Capítulo 2

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Mientras veía a su omega y cachorro dormir, inundaba toda la habitación del hospital con sus feromonas, en parte para relajarlos, en parte para marcarlos como suyos. Quería que todos se mantuvieran alejados de ellos, por lo menos hasta que pudiera deshacerse del maldito que les causó tanto sufrimiento.

En la oscuridad de la habitación ya estaba maquinando como le haría para hacerlo pagar, había miles de formas, ninguna es por la vía legal, pero justo ahora el tema legal no le interesa en lo absoluto.

-Kacchan - siente una mano sobre su brazo, lo mira, se ve precioso recién despertando - ¿Has estado despierto toda la noche? -

-No puedo dormir, necesito asegurarme que están bien - el peliverde lo toma de la barbilla para hacer que lo mire directamente a los ojos -

-Lo estamos ahora Kacchan, ya estamos en casa - el rubio se acerca y después de 7 años vuelve a besar sus labios, es un contacto suave, pero que le hace sentir como si estuviese en el paraíso. El peliverde le contesta el beso, feliz de estar de nuevo con su enigma. El cual toma uno de sus brazos para acariciarlo suavemente topándose con una ligera cicatriz -

-¿Te golpeaba? - Niega lentamente mientras dirige su mirada a un punto en la pared -

-No lo hacía directamente, sabía que si me golpeaba podría lastimarme y en caso de estar embarazado sin que lo supiera podría hacerme perder al bebé y volverme estéril, o eso es lo que la doctora siempre le dijo para que no lo hiciera, ya que sabía que podría llegar a desesperarse en algún momento y hacerlo - se mira la cicatriz - Todas mis cicatrices son de hace un año para acá, Katsumi comenzó a defenderme cuando me gritaba, entonces él intentaba golpearlo, nunca lo logró porque siempre me metí, es ahí a donde me gané varias cicatrices, no dejaría que le hiciera daño a nuestro cachorro, tenía que ser un omega fuerte, como tu siempre me dijiste que era - el cenizo le acaricia la mejilla - Después de las primeras tres veces, al ver que no dejaría que lo golpeara y que solo saldría dañado yo, dejó de intentarlo, simplemente se frustraba y se iba de viaje -

-Así fue como lograste escapar, ¿no? - Asiente -

-Si, se iba a atender sus negocios, solo regresaba cuando sabía que faltaba poco para mi celo, de ahí esperaba unas semanas para ver si el resultado era positivo y cuando veía que no había logrado su cometido volvía a irse de viaje dejándonos solos en el horrible lugar en el que estábamos, solo dejaba a su fiel guardián cuidándonos - sé ríe un poco aún dentro de toda su desgracia - Desafortunadamente un día el perro guardián tuvo que viajar con él, gracias a una amenaza contra su cabeza -

-Intuyo que eso fue obra de ustedes - sonríe orgulloso mientras asiente -

-La doctora sedujo a uno de los alfas guardianes, resultó ser su destinado y a partir de ahí las cosas comenzaron a alinearse, él fue el que nos ayudó a escapar, en teoría aún no explota la bomba de que escapé -

-Entonces aún no está buscándote - Niega nuevamente -

-No, aún está todo normal, hasta que el alfa regrese - se ríe - se dará cuenta que no estoy y para ese día la doctora Ochako e Iida su alfa, ya estarán muy lejos -

-¿En donde te tenía? - es algo a lo que le ha estado dando vuelta, tenía a los mejores investigadores privados buscándolo, incluso contrató a un sicario para que buscara por la vía no legal, pero nadie encontró ni un solo rastro -

-En una hacienda a las afueras de escocia, la cual está rodeada de un inmenso bosque, al finalizar el bosque hay una enorme muralla de concreto, todo esto dentro de una isla, es por ello que nos era casi imposible escapar, Chisaki siempre entra y sale en helicóptero - Así que ese era el nombre de ese maldito, lo anotará en su mente para después hacer que lo busquen - Al final pudimos escapar gracias a Iida, él consiguió los transportes, me trajo hasta un aeropuerto en japón y de ahí me moví en tren sigilosamente hasta que llegué aquí -

El amor que se creía perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora