Enigma

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" Por muy increíble que suene a un Alfa suele agobiarle en secreto el papel que debe ejercer: ser siempre responsable, protector, dominante y racional. Así que cuando un buen seductor se le acerca rompiendo su rutina, creando la ilusión de que ofrece justo esa variedad de placeres y aventura, no pueden evitar sentirse atraídos como las abejas a las flores" - Kanroji Mitsuri

Mientras más leía el libro, Giyuu entendía más el plan del general. Una estrategia de seducción obvia despertaría las dudas de alguien que conocía bien las reglas del juego de una guerra, las cosas más inusuales o que parecían una oportunidad que podían sacarle a un enemigo, siempre había que estudiarse primero a fondo.

A veces se tenía que ser un poco teatral, a todo el mundo le gusta el teatro y como siempre en toda obra se tenía que empezar con una escena contundente qué dejara lleno de intriga al expectador.

La ropa bonita era su vestuario y las cadenas eran parte de la escenografía donde apenas era un personaje secundario qué de apoco iba tomando un rol principal ante todos.

Dio los últimos toques a su maquillaje, como si quisiera ocultar los moretones qué todavia no se desaparecían, colocando algo de color ligero en sus labios y haciendo un peinado intrincado. Colocando pequeñas margaritas qué le había traído esa mañana el beta Zenitsu y algunas pequeñas trenzas con algunos de sus mechones para sujetar mejor la flores.

Su cabello ese día estaba suelto y con algunas trenzas, estaba seguro que el capitán había visto más de una vez el mechón blanco en todas las veces que se habían visto esa semana.

Le había visto menos 2 veces más, dos habían sido momentáneas, Genya tenía la manía de sacarlo a pasear lejos del fuerte por largos ratos para que el no se quedará con su hermano en su oficina o haciendo tareas de limpieza pesada pensado que era un trato inhumano. Un simple paseo no tan cerca de la frontera, pero siempre sentía la mirada del alfa encima de él de manera pesada, en especial en sus cadenas, Giyuu solo daba una pequeña reverencia dando una pequeña sonrisa leve y seguía su camino, no intentaba hablar o pedir ayuda alguna; Sin embargo, su imagen decia más que mil palabras.

Y la tercera iba al parecer ser esa mañana de otoño helado, mientras estaba con primer cadete Murata y Zenitsu; Más bien estaba escapando mientras corría por el bosque entre todas las raíces y hojas secas, sin saber que hacer exactamente.

Había sido una idiotez qué Murata le dejara la cadena al beta, qué soltó la cadeba a la primera sonrisa para llevarse sus manos a su cara y chillar de emoción, no lo entendía, no era que sus sonrisas eras increíbles, tal vez impresionantes por lo mediocre. Era pequeña, simple, sin abrir sus labios para mostrar sus dientes y cerraba sus ojos levemente para hacerla lo más natural posible. Era su sonrisa débil qué había practicado por horas en su habitación en el fuerte, era la que mejor le salía sin lucir falsa y desagradable, apenas era pasable; pero, ese pequeño beta actuaba como si fuera la cosa más increíble del mundo.

La cadena cayó al piso, en un sonido pesado y estruendoso sorprendiendo a todos, incluso a los guardias del lado Sur qué no estaban tan lejos porque estaban hablando con Murata esa mañana, eran los hermanos Kamado y suponía que si ellos tenian a Zenitsu para compartir cualquier información al sur, ellos tenían a los Kamado para ese mismo problema.

— ¡Kyaaa! ¡Tan hermoso! — Chillaba el rubio en una clara muestra de falta de afecto de los otros géneros.

Giyuu era calificado como belleza promedio, agradable a la vista si se arreglaba un poco, pero hermoso no era un adjetivo qué utilizaría para describirse.

Sin embargo, no había tiempo para pensar en eso cuando vio la cadena en el piso y todos tenían su vista en ella, incluso los soldados del sur. Si alguien era prisionero, no esperaría que su captor buscará la cadena de nuevo y dio pasos hacia atrás rápido.

Eunomia ; SabiGiyuu (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora