Beso inesperado

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Ariana se encontraba sumergida en su lectura, disfrutando de su momento de tranquilidad en la biblioteca. Al terminar rápidamente un libro que ya había leído previamente, decidió buscar otro para entretenerse. Con el objetivo de alcanzar un libro en los estantes, se estiró sin percatarse de que el timbre estaba a punto de sonar, anunciando el fin del descanso.
Fue entonces cuando alguien le alcanzó el libro que buscaba con dificultad. Para su sorpresa, era Marcos, quien estaba a centímetros de distancia. La proximidad repentina y el rubor que inundó el rostro de Ariana evidenciaron una conexión inesperada. Con gratitud, Ariana agradeció a Marcos por su amable gesto. Marcos, mirándola de reojo, respondió con humildad que no había de qué preocuparse. Luego, se despidió amablemente y le advirtió que tenga cuidado para evitar accidentes. Ariana, con una sonrisa, le aseguró que estaba bien.
Al salir de la biblioteca, Marcos se cubrió la cara con las manos, dejando entrever una mezcla de sorpresa y admiración. El encuentro cercano con Ariana despertó en él una atracción inesperada. Su corazón latía acelerado, y la imagen de Ariana permanecía en su mente.
Marcos en la salida se encuentra con Agustín. Agustín, buscando la oportunidad de hablar con su amigo, le pide que vayan a un rincón tranquilo de la escuela. Una vez en el lugar apartado, Agustín confiesa a Marcos que le gusta Ariana. Esta revelación deja a Marcos confundido, ya que también siente atracción hacia Ariana. Sin embargo, al ver a su amigo y ser consciente del problema de salud que Agustín enfrenta con su corazón, Marcos decide no interponerse en su camino. Se debate entre la posibilidad de dañar a su amigo o de ocultar sus propios sentimientos. Con el objetivo de proteger los sentimientos de Agustín y preservar su amistad, Marcos decide mentir. Entre risas, le asegura a Agustín que él no tiene ningún interés romántico en Ariana, aunque en realidad esa afirmación es falsa. Marcos comprende que decir la verdad podría complicar las cosas y potencialmente lastimar a Agustín, por lo que elige ocultar sus verdaderos sentimientos.
Después de que el timbre sonara, Marcos y Agustín se dirigieron al aula para continuar con sus clases. Durante el resto del día, todo transcurrió con normalidad. Marcos se destacó en sus actividades deportivas, mostrando sus habilidades y pasión en el campo.
En un momento dado, Marcos notó que Ariana se acercaba a él. Ella le dijo que quería hablar con él después de la escuela, detrás de la cancha. Marcos se sintió confundido por esta solicitud, pero asintió y aceptó encontrarse con ella más tarde.
A medida que avanzaba el día, ambos se dedicaron a sus respectivas actividades sin más interacciones notables. Cada uno se enfocó en sus responsabilidades y compromisos, a la espera del momento en que pudieran conversar después de la escuela. El timbre de salida sonó, y Marcos se dirigió al lugar donde se suponía que se encontraría con Ariana. A su llegada, encontró a Ariana sentada en la oscuridad, ya que él llegó una hora tarde debido a sus actividades deportivas. Al verla, Marcos se disculpó por su retraso, pero Ariana le restó importancia, comprendiendo sus compromisos después de clases. En un gesto de atención, Marcos notó que Ariana tenía frío y le dio su campera. Este pequeño acto hizo que Ariana se sonrojara, y tras un breve silencio, Marcos decidió expresar lo que quería decir. Con nerviosismo, Ariana confesó que le gustaba a Marcos, sorprendiéndolo y generando en él una mezcla de sentimientos. Por un lado, se sintió mal por la situación complicada en la que se encontraba debido a los sentimientos de Agustín hacia Ariana. Por otro lado, también se sintió bien al saber que Ariana compartía esos sentimientos hacia él.
En un intento por proteger la amistad entre Marcos y Agustín, Marcos decidió mentir y le dijo a Ariana que él también sentía algo por otra persona. Ariana, creyendo en esas palabras, no hizo más preguntas al respecto. Después de un momento de silencio, Marcos propuso que fueran a casa. Ariana lo miró y comenzó a acercarse a él. Marcos, algo confundido, se quedó parado sin saber cómo reaccionar.
En un giro inesperado, Ariana decidió besar a Marcos. Fue un beso breve pero significativo, lleno de emociones encontradas. Después de ese beso, Ariana se fue corriendo sin mirar atrás, dejando a Marcos atónito. Él solo pudo tocar sus labios, procesando la intensidad de ese momento.
Después de llegar a casa y encerrarse en su cuarto, Ariana se sintió abrumada por sus propios pensamientos y emociones contradictorias. Por un lado, se criticó y se odió a sí misma por lo que consideraba un acto impulsivo e imprudente al besar a Marcos. Se reprochó por no haber considerado las consecuencias de sus acciones y por complicar aún más la situación con Agustín, su amigo.
Sin embargo, a pesar de sentirse culpable y arrepentida, Ariana no podía evitar sonrojarse al recordar el rostro de Marcos y sentir una emoción especial dentro de ella. El beso que compartieron dejó una huella en su mente y corazón, y comenzó a reconocer que sus sentimientos hacia Marcos eran genuinos.
En medio de sus emociones confusas, Ariana dejó escapar un largo suspiro. En un momento de claridad, se reconoció a sí misma y admitió la verdad: realmente le gustaba Marcos. 
Deseando enfocarse únicamente en su conexión con Marcos, Ariana se acurrucó en su cama y cerró los ojos, dejando que su mente vagara libremente, En ese estado de reposo, su subconsciente se llenó de imágenes y recuerdos de momentos compartidos con Marcos.

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