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Las primeras semanas fueron bastante interesantes para nuestro trío de amigos. Si bien estaban en casas diferentes, aprovechaban cualquier momento para estar juntos. A sus pláticas se unieron Daphne, Tracey y Blaise de Slytherin; Susan Bones y Fred y George Weasley. Estos últimos ocasionalmente.

Estos dos últimos y Harry se llevaron bastante bien. Su sentido del humor eran afines y eso asustaba a sus demás amigos. La primera vez que Harry participó en una de sus bromas, todo el Gran Comedor terminó cacareando como gallinas cada vez que hablaban. Con el conocimiento de pociones de los gemelos y un poco de Glamoria por parte de Harry, hasta el director cacareo como gallina en corral.

Claro que esto dio lugar a un zape de Hermione y unos 20 minutos de riña. En resumen, valió la pena. No ayudó que a Neville no le molestase proporcionar ingredientes herbarios para los "producto".

En cuanto a la escuela, Harry estaba satisfecho. Desde que llegó no dejó de aprender nuevos hechizos, sobre nuevas especies de plantas mágicas y sobre las criaturas del bosque prohibido. Ésta última gracias a Hagrid. El medio gigante y el trio eran muy buenos amigos, pero más Harry. Tanto así que rogó al Profesor Snape, con quien mantenía una relación tensa, para que diese un permiso para acompañar a Hagrid al Bosque. 

Increíblemente, se le permitió su deseo y ahora iba cada 2 días con el medio gigante, para cuidar de las criaturas y rondar entre los grandes árboles. Observaron a los unicornios, alimentaron a los Thestrals y mucho más. Lo que más disfrutó fue sin duda conocer a Aragog. Una acromántula enorme. Gracias a Hagrid consiguió llevarse varios viales de su veneno también.

Si tuviese alguna queja serían Defense Contra las Artes Oscuras e Historia de la Magia. La primera era más el profesor, que claramente no estaba cualificado para impartirla. Es decir, Quirrel tartamudeaba tanto que no se entendía nada y se asustaba de sus estudiantes. Además, no le daba buena vibra.

También estaba Snape, quien parecía odiarlo por existir, pero que al parecer estar en su casa limitaba el posible incordio que llegase a ser el profesor de pociones. Harry por su parte procuró mantenerse en su lado bueno. No quería enemistarse con el jefe de su casa.

Hoy, el grupo menos los Weasley, se encontraba en la biblioteca. Daphne ayudaba a Tracey con su ensayo de Transfiguración, Susan y Blaise hablaban sobre sus opiniones de las asignaturas y Hermione corregía los errores de Neville en Encantamientos mientras el chico anotaba lo que se le decía.

Harry por su parte estaba escribiendo, dibujando y tachando cosas en su Diario. Abenthy, mirando desde su hombro silbaba ocasionalmente. El grupo ya descubrió que Harry hablaba parsel por lo que ya no se les hacía raro verlo susurrar cosas con su serpiente.

"Harry, ¿seguro que no quieres hacer el ensayo de Encantamientos?" Hermione preguntó pero con otra intención. Ella sabía que su amigo ya lo había completado diligentemente su tarea. Solo quería comprobar una cosa.

"¿Eh? No si yo ya lo hice." Harry respondió aún enfocado en su Diario.

"Pero Harry el ensayo lo mandaron ayer a las 9 de la noche. No has de haber tenido tiempo." Neville dijo sabiendo lo que se venía.

"Bueeeeeeeno..."

"Harry James Potter espero que no hayas hecho lo que creo que hayas hecho" Hermione entrecerró los ojos, mirando a su amigo.

"No lo hice." Mentira, si lo hizo. "Bueno está bien. Si lo hice, pero solo fueron unas horas" 

"¿De cuántas horas estamos hablando?" Susan arqueó una ceja.

"... Ocho." Respondió mirando hacia otro lado.

"Por Merlín Harry eso es toda la noche. ¿Qué acaso no duermes?" Preguntó Daphne.

El Nombre del Niño Que VivióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora