Woods AC

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Marcus Woods es un brillante abogado, quien a base de esfuerzo y sacrificio mantiene una pequeña firma en NY, cuando joven recién egresado de la universidad ganó una beca para estudiar una especialización en derecho internacional en Inglaterra, donde conoció a su primera esposa Becca Pramheida, con quien contrajo matrimonio y procreó a su única hija; Alexandra Woods.

Mientras su matrimonio duro, trabajo hasta el cansancio en la firma de su suegro en Londres, tratando de ganarse al cruel hombre. Con la finalidad de ser feliz con su pequeña familia. Pero no lo consiguió, Titus nunca lo aceptó y entre él y Albert Blake se encargaron de sembrar dudas y desconfianza en el joven matrimonio, que pronto fracasó.

Marcus fue echado a la calle por Titus y regreso a USA, sin nada en los bolsillos y con el corazón roto. Encontró trabajo en un par de buenas firmas, donde siguió fogueándose y perfilándose como uno de los mejores abogados de la ciudad. Pero pronto su honestidad le cobró fractura. Ninguna firma quiso hacerlo socio, ya que él no se moldeaba a sus necesidades. 

Fue así como decidió trabajar por su cuenta, y aunque los siguientes años fueron duros, a veces había para comer y a veces no. Un viejo profesor le invitó a dar clases en la facultad de Derecho y Criminología y fue así como fundó su pequeña firma, donde sus colaboradores eran en su mayoría jóvenes estudiantes que trabajaban con el a cambio de que les firmara horas práctica.

Marcus jamás fue amante del dinero, el 60% de sus casos eran pro-bono, y el resto apenas cobraba un poco más de lo requerido para cubrir la renta y papeleria necesaria en los procesos. Con el tiempo fue ganando fama, y su honorabilidad empezó a hacerle justicia. Empezó a defender a oficiales y bomberos, lo que le dejó excelentes relaciones en el cuerpo policiaco y con ello muchísimas recomendaciones y por ende trabajo.

Vivía modestamente, siempre con la esperanza de recuperar a su familia, caso que se vio truncado con la muerte repentina de su ex-esposa y con la negativa de su hija de vivir con el. La relación con Lexa era difícil, la niña no le perdonaba el abandono, era lo que su mente de niña recordaba. Y él no podía culparla, esperaría a que fuera consiente y le explicaría los hechos.

Ese fue el pensamiento de Marcus por muchos años, visitaba a su hija 3 veces por año, pero el abuelo de la pequeña apenas le dejaba verla y cuando lo hacía, la niña le rechazaba. Con la adolescencia las cosas empeoraron, Lexa fue forjando un carácter especial y elitista, distaba mucho de los gustos sencillos de padre. Aunado a sus manías de perfección y orden, todos los encuentros terminaron siendo un fracaso. 

Ya en los 20s de Alexandra la relación mejoro un poco, hablaban seguido por email o por llamada, más que nada cosas que les apasionaba a los dos, las leyes. Se recomendaban literatura y ciertos ocasiones veían deportes juntos. Lo único que realmente heredó de los Woods.

Pero 3 años atras... justo cuando su relación pasaba por el mejor momento y cuando Marcus pensaba que podía lograr que su hija viniera a vivir con él, conoció  a la madre de una de sus mejores alumnas, y quien rápidamente se ganó un puesto en su equipo de defensa; Clarke Griffin.

La chica era brillante, rebelde y con un alto grado de peligrosidad. Clarke siempre caminaba sobre la cuerda floja de la legalidad, con tal de conseguir hacer justicia. Se arriesgaba pero era brillante. La chica era la mayor de 2 hijas. Su padre policía había muerto en cumplimiento del deber y su madre era una reconocida neurocirujana en el hospital central de NY. 

Con el tiempo Marcus y Abby iniciaron una relación y pronto decidieron casarse. Con ellos vivía la menor de las Griffin, la pequeña Maddy, quien era estudiante de medicina.

Clarke mantuvo una relación amorosa con su novio de la universidad Finn Collins, hombre bien parecido, mentiroso y manipulador. Tarde se dio cuenta la rubia que le engañaba. Sufrió pero siguió adelante.

Crimen, Amor y LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora