Hwang Hyunjin y Lee felix, ambos mariscales de campo de equipos y universidades totalmente rivales. Solo jugaban como un pasatiempo, pero eso era suficiente para que en los torneos de football americano que eran situados en la ciudad de Seúl todos l...
El para nada esperado día había llegado. Me encontraba ingresando a la universidad con las peores ojeras que se podían ver en una persona a las ocho de la mañana. No había dormido más que tres horas en toda la noche esperando a que no amaneciera, pero el apocalipsis no iba a llegar justo hoy que yo lo estaba esperando con mis brazos completamente abiertos, para abrazarlo y decirle que le agradecía por completo que le hubiese al fin ganado a la humanidad y no dejarme vivir este día.
A mi parecer, todos en el lugar hoy tenían una mala cara. ¿Será que me conecté a través de ellos y todos piensan: Oh no, es martes, ¡el entrenamiento será compartido! No, definitivamente era que aún faltaban cuatro días para el fin de semana.
"¡Hyunjin!" Sentí como alguien se colgaba desde mi costado izquierdo mientras caminaba como un zombie por el pasillo de la universidad en busca del aula de filosofía que sólo compartía con uno de mis amigos, y era justamente con el que tenía pegado a mí como si fuese una garrapata.
"Al fin una cara amigable aquí!" Le dirigí una simple y neutra mirada que logró que se despegara de mí y mirara hacia el frente. "Bueno, no tan amigable".
Reí por primera vez en el día, aunque fuese mi primera charla en toda la mañana, y le dirigí una mirada algo más tranquilizadora a mi castaño amigo.
"Seungmin, creo que necesitas rasurarte, lo sabes ¿no?" Su cara se contrajo haciendo que sus ojos color marrón café quedaran achinados.
Llevó una mano a su pelo y lo despeinó un poco mientras volvía a su expresión normal, una mezcla de tranquilidad y preocupación.
"Lo sé" Dirigió sus manos hacia la parte baja de su buzo negro y lo acomodó aún mas abajo logrando que taparan gran parte de sus pantalones de mezclilla. "¿Qué te sucedió que no has dormido en toda la noche?"
¡Qué considerado de tu parte por notarlo, Seungmin!
"Hoy es el primer entrenamiento con los Stallions, ¡Salto de felicidad!" Levanté mi manos como si estuviese usando porras y oí la suave risa de mi amigo.
Bufé por lo bajo y me adentré en el salón alejándome de todas las odiosas personas con cara de querer suicidarse que había en el pasillo, aunque yo fuese una de ellas. Fui seguido por mi amigo, como era de esperar, y nos dirigimos hacía la parte de arriba del salón que a mi parecer tenía forma de estadio, aunque estuviese alfombrado con pisos rojos, las butacas y los asientos fuesen negras, y una gran pizarra blanca se encontrase en frente, para mí seguía siendo parecido a un estadio. Y era completamente igual a los otros salones de la universidad.
La alta cuarentona teñida de pelirrojo profesora de filosofía entró al curso y sin dejarnos ni un respiro comenzó a hablar sobre Platón y blah blah blah. A pesar de que no me arrepentía en absoluto de haber elegido ser estudiante de literatura, en días como hoy hubiese preferido saltar a un acantilado que escuchar lo que la profesora decía.
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