Poema 16

7 0 0
                                    

En la lejanía de tu ausencia,
mi voz se alza, en suspiros de nostalgia,
y en el eco del viento que te lleva al alba,
mi corazón se estremece y gime perdida.

Extraño tus ojos, luceros que me guiaban,
fulgores de esperanza en mi universo,
y en cada amanecer, tu risa como un verso,
que alegraba mis días, cual sol que brillaba.

En la quietud de la noche, tu recuerdo danza,
poblándola de silencios y añoranzas,
y en mis sueños, tu imagen se desliza,
como una melodía, dulce y templanza.

Extraño tus manos, que eran mi refugio,
donde hallaba paz y cálido abrigo,
y en cada caricia, una caricia al destino,
que sellaba nuestro amor, sin mendrugos.

Las palabras se pierden, sin tu presencia,
y en el papel, mis versos buscan tu esencia,
tratando de traerte cerca, en cada línea,
y abrazarte en la tinta, con vehemencia.

Extraño tu risa, que alegraba mi mundo,
un eco melodioso que llenaba mi ser,
y en la tristeza, se ha vuelto mi querer,
oírte reír, en un suspiro profundo.

En la distancia, extraño cada instante,
cada segundo compartido y suspirado,
y en mi pecho, un amor desesperado,
late al ritmo de tu nombre, constante.

Pero aunque extrañarte sea mi destino,
sé que el amor no entiende de barreras,
y en el anhelo, se forjan nuevas primaveras,
donde el reencuentro florece divino.

Por si no sabías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora