Crimen, Amor y Ley

NY

El vuelo había sido tranquilo, ambos pudieron dormir la mayor parte del viaje, bajaban ordenadamente del avión, con sus maletas de mano, mientras Lexa encendía su celular, había estado pensando muchísimo en su nuevo comienzo y para lograrlo debía darle un fin a lo que había dejado en Londres.

Encendió el móvil y fue a los mensajes, tecleo el numero que se sabía de memoria y escribió:

Desconocido: "Me diste el escenario perfecto para poder soltarte. Me disculpo conmigo por insistir tanto en que fueras tu. Me limito a pensarte, pidiéndole al tiempo que haga su trabajo y me ayude a empezar de nuevo." 

Acto seguido apago el celular y retiro el chip, pasando por el lado de un cesto de basura lo dejó caer en él, con la mirada atenta de John sobre sus movimientos.

- Estas bien?.- Pregunto el chico.

- Lo estaré!.- Aseguro Lexa, mientras observaba que el piso del aeropuerto no tenía divisiones, era liso completamente y de color claro.. lo que le hizo muy feliz. El no tener que preocuparse de llegar a la salida sin pisar alguna división.

- Vamos las maletas son por acá!.- Aviso el rubio.

Minutos después salían con una carrito lleno de maletas del área de arribo rumbo a las salas de espera, y fue ahí cuando Lexa lo vio;

- No puede ser!!!.- Dijo en voz alta.

- Que??? Qué pasa?.- Preguntaba John sin entender.

Lexa hizo un movimiento con la cabeza indicando hacia donde veía, el rubio volteo y pudo ver a un hombre maduro, pelinegro y con barba, se notaba en sus 50s. Vestía formalmente en traje sastre, y la sonrisa en su rostro podría iluminar la ciudad, en su mano derecha tenia un peluche que a su vez tenía un letrerito que decía; Bienvenida a NY junto a un corazón, en su mano izquierda sostenía un ramo de rosas rojas y de estas amarrado un enorme globo también de bienvenida.

Al lado del hombre había una hermosa mujer, de la misma edad y vestía casualmente, castaña un poco más baja que el hombre y también tenía una sonrisa grande.

- Tu papa?.- Pregunto mientras la castaña asentía con la cabeza y el estallaba en risas.

- Cállate!!!.- Decía con toda la seriedad que le caracterizaba mientras disminuían el paso, el nerviosismo empezaba a ganar terreno y no quería demostrarlo.

Marcus estaba impaciente, no había podido dormir y todo el día no dio una, ni en clases ni en el despacho, donde parecía un león enjaulado. Por la mañana casi sale de la habitación sin pantalón, había derramado el café un par de ocasiones, por tal motivo Abby no lo dejó conducir, llevándolo ella misma a la universidad para que después Maddy pasara por él y lo llevará al despacho. A las 5 en punto la Dra. Griffin llegaba por él para traerlo al aeropuerto.

El abogado se había asegurado de ser él quien fuera a recoger a la castaña, amenazando a Raven y Anya si se les ocurría aparecerse. Había esperado mucho tiempo como para que ahora se la robaran en su primera noche en NY.

Las manos le sudaban, pero no sabia que hacer, si correr a ella y tomarla en vuelo o solo darle un abrazo, o mas bien solo la mano y dejar que ella marcara las pautas. Su mente no paraba, estaba a mil por hora, tan así que ni siquiera se dio cuenta cuando su cuerpo se empezó a mover para llegar al encuentro de su hija.

Lexa vio con angustia como su padre se acercaba a ella con prisa, la mujer que antes estaba a su lado sonreía, mientras negaba con la cabeza y le seguía detrás.

Marcus llegó y se estampo en un abrazo fuerte y firme, aprisionando el delgado cuerpo de la chica, mientras Abby saludaba y se presentaba con John.

Todo lo contrario a lo que Lexa había supuesto sucedió, la invasión de su padre fue sorpresiva, más la sensación de estar en los brazos de Marcus fue agradable, por un segundo se sintió reconfortada, segura... el olor de Marcus le agrado y algo en su cabeza hizo clic; Cuántos de estos abrazos se había perdido.