El comienzo de un largo viaje

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"Puede bien que no lo entiendas; yo a tu edad, Giyuu, también tenía sueños y metas que deseaba cumplir. Sin embargo, muchas de ellas no se alineaban con un futuro estable en este mundo.

Establecer un buen matrimonio es esencial para cualquier Omega, es como un negocio y depende de uno buscar la oferta que mejor se nos adecue. Por lo tanto no te pido que hagas las tonterías que dicen muchas madres a sus hijos, casarse por amor siempre termina en estafa. Pero si encuentras a alguien que te vea más como un socio y ambos respeten sus condiciones el matrimonio que tendrás será un sueño.

Las personas han empezado a hablar hijo mío, y yo como tu madre estoy más que preocupada de que muchas puertas se te puedan cerrar. Así que he hecho mi investigación, aquí te envío una larga lista de pretendientes que espero que al menos consideres leer...." -Pedazo de una carta de Lady Tomioka a su hijo.

Giyuu estaba seguro que si Lady Tomioka viera u oliera el estado en que estaba, probablemente se desmayaría. Su madre había estado intentando los últimos meses que dejara su trabajo y considerará un matrimonio estable como el hijo de un noble que era él, siempre pensaba que el trabajo en el palacio era peligroso debido a los muchos complots y escándalos que llegaban a la corte.

"Podría manchar tu honor y sabes bien que a veces es lo único que tiene un Omega"

Siempre estaba muy angustiada, por eso no era parte de la corte de la capital y se mantenía como una ex noble esposa de un rico marinero en la cosa casi don nadie, más seguro para ella y sus nervios.

Ella esperaba que todos sus hijos también hicieran lo mismo que ella, casarse con alguien del campo y se alejaran lo más posible de cualquier cosa que pudiera ser peligrosa. Ella había sido la segunda hija de un conde, esperaban que se casará con alguien de su rango social o al menos un poquito inferior, no alguien sin una pizca de sangre noble que consiguió su fortuna solo.

Casó a su primogénito de inmediato con la décima y casi olvidada hija de un vizconde, demasiado callada y sumisa para quejarse sobre no tener que ir a las reuniones sociales de la capital. Casó a su hermana con el hijo de un socio de negocios de su padre, demasiado ocupado en sus viajes y negocios para estar en su casa.

Solo quedaba el pequeño, ya no tan pequeño Giyuu. Él que más le generaba que sus nervios se dispararán, culpaba a su esposo de todo por dejar que su hijo hiciera todo lo que se le diera la gana y viviera en la capital, en el palacio mismo entre tanta vulgaridad y excentricidad.

Justo como la que acababa de hacer.

Tener el olor de un alfa tan adentro de él que no se podía quitar en varios días, semanas para ser exactos de lo fuerte que estaba ese olor sobre su cuerpo, sería la gota que colmaría el vaso ¿Quién se casaría con un Omega después de ser utilizado de esa forma y más por sus enemigos?

Giyuu se estaba bañando y se recordaba una y otra vez que lo que no supiera su madre no le dolería o en su casó le obligaría a casarse con él primero que lo acepte de esa manera.

Tenía marcas por todos lados, como una obra incomprendida de un artista que su señora le gustaba comprar. Incluso sin olor a sal, las personas podrían decir que paso una noche larga con el capitán de solo verlo, aunque estaba seguro que le habían escuchado a ambos.

Se hundió en el agua unos segundos avergonzado, él normalmente no era así, nunca había sido así en la cama. Había disfrutado de todo, hasta hacer sufrir a Sabito al evitar gemir su nombre, le encantaba ver cómo mostraba sus colmillos y agarraba sus piernas o su cintura con más fuerza cada vez que lo hacía.

Se había perdido en la lujuria y pecado contra todas su creencias, manchando su alma en el acto de una manera que no podría borrar aunque lo intentará.

Eunomia ; SabiGiyuu (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora