Capítulo 22

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Desde que nacemos tenemos un reflejo inherente: miedo a caer. Nuestro cerebro está en blanco, acabamos de nacer pero cuando la persona que nos recibe pone a prueba nuestro reflejo de caída, respondemos como protección. No sabemos nada más que estamos a punto de exponernos a un potencial peligro, y es un miedo que nos acompaña desde nuestro primer día hasta el último. 

Cada vez que creía tocar fondo, el impacto de mi caída abría una brecha en el suelo que me hundía cada vez más profundo. Me desconocía, los límites de mi individualismo se había borrado, ya no actuaba por voluntad propia. El flashazo de una imagen me llegó repentinamente: mi padre derrumbado sobre el asfalto en un charco de sangre. Creí yo era igual de fuerte él, pero no, yo no servía para esto. Murió para que yo estuviera a salvo y viviera una vida diferente a la suya, en lugar de eso, seguí sus pasos y ahora su mismo destino me esperaba.

Solo quedaba una cosa por hacer. Redimirme. Renunciar. Hacer todo a un lado y confesarle la verdad a Jack. Pagaría el precio igual que mi padre, Calaca me tendría en la mira y Jack quizá no me lo perdonaría. Ya nada me importaba más que garantizar su seguridad.

Al principio creí que estábamos en la misma página, que ese momento de vulnerabilidad entre nosotros abriría paso a algo más. Algo que podríamos descubrir juntos. Era un terreno desconocido para mí y ya no había marcha atrás. Volví a mandar un último mensaje.

tenemos que hablar, es urgente.  

estás?    

?           

volviste a cambiar de número cabrón?    

respóndeme.       

Resoplé, llevándome el móvil a los labios. Habían pasado días enteros y Jack no contestaba ni llamadas, ni textos. Ya no podía perder más tiempo, Calaca estaría haciendo otro plan para deshacerse de él en cualquier momento. Arranqué el motor y conduje con rumbo a comisaría, aún dándole a Jack el beneficio de la duda.

Entré al edificio a paso firme, en busca de algún rostro conocido, cuando topé con Volkov saliendo de su despacho. Se le veía aturdido, como si no esperara verme ahí.

– Señorita Cadaval, ¿puedo ayudarla? – cuestionó.

– Tengo que hablar con Jack.

– Lo siento, él no está recibiendo ninguna visita por el momento...

– ¿Y eso?

– Ha estado atareado últimamente y me pidió no dejar entrar a nadie.

– Volkov, es importante, necesito hablar con él – insistí.

– No puedo dejarla pasar, lo lamento.

Me sabía mal, como si Volkov tuviese órdenes específicas para no dejarme pasar solo a mí. Comencé a consternarme. Estaba segura de que Jack estaba ahí y no había razón para que me evitase, además tenía claro que yo no me iba a ir de ahí sin hablar con él. Sin pensar, arranqué el gafete que colgaba de su cuello y corrí a pasarlo por el lector.

– Pero, señorita... ¿qué hace?

Atravesé la puerta y la cerré de golpe para bloquearle la entrada. Volkov golpeó el vidrio con el puño, alertando a dos oficiales que estaban dentro. Intercambiamos miradas por un segundo hasta que subí por las escaleras a toda velocidad, escuchando los pasos de los oficiales persiguiéndome. Corrí por el pasillo hasta llegar a la oficina de Conway y abrí la puerta sin tocar.

SEMPER FIDELIS [SpainRP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora