Capítulo 5

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Alexa

Una semana había pasado desde mi escapada nocturna y tal como lo planeé mis padres no se enteraron, tenía razón Milo, si me mantenía bien en la escuela jamás se molestarían conmigo, hablando de él, no estaba muy segura si el se había dado cuenta, la mayor parte del tiempo esta tan drogado con Max y Alfredo que apenas y nota quien entra y sale de la casa.

Así que traté de enfocarme en mis cosas y seguir con mi vida, no supe más de Ramón y su familia por el resto de días, esperaba que estuvieran bien pero al no saber de ellos me tranquilizo ya que las malas noticias viajan rápido.

Hoy era un sábado caluroso para ser pleno verano, cuando desperté no tenía un plan en concreto hasta que Aline me llamó invitándome a dar un paseo por la ciudad, a lo acepté gustosa, ya casi no la veía.

Me decidí por usar unos jeans y una camiseta que dejaba ver parte de mi abdomen, no me consideraba esbelta pero tenía un cuerpo que me agradaba, salí de la casa en mi auto y me dirigí a recoger a Aline.



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— Que linda estas — comenté después de haber dado un largo paseo en auto y detenernos junto al mar.

— Gracias pero ya quisiera verme como tú — respondió

— Quiero contarte algo, pero no se como lo vayas a tomar – me quite las gafas oscuras para acomodarlas en mi cabeza.

— Vamos Lexi, jamás te he juzgado, ni siquiera en aquella fiesta en la que bebiste alcohol por primera vez — ambas reímos.

— Ya ni me recuerdes — calme mi risa — pero enserio necesito contárselo a alguien o voy a explotar—

Me miro atenta.

— Conocí a alguien — iba a decir algo pero lo la deje — y me gusta mucho, pero no creo que sea buena persona y no se que hacer — me tape la cara con ambas manos.

— Lexi, no se que decir, ¿por qué crees que es mala persona? —

— Porque tiene negocios ilícitos — respondí.

— ¡Por Dios Lexi! Nuestros padres también los tienen y míranos —

— Oye no me consta — contraataque.

— Pero muy en el fondo lo sabes, no hay manera de que hayan logrado una fortuna así de la nada y en tan poco tiempo —

Me quede callada, no había mucho que debatir, Aline tenía un punto y aunque siempre me he preguntado ciertas cosas sobre la farmacéutica de mi familia no quería meterme en problemas por andar de curiosa.

— ¿Y como se llama este chico? — pregunto.

Bien, aquí vamos.

— Ramón... —

— Arellano Felix — completo ella y en ese momento eleve mi mirada por la sorpresa de que lo haya adivinado.

— Hey, ¿como lo supiste? — pregunte extrañada.

— ¿Que? No, ahí está el — señaló con la cabeza — el es Ramón Arellano Félix, todos lo conocen a él y su familia aquí —

Me volteé y lo vi, después de una semana ahí andaba desde su auto sin hacer ninguna seña o ademán de acercarse o saludar. Sentí mis nervios desfallecer.

Uno de sus hombres se acercó a nosotras.

— El patrón quiere verla señorita —

— No olvídelo, nosotras ya nos íbamos — me baje del capo del auto para tratar de subirme al auto e irnos de ahí pero no pude.

— Lexi ve y habla con el — me aconsejó mi amiga.

— ¿Estas loca? No, si mis padres se enteran me matan — conteste alterada.

— Y si no hablas con él, el mismo nos matara — me miro — anda ve, yo me llevo el auto y sabes que no mencionaré nada de esto —

— ¿Y si me hace algo? — pregunte un tanto nerviosa.

— Créeme amiga, ya lo tuvo que hacer — no deje pasar por alto su tono de picardía a lo que le di una mala mirada — ya ya, pero enserio no creo que te haga algo Lexi — dijo esto último y se subió al auto.

Entonces después de dar una profunda respiración me acerqué a su auto convertible rojo y me subí en la parte del copiloto con la mirada hacia el frente.

— ¿Quien eres? — pregunte mirando como el sol se ocultaba en el Océano Pacífico.

— A estas alturas creí que ya lo sabias — respondió burlón.

— No estoy jugando — suspire — se que eres Ramón Arellano Félix, pero dime ¿quien eres realmente? —

Hubo un silencio.

— Soy el hombre que pondrá el mundo a tus pies si me lo permites Alex, soy un criminal, un asesino y un pinche impulsivo, pero también soy quien te protegerá y te hará sentir como una reina — exclamó.

Algo en todo lo que me dijo me hizo sentir miedo pero al mismo tiempo una adrenalina cruzó por mis venas como si de gasolina recién encendida fuese.

— Ahora tú dime, ¿quien eres realmente Alexa Echegaray Alanis? — aún seguía mi vista en lo que quedaba del sol.

Tomé una pausa en mi respiración y contesté.

— Una niña rica que vive en una burbuja de privilegios, amable pero tonta; una tonta por ver el peligro pero ansiarlo como si de agua en un desierto se tratase. Estoy loca por querer quedarme junto a ti a conocerte y entenderte, entender tu mundo aun cuando esto me condene — termine de hablar para finalmente mirarlo a los ojos.

— Me gustas Alexa Echegaray —

— Y tú a mi Ramón Arellano Félix —

Y con eso ambos nos lanzamos a los labios del otro, y dios sabe lo bien que se sintió, porque por primera vez me deje llevar por lo que sentía, a la mierda las reglas sociales y de mis padres, porque besar los labios de Ramón era como besar la libertad, un elixir prohibido para niñas de alcurnia como yo.

Porque no sabía si estaba saboreando el inicio de mi libertad o el fin de esta.



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Más Humano // Ramón Arellano Félix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora