Capítulo 32

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En cuestión de días, mis heridas habían hecho un progreso favorable. Pude por fin levantarme de la cama, y aunque no estaba recuperada del todo, ya me encontraba estable y pude ser dada de alta.

Físicamente estaba bien, pero emocionalmente el daño era irreparable. La traición de Fósforo se sintió peor que los disparos en mi cuerpo. Pasé por las mismas etapas del duelo al perder a mi padre. Lloré inconsolablemente, todas las noches que pasé en esa puta habitación, sin entender cómo, la persona que alguna vez considere mi hermano, pudo haberme hecho eso.

Era obvio que el CNP había apresurado mi salida del hospital. Necesitaban respuestas, y yo tendría que estar dispuesta a dárselas. La promesa de proteger la espalda a Fósforo parecía colgar de mis manos, de las mismas manos que se mancharon de sangre aquella noche.

Jack estuvo al pendiente de mí todos los días, nuestra cercanía parecía haber incrementado, y era obvio que eso cambiaría una vez que el CNP se enterara de la verdad. Me cambié despacio, y doblé mi anterior conjunto de ropa.

Un toque en la puerta de la habitación me hizo voltear. La puerta estaba completamente abierta, Lara estaba en el umbral con una sonrisa. Ella fue muy atenta conmigo todo el tiempo y se aseguró que siguiera mi medicación. Mi recuperación no habría sido tan rápida de no ser por sus cuidados.

– Mírate, solo unos días y ya estás de pie. ¿Tanto detestas el hospital?

Me reí.
– No aguanto ni un solo segundo más aquí.

– Joder, y eso que te traté bien – caminó hacia mí –. Quería despedirme.

Ella extendió los brazos, las muestras de afecto no eran lo mío pero no iba a negarle un abrazo de despedía.
– Gracias por todo, Lara – le dije al estrecharla.

– No me agradezcas, es mi trabajo – nos separamos y ella pareció recordar algo – Por cierto, alguien te mandó esto a recepción.

Sacó un sobre del bolsillo de su bata y me lo pasó. Estaba en blanco y sellado.

– ¿Quién lo mandó? – pregunté con curiosidad.

– No lo sé, sólo me dijeron que un sujeto vino en la mañana y lo entregó para ti.

Fruncí el ceño.
– Huh, bueno.

– Bien, te dejo para que termines de guardar. Recuerda que esta tarde te recogerá un agente de la policía para llevarte a comisaría.

– Sí.

Frotó mi hombro.
– Cuídate, Jade.

– Intentaré, Lara.

Estiré mis mejillas en una sonrisa. Cuando ella salió de la habitación, enfoqué toda mi atención es ese sobre. Estaba en blanco de ambos lados, sin ningún remitente o destinatario. Rompí la orilla y lo abrí.

Mi confusión no terminó de asentarse cuando saqué una tarjeta colorida, con la caricatura de un payaso sosteniendo unos globos y unas flores. Una molesta musiquita de circo se oyó en cuánto la abrí.

Recupérate pronto, mis mejores deseos.
Pogo:)

El coraje se apoderó de mí al leer el mensaje escrito dentro. Apreté los puños, arrugando las orillas entre mis manos. Me contuve a querer destruirla. Lo que sí hice, fue arrancar el dispositivo que emanaba esa musiquita molesta y lo boté contra el suelo.

Me senté en la cama, dejando escapar el aire que contenían mis pulmones. Me recargué sobre mis rodillas con la tarjeta en la mano y la otra sobre mi frente. No dejé que la rabia se apoderara de mi, porque esa era la prueba que necesitaba para deshacerme de Gustabo, o Pogo, de una vez por todas.


SEMPER FIDELIS [SpainRP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora