Tiempos de Atlan: El Renacer del Destino

Capítulo 6: El despertar del poder solar

Draven despertó en la habitación desconcertado y se encontró solo. Buscó a Tlaloc sin éxito, y mientras indagaba por la habitación, sus ojos se posaron en numerosos libros antiguos que llenaban las estanterías. Entre ellos, llamó su atención uno en particular: "El Codex Solar". Este libro sagrado y preciado contenía los secretos y conocimientos sobre la magia solar, revelando su origen y funcionamiento. Sintiendo una atracción magnética hacia el libro, Draven lo tomó entre sus manos y lo abrió con cuidado.

Las páginas del libro lo sumergieron en una narrativa enigmática y poética que describía los aspectos más profundos de la magia solar. La primera frase que leyó fue reveladora: "La magia solar es el reflejo del fuego eterno que arde en el corazón del sol. Es la chispa divina que despierta el poder oculto dentro de los mortales". Cada párrafo que seguía ofrecía una visión más clara de la esencia de esta magia ancestral.

"La magia solar se despliega a través de la voluntad y la visualización. Con la mente enfocada y el espíritu enardecido, los adeptos pueden convocar llamas solares que danzan con la gracia de mil soles en el cielo. Estas llamas son portadoras de destrucción y renovación, capaces de purificar y sanar, así como de consumir a aquellos que se oponen a la luz".

Draven quedó absorto en la lectura del Codex Solar. Cada palabra parecía resonar en su ser, despertando un fuego interior que ansiaba desatar. Mientras avanzaba por las páginas, encontró una sección que hablaba sobre el equilibrio necesario para dominar la magia solar.

"La magia solar es un equilibrio delicado entre la pasión y la serenidad. Quienes buscan dominarla deben encontrar la armonía entre el ardor del sol y la calma interior. El exceso de fuego puede desencadenar la ira y la destrucción descontrolada, mientras que la falta de fervor puede limitar el poder y la efectividad de la magia. El verdadero dominio yace en la mesura y el entendimiento profundo del poder solar".

Draven se sumergió en las palabras del Codex Solar, pero de repente, el sonido de una puerta que se abría lo sacó de su ensimismamiento. Se apresuró a guardar el libro mientras escuchaba los pasos acercándose. Era Tlaloc, quien pronunció su nombre en voz alta. Draven, nervioso, respondió rápidamente: "¡Aquí estoy!". Tlaloc sonrió y comentó: "Vaya, al fin despertaste".

Draven se sintió avergonzado, pero asintió con la cabeza. Tlaloc rió y dijo: "Centraste toda tu energía en tu espada, dejando tu cuerpo completamente indefenso sin ser recubierto por tu energía. Aprenderemos a evitar eso. Ahora, sígueme, vamos a continuar con el entrenamiento".

Tlaloc llevó a Draven a un lugar boscoso cerca de un río. Draven lo miró sin saber qué hacer, pero Tlaloc comenzó a explicarle el siguiente paso en su entrenamiento. "Aquí vamos a entrenar", dijo mientras señalaba el entorno.

Draven estaba ansioso por aprender y mejorar sus habilidades. Escuchó atentamente mientras Tlaloc le explicaba cómo materializar su energía. Draven, sin entender completamente, preguntó: "¿Cómo?". Tlaloc alzó la mano y apuntó hacia el río, generando una esfera de agua en su palma. Luego, con gran velocidad, lanzó la esfera hacia el río.

Tlaloc continuó explicando: "Para materializar tu energía, debes equilibrar la cantidad que le das a tu ataque con la cantidad que le das a tu cuerpo para no desgastarte". Draven intentó imitar lo que había hecho Tlaloc , pero en medio de su concentración, comenzó a salir un poco de fuego de su mano. Tlaloc, al verlo, le dio un golpe en la cabeza y le dijo: "Estás dirigiendo toda tu energía hacia la palma de tu mano. Solo encenderás tu mano de fuego y dejarás tu cuerpo descubierto".

Draven se dio cuenta de su error y volvió a intentarlo, pero sin lograr resultados. Frustrado, continuó intentándolo una y otra vez, pero sin éxito. Tlaloc, al ver su lucha, decidió retirarse y dejarlo solo. En ese momento, Draven se dio cuenta de que estaba solo, pero sin importarle, siguió tratando de canalizar su energía y lanzar un ataque exitoso.