Un rayo de luz se cuela por mi
ventana y me da directo a los ojos. Me mudé aquí cuando tenía dieciocho años, en un desesperado intento de huir de mi madre y sus varios matrimonios.Amo a mi madre, pero somos totalmente contrarias. No solo físicamente; ella tiene la melena de un color rubio similar al blanco, ojos azules, baja de estatura con unas curvas de infarto.
Y yo soy idéntica a mi padre; tez blanca (pero no tan blanca) cabello castaño, ojos marrones y pequeños, alta y bastante delgada sin nada de curvas.
Pienso bastante en el deseo que pedí hace años: Deseo que mi madre sea feliz
Y lo era, a su manera. Pero era demasiado para mí mudarme constantemente, mi padre habia ofrecido mudarme con él a Polonia, pero no podría estar demasiado lejos de mi abuela.
Así que conseguí un empleo, era niñera de Maggie, sus padres eran asquerosamente ricos así que no fue difícil tener una buena paga. Hasta hace unos meses, cuando comencé a tener prácticas en la revista"moda y sangre"
Amo la moda, me encanta la textura de las telas, las combinaciones preciosas que puedes hacer si usas las prendas adecuadas, las pasarelas, todo.
Deseo tener el puesto en la revista.
Doy vueltas entre las sábanas, aún tengo algo adolorido el cuerpo por...
Anoche...
Las estrellas...
Ezra.
Maldición.
Abro los ojos de golpe y me reincorporo, siento una pequeña punzada de dolor en la rodilla, me levanto y voy directo hacia el baño, tengo el cabello echo un asco y apesto a hospital, no lo pienso dos veces antes de meterme a la ducha.
Dejo que el agua caliente me recorra por completo y de pronto en mi pensamiento aparece un rostro: Ezra. Es extraño, muy extraño que después de nuestro encuentro las estrellas hayan desaparecido.
Salgo de la ducha...
Son las nueve de la mañana y perdí dos clases.
Me visto lo más rápido que puedo y me apresuró a salir del edificio y dirigirme hacia la calle para tomar un taxi, pero todos los que pasan hacen caso omiso de mí y siguen derecho, y mi novio no responde ninguna de mis llamadas.
El aire está frío, los árboles muestran sus colores otoñales y hay hojas tiradas por todas partes. Mi estación favorita, en estas fechas me encanta imaginar que vivo en un pequeño pueblo como en Gilmore girls.
—No tienes mucha suerte, eh.
Inmediatamente reconozco la voz profunda que habla a mis espaldas y siento un escalofrío, me giro para verlo y ahí está: va vestido una manera tan casual, con una sudadera azul ( sus hombros anchos se ven muy bien) y unos jeans negros, aparenta tener menos edad y tiene un aire despreocupado.
Vuelvo a mirar hacia la avenida.
—Si supieras —susurro.
—¿Estás mejor?
—Si, ¿Cómo está tu mano?
—Como nueva.
—Genial.
—No va a pasar ningún taxi vacío, sube. —señala la bicicleta.
—No gracias, no quiero morir.
—No vas a morir, si quieres puedes llevarla tú. Aunque tomando en cuenta que vas vestida como Blair Waldorf sería una escena algo cómica.
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Cuando las estrellas dejen de brillar.
RomanceGwendolyn Stalkov le agradece todo a las estrellas. Según ella, estas son mágicas y le han concedido la vida perfecta. Ezra Thatcher, un sarcástico de primera llega para mudarse al apartamento de enfrente. Tras llegada de este hombre, las estrellas...