Capitulo 1

302 24 1
                                    

Helmut Zemo salió de la Universidad de Oxford bastante tarde, una jornada dura de clases y pasar tiempo en la biblioteca. 

Bostezaba cuando miró en el reloj de su muñeca que pasaban de las 7:00 pm. El campus estaba desierto, la gran mayoría salió temprano para ir directo a los pub de la ciudad. 

A pesar de ser viernes, el joven de 20 años no tenía planes para esa noche. Solo deseaba comer algo y dormir hasta las 10:00 AM del día siguiente. 

El silencio de las calles de la ciudad universitaria le incomodaba, apresuró el paso. Debido a que se quedó dormido esa mañana, al salir de su pequeño apartamento olvidó llevar su bicicleta. 

No sé cruzó con ninguna persona, ni siquiera con un animal callejero. Caminando deprisa, sin llegar al punto de correr, debía llegar a la parada de autobuses. 

A sus espaldas una camioneta negra se acercaba poco a poco. Sin mirar atrás, cruzó como un rayo la esquina, le faltaba muy poco para llegar a una de las tantas salidas de la universidad. 

La camioneta se adelantó y le cerró el paso. Por solo metros estuvo a punto de atropellarlo. Dos hombres con máscaras de payasos se bajaron.

Helmut quiso correr, pero lo sujetaron de los brazos. Un tercer hombre le cubrió la boca y la nariz con un pañuelo, que estaba impregnado de cloroformo. 

Luchó por no quedarse inconsciente, fue llevado a la camioneta, la cuál arrancó enseguida. 

Uno de sus captores le colocó una bolsa de tela negra en la cabeza y allí perdió el conocimiento. 

Helmut Zemo despertó sobresaltado. Estaba en una amplia cama, sus manos estaban sujetos por unas esposas al dosel de la cama. Al igual que sus tobillos. 

No reconoció la habitación. Forcejeó con las esposas, pero fue inútil. Para su sorpresa se dió cuenta que no tenía ropa, estaba completamente desnudo. 

La puerta frente a la cama se abrió. Un hombre de unos 40 años entró. Tenía el cabello largo y oscuro, sujetado por una coleta, sus ojos eran grises y profundos. 

Vestía de forma casual, con pulseras, cadenas y anillos de oro. 

El hombre se quedó viendolo de arriba abajo, provocando que el joven se sonrojara. 

-¿Quién es usted?, ¿Por qué me tiene así?- avergonzado quiso que ese hombre lo dejara de ver. 

- Estás así para que no puedas escapar de aquí.- el hombre se sentó a su lado sin dejar de ver al joven con lujuria. 

-¿Dónde estoy?- Helmut no pudo evitar gemir cuando le puso una mano sobre el pecho. 

- Sé quién eres. Acabo de hablar con tu padre, el Barón Zemo, le pedí 10.000.000 $ en efectivo, para que vuelvas sano y salvo a tu hogar.- acariciaba el escaso vello del pecho. 

- Mi padre no negocia con criminales. No pagará.- dijo Helmut más excitado que asustado por la situación. 

- Eso me dijo. No dará un centavo por tí. 

- ¿Qué me harás sí no paga?- un nudo se formó en su garganta. 

- Tal vez me quedé contigo.

El hombre bajó su mano hasta su vientre y sonrió. 

Entre Tus Brazos (Winterbaron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora