AlexaLlegó el fin de semana y yo estaba tan agradecida de que lo fuera, la última semana había estado tan cansada que lo único que quería era dormir todo el día.
— My little sister... — Emilio entró a mi habitación.
— ¿Ahora que? — respondí mientras mi cara estaba sobre el colchón.
— Madre dice que bajemos a cenar — se sentó junto a mi, pude sentir su peso a mi lado — por cierto, ¿esas contestaciones que eh? —
— Estoy demasiado cansada — me senté — creí que dirías que saliéramos de fiesta —
— En realidad también es una opción —
— De ninguna manera, estoy muy cansada para salir, vamos a cenar y regresaré a dormir —
Me paré de la cama, arregle un poco mi cabello y me quite la bata blanca para bajar a cenar.
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Milo y yo llegamos riéndonos de tonterías como era costumbre, mis padres ya se encontraban sentados conversando sobre algo.
— ¿Como te ha ido en la escuela cariño? — pregunto mi madre mientras traían la cena.
— Ni bien ni mal, lo sobrellevo — respondió Emilio.
— ¿Y tu princesa? — pregunto esta vez mi padre en mi dirección.
— Bien pero bastante cansada, el Doctor Araujo no me da tregua, me trata como si ya estuviese en el internado — me sinceré.
— Luis es muy exigente, estoy seguro que es así porque sabe tu potencial — El Doctor Araujo era amigo de mi padre.
— Pobre de la enana, tan cansada y tan joven — se mofó Emilio.
— Al menos lo mío si es cansado pero interesante, ¿que de difícil puede ser tu carrera? —
— Administración es pesada cuando sabes que tienes una empresa por dirigir — contraataco.
— Uy si, numeritos, numeritos — me aventó un pedazo de fruta cuando vio que me burlaba de él.
— ¡Niños ya! — sentenció mi madre lo que hizo que dejáramos nuestra disputa — ¿Pero sigues siendo alumna de excelencia no? — me pregunto ahora a mi.
— Siempre mamá — sonreí.
Con eso ella me sonrió de vuelta y continuamos cenando tranquilamente mientras cada uno sacaba algún tema a colación.
Aunque a veces mis padres solían ser demasiado exigentes con Milo y conmigo sabía que en el fondo querían que fuéramos personas exitosas, por otro lado a veces era demasiado agotador cumplir con los estándares tan altos de esta familia. Como dije, mi vida no es perfecta pero agradecía lo que tengo.
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Poco a poco comencé a bostezar, estirando mis manos fuera del edredón de mi cama y girando la cabeza en dirección a mi ventana, la luz ya estaba presente y un sábado caluroso me recibía, había descansado lo suficiente por lo que me levante a desayunar algo y salir a trotar un poco.
Regresaba de mi rutina de correr cuando entre a la casa, esta se encontraba en el habitual silencio de siempre, sin embargo el sonido del teléfono llamó mi atención y la de Martha, la señora que nos ayudaba con la limpieza.
— Casa de los Echegaray, buenos días ¿en que puedo ayudarle? — contesto ella mientras la veía de reojo bebiendo de mi botella de agua — Permítame, la buscan señorita Alexa — me tendió el teléfono.
— ¿Diga? — conteste.
— Alex Alex Alex has estado demasiado desaparecida — era la voz de Ramón.
— Bueno, tengo que estudiar y dormir Mon — conteste con simpleza.
— Creí que te vería anoche en el club —
— No, me quede dormida, y planeaba hacerlo todo el fin — me senté en el sofá.
— Entonces ¿no crees que sea posible que mañana vengas a mi casa a una fiesta? — pregunto.
— Mmm no lo sé, quizá si quizá no — juguetee.
— Aunque de una te advierto que es infantil —
— Solo iré si me prometes pastel y dulces — reí.
— Hecho — se escuchaba su risa ronca.
— Le dire a mi chofer que me lleve, te veo mañana Mon — suspire — te quiero —
— Yo te quiero — correspondió.
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Me decidí por un vestido fresco pero al mismo tiempo casual, tenía entendido que la fiesta era de la sobrina de Ramón. En menos de 10 minutos llegamos a la casa de los Arellano Félix, era una casa demasiado grande, tanto como la mía solo que la nuestra apenas la ocupábamos 10 personas y ya estaba contando al personal.
— Gracias Jose, puedes pasar por mi quizá a las 5 — comencé a bajar de la camioneta.
— Seguro que si señorita — respondió.
Baje del vehículo pero antes de siquiera dar un par de pasos los brazos de mi chico me envolvieron y me cargo brevemente.
— Oh por Dios, me encanta como reciben en esta casa — sonreí de lo feliz que me sentía de ver a Ramón una vez más.
— Te había extrañado — me respondió este mientras me daba un beso.
— Y yo a ti — le correspondí.
Tomó mi mano y me llevo dentro, todo se veía muy colorido y lleno de vida, esto era mucho mejor que cualquier fiesta de adultos, no había nada como las fiestas infantiles y más de niños socialmente privilegiados.
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— Oye, traje un regalo para tu sobrina ¿se lo puedo dar? — en realidad quería conocer a la bebe.
— Si mira, ahi están — señaló a una mujer que cargaba a una bebe y estaban con otras mujeres.
Nos acercamos a ellas.
— Ruth, ella es Alex mi novia — dijo Ramón y no pude evitar emocionarme por el término que uso — Alex ella es Ruth mi cuñada y la bebe es Ruth también de hecho — no pude evitar por la elección de palabras.
— Mucho gusto — saludó la mamá.
— El gusto es mio — le tendí la bolsa — esto es para esta niña preciosa — ella lo acepto.
— Ahorita vuelvo — dijo Ramón.
— Creí que mis ojos jamás verían que Ramón saliera oficialmente con alguien — exclamó Ruth.
Sonreí.
— Te preguntaras que tiene — dijo esto último viendo hacia su bebé.
— No, no. No me atrevería — me apene si hice algo que pudo hacer ver eso.
— Mi niña nació con una condición que le deformó parte de su rostro — Dios, era demasiado pequeña para sufrir algo así.
— Lo lamentó demasiado, soy estudiante de medicina y tengo noción sobre el tema — me disculpe.
— ¿Enserio? Así que una doctora en la familia eh — ambas reímos.
— Conozco algunos médicos que quizá los puedan ayudar — recordé algunos amigos de la familia.
— Muchas gracias, ya hemos visto opciones aquí y lo único que nos queda es buscar en California — asentí.
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Más Humano // Ramón Arellano Félix
FanfictionUna chica, un chico una ciudad, un imperio, una historia de amor y un final trágico. Estos son Ramón y Alexa Temporada 2 & 3