•Capitulo 3•

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Primer día de instituto.

Kayden Bruns.

La alarma sono y yo solo quería seguir durmiendo.

La apague y me puse una almohada en la cara, no quiero ir a ese instituto.

Siento que será muy extraño.

Nadie me conoce, yo no conozco a nadie.

Pero es ovbio que mi padre no me apoyara en dejar los estudios, no es algo bueno que hagan los padres.

—Espero que ya estés despierto—La voz de mi padre del otro lado de la puerta me termina de confirmar que no puedo faltar el primer día.

Lástima, quería seguir durmiendo.

—Si papá, voy a ducharme—grité a mi padre quien estaba aún de pie en mi puerta.

—Te esperaré en la cocina, para después irnos—Dijo y pude escuchar los pasos del pasillo hasta perderse en la escalera.

Suspiré y entré al cuarto de baño que tengo en mi habitación.

Me duché, cepille mis dientes y me vestí.

Menos mal y este instituto no es de informe, me coloque unos jeans negros, una camiseta blanca, una chaqueta encima negra y mis zapatos deportivos.

Mi desordenado cabello se quedó así.

Tome mi móvil y baje a la cocina, donde me está esperando mi padre.

Primer día y mi papá me llevará al instituto.

Genial.

Entré en la cocina y mi desayuno estaba servido en la mesa.

Pan tostado y huevos revueltos.

Mi papá cocina increíble también, mamá le había enseñado.

Me senté y comencé a devorar mi desayuno.

Mi padre me pasó un vaso con jugo de naranja, mientras el se tomaba su café leyendo el periódico.

Terminé de desayunar y salimos por el auto.

Mi padre estaba ya vestido.

Con su traje, su cortaba y ese maletín que le da su toque de abogado ejemplar.

Entramos al auto y lo puso en marcha.

En todo el camino estuve mirando por la ventanilla, para poder observar todo el camino. para cuando me toque regresar a casa, no perderme.

Llegamos al instituto.

"Instituto Wellington"

Si, así se llama.

Mi papá observó todo alrededor y luego me miro a mi.

—Bien, espero tengas un buen primer día hijo—Dijo Poniendo una mano en mi hombro.

Le sonreí y me baje del auto.

—Espero que tengas un buen primer día en tu trabajo papá—El me devolvió la sonrisa.

Y luego se fue.

Volteé a volver a ver la institución Wellington, era una institución de varios años, se notaba y había mucha gente.

Suspiré pesadamente y caminé hacia aquel instituto que cada vez más cerca me parecía más impresionante.

Por dentro era grandísimo.

Varias chicas me lanzaban miradas y sonrisitas.

Se que soy atractivo, pero vamos chicas soy nuevo respeten.

Mi Vecina Me OdiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora