Janie se habia adelantado un poco ya que James al ser más alto la alcanzaría muy fácil. Subió las escaleras con rapideza ya que el chico estaba apunto de alcanzarla. Estaba a unos pasos de el auditorio sin embargo al sentir la mano de James en su hombro esta se metió al salón de musica.
-Damelas.-
-No hasta que vuelvas a la obra.-
-No lo haré, no saldras de aquí hasta que me des las llaves.- Cerró la puerta de la habitación y la bloqueo con una silla que estaba cerca de la puerta.
-Pues entonces aquí nos quedaremos.- Janie tomo asiento en el banco del piano y cruzó los brazos.
-No tengo todo el tiempo niña, dame las llaves- James se acerco a Janie y ella bloqueo con sus manos el bolsillo.
Entre los dos comenzaron a jalonearse peleando por las llaves. James era cuidadoso para no lastimarla pero no se iba ir de ahí sin sus llaves. Janie se subió sobre el banco y alzó su mano con las llaves
-Alcanzalas maldito poste.-
Graham miraba las llaves y tomo la cintura de la chica cargandola y bajandola del banco. Tomó las llaves de la mano de Janie y las metió en su chamarra de cuero. A Janie la bajo hasta que esta con sus pies toco el suelo.
Ambos hicieron contacto visual y comenzaron a sentie tensión. James no apartaba la mano que tenía en su cintura y la mantenía pegada a el.
-Es inútil que hagas estas cosas Janie.-
-Tenía que intentar hacerte volver-.
-Hacerme volver?, sabes que cuando digo que no es no y nada lo va a cambiar.-
-No puedes dejar dos cosas botadas a la mitad.-
James fruncio el ceño confundido. -Dos cosas?-.
-Piensa-. Janie coloco sus manos encima de los hombros de este y se acercó a el. -Dos veces Graham, no es justo.-
James al instante comprendió a que se refería Janie. -Y que harás al respecto, lo haré cuando quiera Janie, tu misma me lo has demostrado.-
-Cuándo tú quieras?... y eso cuando será. Janie quito sus brazos de el y su voz se escuchaba enfadada.
James no dijo nada y quito su mano de la espalda de Janie. Camino hacia la puerta y en lugar de abrirla se aseguro que nadie pudiera mover la silla. -Cuando yo quiera Janie. Podras hacerte la dura de que tienes odio hacía mi, pero tu sabes que lo deseas incluso más que yo. Porque me e encargado de que lo desees tanto como yo quiera, y no vas a impedirlo porque amas que lo haga yo decido.-
James solo miraba a Janie y como la respiración de ella aumentaba. Graham se acercó a ella y le dijo: -Si te molesta, solo dímelo.-
Janie termino de cortar la distancia que había entre ellos: - No dije que me molestará-.
Janie tomo mechones de cabello de la nuca de Graham y lo acercó a su boca comenzando a besarse. James la cargo y ella con sus piernas envolvió su espalda, la recargo encima de las teclas del piano.
Entre las respiraciones aceleradas de ambos el habiente comenzaba sentirse más caliente y tenso.
Ella se lamió sus labios mientras desabrochaba su cinturón, seguido de su pantalón. Con un movimiento brusco, pero excitante, James tumbó a Janie boca arriba para colocarse frente ella. Quito la camisa de la chica y observaba su abdomen, realmente tenía un cuerpo asombroso.
Janie sintió el miembro erecto del hombre sobre su pelvis, lo que la hizo gemir entre besos. James besó su cuello, y bajó hasta sus pechos. La chica se encorvó debido al placer, y él no pudo evitar subir la mirada. Le encantaba verla así, retorciéndose por él, siendo vulnerable por él, pero a su vez le encantaba hacer todo lo que estuviera a su alcance para hacerlo. Quería dominarla, pero también quería ser su esclavo.
Jamás se había sentido así.
-¿Qué quieres que haga?- dijo el hombre mientras besaba el cuello de la chica, con la respiración entre cortada.
-Quiero sentirte dentro de mí- respondió Janie sin pensarlo. Acariciaba el cabello del chico mientras este la besaba.
El bajó su ropa interior pero antes buscó en el bolsillo de su pantalón un preservativo. Lo colocó sin problema y se situó frente Janie de nuevo. Al introducir su miembro dentro de la chica, sintió que estaba húmedo, lo que hizo que se exaltara más.
Janie comenzó a gemir cada vez con más fuerza, y él no quería otra cosa más que observarla, por lo que extendió sus brazos para tener un mejor panorama de ella. Se movía con desesperación, y colocó sus manos en la espalda de Graham, descartando alguna posibilidad de que él quisiera detenerse o irse. Mientras se encorvaba, pasó sus largas uñas por la espalda del hombre, creándole heridas superficiales. James estaba en el mayor nivel de éxtasis cuando escuchó susurrar a la chica. -James una y otra vez.-
Esto lo hizo acabar, y cayó sobre ella, haciéndole sacar un poco el aire a Janie. Ella rió ligeramente por ello y acarició la nuca del hombre. Graham nunca había pensado que su nombre tuviera algo especial hasta que lo escuchó de los labios de Janie en su estado más vulnerable.
El pelinegro recuperó la respiración y tomó lugar en el banco del piano dejando a Janie sobre las teclas de este. Ella lo observaba mientras sus labios formaban una sonrisa pícara.
James coloco su cabeza sobre las piernas de la joven que aún temblaban por el momento. Con sus manos Janie comenzo a acariciar su cabello y James como respuesta puso ambas manos sobre las piernas de Janie. Este no podía dejar de pensar en como Jane repetía su nombre una y otra vez.
El pelo alborotado de Janie por primera vez no le molestaba, estaba por acomodarse ya que se estaba resbalando y cuando se apoyo para moverse las teclas del piano sonaron causando una risa en Graham.
Este quito su cabeza de las piernas de Janie y la observo como ella trataba de recuperar el aliento. Graham se puso de pie y tomo la barbilla de la joven para volver a besarla y ella correspondió el beso. James la tomo por la cintura y la bajo de el teclado.
Tomo la ropa interior de ella y se la entrego, el solo subio su ropa que se encontraba aún puesta y abrocho sus botones.
-James..-
-Dime.-
-Esto queda entre nosotros, el recuerdo es solo para nosotros si?.-
-Claro.-
Por ultimo Graham ayudo a Janie a terminar de vestirse y ambos salieron sudados de la habitación, para su suerte no se encontraba nadie en los pasillos.
-Carajo, crees que alguien escuchara...?-
-No, es un cuarto diseñado para que con las ventanas y la puerta cerradas el sonido de adentro no salga, no te preocupes, en caso de que haya alguien que escuchara no nos vio la cara.-
-Iras a la rodada?.- ambos comenzaron a caminar hacia las duchas.
-No lo sé.- James acomodaba su cabello y parte de su camisa.
-Ya manten las manos quietas, no seas obvio.-
Llegaron a las duchas y tomaron caminos separados.
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Cambios a cambio de
Romance* Tu vienes de la ciudad de los rascacielos, yo del lugar de los castillos. Enseñame lo que yo no conozco, y dejame enseñarte lo que soy.*