos esta vez y luego rezamos Maghreb todos juntos. Al acabar de rezar leemos un poco de Qur'an juntos y le enseñamos la Surah Al-Fatiha a mi hermano Mohamed de 3 años. Para su edad no se le daba tan mal, se sabe la mitad de la Surah.

Nos preparamos todos y vamos a la mezquita y como ayer, dejamos a mi hermano Mohamed con nuestras vecinas que les encanta cuidar de él.

— Espero poder encontrar al hombre de ayer para devolverle la cartera- le digo a mi hermana

— Lo encontrarás In Shaa Allah- me dice dándome la mano

Mi hermana Soumaya es 3 años más pequeña que yo y a pesar de las discusiones que solemos tener nos llevamos muy bien. Le cuento casi todo y tenemos confianza entre nosotras. Con mi hermano mayor Bilal pasa casi lo mismo, es 2 años mayor, solo que obviamente al ser un chico no entiende todo lo que le cuento y me dan risa las caras que pone cuando no sabe nada del tema.

Al acabar de rezar salimos todos y busco con la mirada al hombre de ayer, no logro reconocerlo por ninguna parte porque estaba de espaldas así que no pude ver su cara. Estuve allí un buen rato buscándolo pero nada, acabé volviendo a casa con la cartera de nuevo.

— Nada, no lo veo- digo cansada de buscar

—  Revisa la cartera a ver si hay algún dato que te ayude- me dice Lamyae

— Espero que haya algo- digo abriendola

Al abrirla pude ver que habían varios billetes de 50€, puede que el hombre esté preocupado al perder tanta cantidad de dinero. Sigo mirando y encuentro una tarjeta con un número de teléfono. La cojo y se la enseño a Lamyae.

— ¡Mira mira mira! - grito un poco al saber que puedo devolvérsela

— ¿Qué encontrase?- pregunta sin entender nada

— Una tarjeta con un número, puede que sea suyo

Sin dudarlo cojo mi teléfono y llamo al número escrito. Se oye 1 pitido, 2 pitidos… no contesta hasta el 6to pitido

— ¿Digame?- pregunta una voz masculina

— Disculpe, ¿usted ha perdido una cartera?- pregunto

— Si, justo ayer estuve buscándola, ¿por qué lo pregunta?

— Esque vi que ayer se le cayó antes de subir al coche y no me dió tiempo a alcanzarle. Pensé en dársela hoy después de Taraweeh pero tampoco le vi- le cuento todo

— Ya decía yo que sentí que algo se me había caído, gracias por guardarla- dijo después de un suspiro

— No hay de qué, ¿le parece bien quedar mañana y se la entrego si puede?

— Sisi claro sin problema, le agradezco mucho su amabilidad. Jazzak Allahu Khairan

— De acuerdo, mañana en la misma mezquita en el rezo de 3id In Shaa Allah

— Claro, nos vemos, cuídate- dice y luego colgamos la llamada

— ¿Y qué pasó?- pregunta curiosa mi prima

— Resulta que si se le cayó y quedamos en que se la doy mañana después del rezo de 3id

— Lo ves, sabía que tarde o temprano serías capaz de devolverla- dice justo cuando entra mi hermana Layla junto a mi hermano pequeño

— Buenas, ya he traído a Mohamed de casa de los vecinos.

— Miralo que mono, Tbarkallah, se parece a ti- dice mirándonos a los dos

— ¿Hay noticias sobre el hombre ese?- habla mientras se sienta en la cama junto a nosotras

— Si, hay buenas noticias

— Cuenta que pasó

— Llamamos a este número- le muestro la tarjeta- y resulta que él es el dueño del monedero

— Que bién que tengamos noticias

— Pero su voz se me hacía conocida, como si le conociera pero no sé de qué

— Uy, ¿de qué me perdí?- dice mi prima

— Nada nada, en serio, no hablo con chicos. Quizá alguien de mi universidad o ves tu a saber quién

— Si claro- dice mi hermana con cara pícara

— Wallah, si no me crees me da igual, Allah sabe la verdad- dije señalando arriba

— Que siiiii tia, te creemos- dicen las dos

Estuvimos hablando un buen rato y luego fuimos a la sala junto a mis padres. Les di un beso en la frente y en la mano a cada uno y me senté con ellos en el sofá.

— Mira que mayor estas hija mia- dice mi padre

— Y pensar que hace 19 años estabas en mi vientre

— Y mira ahora, Alhamdulillah tengo una gran familia. Siempre me habéis apoyado y habéis estado tanto en las buenas como en las malas. Nunca podré agradeceros todo lo que habéis hecho por mi. Que Allah os lo compense con el bien

— Amin- dicen ambos a la vez

— Sisi esta muy mayor, ¿pero cuando te vas casar eh?- vacila mi hermano mayor

— Me casaré cuando tu lo hagas jajaja- bromeo

— Pues a ese paso nunca te vas a casar porque yo no pienso hacerlo

— Claro, el día que te cases te recordaré todas las veces que has dicho eso y acabaste casado- digo levantando una ceja

— Haz lo que quieras, pero yo ya he dicho lo que tenía que decir- dice saliendo de la sala

— No le hagas caso, el día que encuentres a un buen hombre le daremos la bienvenida de la mejor manera posible In Shaa Allah- dice mi padre

— Claro, te ayudaré en todo, quiero que tu boda sea inolvidable, y mereces un buen hombre- continúa mi madre

— In Shaa Allah, mi sueño es que me podáis ver vestida de blanco junto al hombre que amaré toda mi vida

Hablamos un rato más y luego cada uno se fué a su habitación a dormir. Mi prima se fué a su casa antes y nos veremos mañana en la mezquita para rezar.

Mi MaktubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora