Mi abuela me dijo que todos podíamos obtener lo que deseamos.
solamente debíamos mirar arriba, anhelar con todo el corazón y las estrellas nos escucharían.Aún recuerdo con lujo de detalle esa noche: Recuerdo el frío entrando por la ventana erizandome los vellos de los brazos, los grillos cantando al compás de la noche, el aroma a hierba húmeda..
-Ven Gweny - dijo tomando mi mano y acercándome a la ventana. -a veces la vida se pone dura, pero podemos solucionarla de una manera muy sencilla.
-¿Lanzandonos por la ventana?- pregunté asustada.
Soltó una carcajada.
-No querida. Ve ahí-señaló una silla que estaba en la esquina de su habitación -y trae esa cosa.
Obedecí.
- Súbete. - volví a obedecer y por fin puede ver tras la ventana.
El cielo estaba totalmente oscuro, casi negro. Pero en el, habían pequeños destellos blancos que parecían brillar.
Sorprendida grité:
-¡Parece diamantina!
Me mostró todos sus dientes en una sonrisa.
-Se llaman estrellas. Son preciosas ¿no?
Asentí.
-Ellas son las que pueden ayudarte cuando lo necesites.
-¿Ayudarme? ¿Cómo podrían ayudarme?
-Solamente debes cerrar los ojos, respirar profundamente-imitó el gesto - y de todo corazón pedir lo que realmente deseas. Algo bueno obviamente -los volvió a abrir - ellas son bondadosas; Jamás te concederán algo que pueda dañar.
Seguí mirando el cielo. Por alguna razón, no dude de su historia.
-¿Puedo pedir algo ahora abuela?
-Claro, solo recuerda que nunca debemos decir lo que deseamos.
Asentí. Cerré los ojos y con toda la sinceridad que una niña de tres años puede tener pedí mi deseo.
Deseé que esos puntos relucientes similares a los diamantes jamás desaparecíeran. Que jamás hubiera un cielo negro sin esos hermosos destellos.
¿Realmente son mágicas?
Para mí, lo son. Ellas me han ayudado a cumplir mis metas, gracias a ellas he tenido la vida perfecta : el novio perfecto, la universidad perfecta, el trabajo perfecto.
Y solo tenía que hacer algo muy simple.
Pedir un deseo.
Y así fue durante muchos años.
Hasta que Ezra Thatcher apareció.
Y mi mala suerte comenzó.
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Cuando las estrellas dejen de brillar.
RomanceGwendolyn Stalkov le agradece todo a las estrellas. Según ella, estas son mágicas y le han concedido la vida perfecta. Ezra Thatcher, un sarcástico de primera llega para mudarse al apartamento de enfrente. Tras llegada de este hombre, las estrellas...