Un segundo ángel

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Luzu acomodo su mochila en la parte de atrás del auto y estaba por subirse cuando pensó haber escuchado su nombre, hizo una mueca algo extrañado pues se había escuchado demasido distante. ¿Quizás lo imaginé?

En ese instante volvió a escucharlo. -¡Luzu!- eso venía detrás suyo.

Luzu se giro y miro como Quackity estaba corriendo como si su vida dependiera de eso, la mamá de Luzu lo miro extrañado y el castañado estaba a punto de tener una ataque de ansiedad porque noto lo que había en los brazos de Quackity.

El libro. Ese que exponía todo lo que sentía por el chico que ahora estaba a dos metros de él.

-¿Es tú amigo?- Luzu solo logro asentir levemente ante la pregunta de su madre. -Bueno puedes despedirte pero que sea rápido-

Y con esas palabras los dos chicos se quedaron solos pues la madre de Luzu entro a la casa para darle algo de privacidad a su hijo que estos días había estado de un humor realmente malo.

Por una parte Luzu estaba pidiéndole a la tierra que lo tragara y escupiera en cualquier otro lado. Y Quackity sentia que iba a llorar porque desde su perspectiva Luzu estaba a punto de irse y no podía hacer nada al respecto.

-¡No te vayas!- Aún cuando quería decir otras palabras primero, lo que salió de su boca fue aquello, no quería perder a alguien que demostraba tanto cariño y cuidado. -Por favor-

Luzu reaccionó ante la voz temblorosa y ojos llorosos del contrario, nunca soporto ver a Quackity de esta manera, mucho menos siendo él el culpable de esas lágrimas ¿Qué había hecho? Todo el pánico que tenía hace un momento desaparecido y se acercó a Quackity para rodearlo con sus brazos en un intento de consolarlo.

-No llores- Y Quackity se relajo entre los brazos de Luzu mientras escuchaba esa suave voz con más claridad que nunca. -No se que hice pero no llores por mí- No podría perdonarse ser igual que Jschlatt.

La respiración de Quackity se calmó y pronto se dió cuenta que Luzu parecía estar enojado y angustiado, por él, parecía que siempre pensaba en Quackity antes que en el mismo.

Por eso no le importaron los insultos.
Por eso no le importo lastimarse al golpear a Jschlatt.
Por eso no le importo ser bloquedo por los amigo de Quackity.

-Tú no hiciste nada malo- Era la verdad. Realmente Luzu solo había hecho cosas buenas por Quacks. -Lei tu ¿Diario? La verdad no sé bien como llamarlo-

Y Luzu se tenso ante esas palabras; Quackity soltó una pequeña risa.

-Me gusto- Lo dijo para calmarlo. -Todo lo que escribiste sobre mi- Su corazón se aceleró de solo recordar todas esas hermosas palabras en el papel.

El corazón de Luzu igualmente se aceleró, ni siquiera en sus sueños se podría haber imaginado que su ángel dijera eso, mucho menos poder tenerlo abrazado como en este momento.

-Luzu se que es algo tarde- Quackity levanto la mirada y sus ojos se cruzaron.

Tenía tanto que decir, tanto que preguntar, tanto que quería hacer, pero sabía que no había mucho tiempo y Quackity no era tan bueno con las palabras como Luzu, así que dijo lo único que sentía podía expresar un poco lo que pensaba.

-Sí yo soy tu ángel- Apretó con más fuerza el libro en sus manos. -Tú era mi ángel guardián- Y se puso de puntitas para poder dejar un beso en la mejilla del castaño.

Luzu se hubiera desmayado si no fuera porque aún estaba procesando las palabras que había escuchado.

Su ángel guardián, me considera un ángel ¿A alguien tan ordinario como yo?

Los dos estaban tan rojos como una fresa y se podía escuchar sus corazones palpitar como locos, se habían olvidado por completo de su alrededor, mínimo hasta que la puerta de la casa se abrió y la madre de Luzu fingió una tos haciendolos volver a la realidad.

Y los dos adolescentes se separaron de un brincó ante la mirada analítica de la mujer.

-Lo siento lindura- Se dirigió a Quackity. -Pero Luzu y yo tenemos que ir a una reunión familiar, puedes hablar con Luzu cuando volvamos-

-¿Reunión familiar?- Quackity miro entre Luzu y su madre. -¿Vas a volver?-

-Sí- Afirmó algo nervioso el castaño mientras era incapaz de mirar a los ojos de Quackity.

Y el chico sintió que un gran peso se quitaba de sus hombros mientras una sonrisa deslumbrante se dibujaba en su rostro, solo tenía que esperar a que Luzu volviera y podrían... Hablar.

-En ese caso espero que te la pases bien-

-Yo... Espero que te vaya bien en tu presentación-

-Gracias-

La madre de Luzu miro la escena con ternura, era la primera vez que veía a su hijo tan nervioso, realmente parecía enamorado y Quackity se veía como un buen chico.

Al final Luzu subió al auto y Quackity le había pedido quedarse con el libro hasta que volviera para tener una excusa he invitarlo a su casa, se despedieron y Luzu se quedó observando como la pequeña silueta de Quackity que agitaba su mano enérgicamente se hacía cada vez más diminuta a la distancia.

-Lo apruebo- Comento su madre.

-¡Ma-mamá!-

Luzu tuvo que sufrir durante todo su viaje y reunión familiar preguntas sobre su novio, pues era la primera que el castaño parecía interesado en alguien y nadie de su familia lo dejaría pasar.

Luzu odio aún más esas reuniones pero lo soportaría pues pronto podría ver de nuevo a su ángel.

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