De Ino y sus Refranes

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Notas iniciales:
Hola para todos aquellos y todas aquellas que han decidido leer este fic.
Les agradezco mucho eso, y les informo que este fic no será uno largo. Así que por eso hago saltos de tiempo o quizás noten que ya estoy comenzando a atar los cabos. Bueno, si aún así quieren seguir leyendo, perdonen mis faltas y denme mucho amor.

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Las caricias que su cuello estaba recibiendo de unos expertos labios la estaban dejando sin aliento. Sus manos eran apretadas por unas más grandes por encima de su cabeza, sosteniéndolas en la suave superficie de la cama. Se sentía extasiada, como si su cuerpo flotara, estaba haciendo el amor, y era perfecto.
Entonces el rostro de su amante quedó frente al de ella, dejándola aún más mareada, era Sasuke Uchiha. Y la besaba como si no hubiera un mañana, sin dejar de repetir su nombre entre besos.

–Hinata... Hinata... Hinata.

La ojiperla abrió los ojos de mala gana, recibiendo un duro golpe de la realidad vestida de "día". ¿Había Sido sólo un sueño? Espera y ¿Lo estaba lamentando?

–Hinata...

La ronca y suave voz la terminó de sacar del mundo de los sueños. Ahí estaba el protagonista de su sueño sucio. El mejor amigo de su novio. Sasuke Uchiha.
Espera... ¿Qué hacía Sasuke Uchiha en su habitación?

–¿U-Uchiha-san? ¿Qué estás haciendo en mi c-cuarto?

–¿Tu cuarto? Aunque suena bien que lo proclames tuyo, esta es mi habitación Hyuuga. Pero debo decir que puedo aguantar todas las malditas fiestas que quieran si vas a amanecer así en mi cama... Te ves totalmente como el desayuno que quisiera tomar.

Hinata se sonrojó profundamente, y aún más, si era posible, al notar cómo estaba vestida. Las sábanas oscuras estaban desperdigadas por la cama, ella traía su cabello suelto un poco despeinado, se imaginó, pero lo más inapropiado era su vestimenta. Usaba sólo la camisa que Sasuke le había dejado en la cama, y sólo tapaba hasta un poco más abajo de sus glúteos. Así que sus piernas estaban más que expuestas.
Rápidamente se tapó con las sábanas. Y recordó el montón de Whisky que había tomado la noche anterior.

–L-Lo siento si causé algún problema.

–¿Eh? Tranquila fuiste la que menos problemas causó – Sasuke se acercó sin dejar de mirarla y se sentó en la cama justo al frente de ella y le ofreció un vaso de agua y una pastilla que Hinata no había notado que tenía hasta ahora– te traje esto porque lo necesitarás, créeme.

Hinata asintió y se tomó la pastilla sin rechistar. La verdad era que el cerebro parecía que se le iba a explotar.

–Muchas gracias Uchiha-San.

–Llámame Sasuke, y yo te diré Hinata. ¿Bien? Creo que anoche nos hicimos un poco más íntimos.

–¿Í-íntimos?

–Sí, incluso me dijiste que soy guapo.

¡Mieeeeerda! ¿Ella dijo qué? Flashes de la noche pasada comenzaron a llegarle a su aturdida mente. Ella llamándolo guapo, ella diciéndole que Naruto nunca la había tocado, y él diciéndole que se moría por hacerlo.

Se tapó completamente con la sábana. No, no, no. Esto no podía estar pasándole a ella. ¿Qué hizo en su vida pasada para merecer esto?
Debajo de la débil seguridad que le proporcionaba la sábana, escuchó la suave y burlona risa del pelinegro.

–Ya veo que recordaste todo. –De un tirón le quitó toda la sábana, lanzando el pobre pedazo de tela contra el piso, logrando que la ojiperla diera un gritito casi inaudible y se tapara el rostro con sus manos– No tienes de qué avergonzarte Hinata. Ambos dijimos algunas de nuestras verdades anoche.

Secretos - Sasuhina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora