Capítulo Uno - Una Familia Feliz

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Nueva York-Estados Unidos

Dominick Becker

Hace tres años regrese a New York, había estado viviendo en Alemania mientras me hacía cargo de la empresa que me heredó Frederick Becker, mi padre.

El murió en un accidente automovilístico unas semanas después de que mi madre me de a luz y cuando cumplí cuatro años, Eleonor, mi madre, volvió a casarse.

El nuevo esposo de ella tenía un hijo que en aquel momento tenía ocho años, pero el vivía con su madre y el esposo de ella.

Stuart Kelman es el nombre del esposo de mi madre, él ha demostrado ser un hombre muy bueno a lo largo de estos años, cuando se casó con mi madre fue muy compresivo conmigo y siempre me dio mi espacio respetando los sentimientos que yo podía tener a los cuatro años de edad, pero por encima de todo eso, me dio el amor y el apoyo que un padre debe darle a un hijo, a pesar de que yo no era nada de él.

Al año de casarse con mi madre, ellos me dieron un hermano, Máximiliano que hoy en día tiene diecinueve años, y unos años después tuvieron a Zenit, mi hermanita quien acaba de cumplir dieciséis años.

A pesar de que Stuart no es mi padre, lo quiero como tal y me da gusto saber que mis hermanos y mi madre tienen a alguien tan bueno como el en sus vidas.

-Llegamos, señor- me informa Steven, mi chófer y jefe de seguridad una vez que estamos frente a la mansión de mi familia.

Hace tres semanas me había ido a Alemania a solucionar un par de inconvenientes con la empresa de allí, al terminar de arreglar todo ahí regrese lo antes posible.

Amo ir a Alemania, es mi país natal después de todo, pero me agrada más estar aquí con mi familia que allí rodeado empresarios.

Una vez que mi chófer estaciona el auto, me bajo del mismo y comienzo a caminar hasta la puerta principal de la mansión.

Estando frente a la puerta, tocó el timbre de la misma y solo espero.

Segundos después, la puerta se abre y veo a la empleada.

-Señor Becker, buen día- me dice la mujer de cabellera negra.

-¿Marie, verdad?- pregunto y ella asiente, mientras se aparta para dejarme entrar. -¿dónde están todos?

-En el jardín trasero- responde la muchacha. -¿quiere que les avise que esta aquí?

-No hace falta- respondo. -iré con ellos.

La mujer asiente y se dirige a la cocina mientras que yo comienzo a caminar en dirección al jardín trasero, donde poco a poco voy oyendo la voz de mi familia.

Al entrar al patio, veo a mis padres quienes están sentados en los sillones y hablando entre ellos, mientras que mis hermanos están en sus asuntos.

Zenit lee un libro, mientras que Máximiliano esta un poco mas alejado del grupo hablando por teléfono.

-Hola familia- es lo único que digo cuando estoy más o menos cerca.

La primera en oír mi voz fue Zenit, quien estaba leyendo pero al momento que sus ojos coincidieron con los míos, dejo el libro a un lado y comenzó a correr hacia mi.

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