Capitulo 4 - Las plumas son mejores que los besos

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Era ya de día, la luz del sol entraba por las rendijas que le dejaba la oscura cortina que tapaba la ventana del cuarto del Uchiha que ya había despertado, pero que aún permanecía acostado en su cama. Rascó su mejilla con sus cuidadas uñas y lanzó un gruñido a su almohada. Hoy tendría que verla de nuevo, y estaba ansioso de ello.

─Aggghhh ─Se arropó de nuevo de pies a cabezas─ Debo dejar de parecer tan estúpido. Si Itachi lo supiera me jodería el resto de su vida. No, no, no y no… hoy es, mi cumpleaños, tshie, es una tontería, pero… lo tomaré para descansar aunque sólo sea mentalmente ─suspiró cansadamente─ no pensaré en nada ni nadie… ni en la empresa, ni en Itachi, ni en Naruto ni en su novia…ni en su hermosa y demoníaca novia. Aunque igual tenga que verla.

Sasuke rodó los ojos, esto sería un fastidio, tal y como lo habían sido todos los días. Hoy era miércoles, y era el cumpleaños de Sasuke, de seguro Naruto haría algo, lo conocía, sabía que no aguantaba dos pedidas para hacer una fiesta; pero ayer no hubo ninguna novedad, y si Naruto estaba preparando algo no podría callar, el dobe de su mejor amigo no podía guardarse acontecimientos de ese tipo y menos si era él quien lo preparaba.

A menos de que Naruto estuviera enojado…

Imaginó que quizás Hinata le había dicho del atrevimiento que se había tomado él ayer al llevar los deliciosos dedos de la ojiperla a la boca. Es que no se había podido controlar… ¿qué debía hacer? Él no era un tipo que se quedaba con las ganas de hacer algo. Si quería lo hacía, sí, era un malcriado… ¿y qué?

Volteó su cuerpo y lo liberó de la armadura que suponía su acolchada y calentita cobija, y sus oscuros ojos contemplaban el techo, mientras un bostezo salía de su boca.

Pero sabía, no, apostaba su amado automóvil a que Hinata no le había dicho nada a Naruto. Ella quería tanto al Dobe, que evitaría a cualquier costo una pelea entre ellos. Y él, como buen Uchiha, se aprovecharía de eso. Sonrió de lado cuando pensamientos y planes poco decorosos se le arremolinaron en su enmarañada cabeza azabache.

De pronto se vio interrumpido por el sonido de su celular, la canción Du riechst so gut de Rammstein** sonó por toda la habitación hasta que el Azabache se llevó el aparato al oído tras contestar la llamada.

─ S-Sasuke-san ─El ojinegro palideció al instante, era ella… lo estaba llamando… ¿ella?─ B-Buen día.

─ Buenos días, Hyuuga. ¿A qué se debe esta llamada?

─ Es ─ ¿por qué debía ser ella quien estuviera llamándolo? No era su secretaria, pero ella era la personificación de la responsabilidad en estos momentos, así que no le quedaba de otra que llamarlo ya que Itachi-san estaba muy ocupado─ es algo tarde. ¿Vendrá a la empresa?

─ Hmph… ¿acaso me extrañas Hyuuga? ─Él sabía que debía controlarse y dejar de comportarse de esa manera con ella, por Kami-sama era la novia de su mejor amigo, pero era algo que se salía de sus manos.

─ Parece que Sasuke-san lo olvidó ─ Hinata tragó fuerte, agradecía que estuvieran hablando por teléfono, así no tendría que ocultar la vergüenza que estaba sintiendo─ hoy t-tenemos una reunión con los representantes de la empresa de construcciones Akatsuki… d-debemos presentarles lo que llevamos del proyecto.

─ Maldición, lo había olvidado. Estaré ahí pronto.

─ Sasuke-san…

Sasuke cortó la llamada antes de que Hinata pudiera decir algo más o simplemente notar lo nervioso que se estaba poniendo. Debía salir pronto, y prepararse mentalmente para dejar en la carretera los nervios que tenía. Era su primer proyecto como tal, y no quería que fuera rechazado. Él podría mostrarse serio y a veces frío y sin escrúpulos, pero seguía siendo un humano y hoy más que antes. Era su cumpleaños, y su madre no estaba con él. Bueno, a Fugaku también lo extrañaba, pero no extrañaba sus gritos y peleas y mucho menos su adicción a ponerlo a él por debajo, muy por debajo de Itachi.

Secretos - Sasuhina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora