El amor que se creía perdido

Capitulo 5

Se adentran en un oscuro bosque qué está a las afueras de la ciudad. Al principio Izuku no sabe a donde se dirigen hasta que ve un pequeño claro cerca de donde el bosque topa con la enorme montaña en donde hay una tenue luz iluminando.

Katsuki detiene la moto, ayuda a bajar a su omega y luego baja él para dejar estacionado el aparato. De la nada y con el sigilo qué lo caracteriza aparece Shoto delante de ellos.

-Hola bastardo mitad y mitad - el mencionado le sonríe a modo de saludo - Zuzu él es Shoto - le dice mientras lo señala - Shoto, el es Izuku mi omega - el bicolor se acerca un poco para estrechar su mano -

-Un gusto conocerte Izuku - le dirige una sonrisa sincera -

-El gusto es mio Shoto - los ojos heterocromáticos ahora miran al enigma -

-Kats, ¿Estas seguro que quieres que Izuku vea esto? - sabe que la escena es muy fuerte, ambos alfas están golpeados, ensangrentados, mutilados en algunas partes y con parches qué los hacen sufrir a un nivel superior -

-Eso no me lo debes preguntar a mi - Mira al peliverde - Él es el que quiere estar presente, y dado a lo que le hicieron no se lo puedo negar por más que quiera protegerlo -

-Quiero ser lo último que vean antes de morir - contesta seguro el pecoso -

-Comprendo, de ser así, síganme, los llevaré hasta donde están -

Lo siguen entre el borde del bosque y la montaña, hasta llegar a una cueva, la cual tiene una entrada camuflada para no ser vista tan fácilmente. Los hace pasar, dentro esta forrada de metal por todos lados, es más grande de lo que creían, tiene pasillos y laberintos, al parecer todo está conectado en el interior de la montaña, es como si la montaña hubiese sido creada para ocultar ese escondite perfecto.

-Ellos están tras esta puerta - Les tiende unos plásticos transparentes - ponganse esto, es posible que las paredes esten manchadas de sangre ya qué Inasa está dándoles la paliza del día - sonríe orgulloso de su enorme omega - y también es probable que pueda salpicarlos -

Se los ponen rápidamente, el bicolor no lo hace ya que él está acostumbrado a mancharse de sangre y además él tiene varias mudas de ropa al pasar demasiado tiempo ahí últimamente. Abre la puerta una vez que la pareja está lista, lo primero de lo que se percatan es de el fétido olor a sangre, orines y esces, después ven a un enorme o eha cubierto de sangre que sostiene un bate en sus manos mientras los dos alfas cuelgan del techo completamente ensangrentados. Un escalofrío recorre el cuerpo de Izuku, pero se mantiene firme ante su decisión de lo que quiere hacer.

-Hemos llegado mi amor - le anuncia Shoto al omega, quien se gira para darle un apasionado beso, al parecer ambos tienen la mente igual de retorcida ya qué su trabajo los excita -

-Bastardos por fin han venido a visitarlos - una risita burlona escapa de los labios de Inasa- por fin ha llegado su momento - va hasta una palanca qué está en un costado de la habitación, la jala para bajarlos hasta que quedan sentados en unas sillas. Ambos alfas mantienen la mirada gacha y los ojos cerrados ante tanto dolor en sus cuerpos, entre las golpizas de Inasa, las mutilaciones de Shoto y el dolor de los parches los hacen desear la muerte cada día -

-Hola papá, hola Kai - ante esa chillona voz ambos alfas levantan la vista, primero ven una mancha verde borrosa, pero cuando comienzan a enfocar bien logran distinguir a Izuku -

-Has... venido... a... rescatarnos... hijo-el peliverde ríe con ironía -

-¿Y a mi quien fue a rescatarme de este monstruo papá? - señala al otro alfa ensangrentado - definitivamente tu no. Así que ¿Porque tendría que salvarte yo a ti? -