Más Humano // Ramón Arellano Félix

Capítulo 14

Tijuana, Baja California. 1992

Alexa

— Welcome to my country assholes — grité riendo.

Acabábamos de pasar la garita de San Ysidro y no hubo problema alguno.

— You must go to your family's house, where is it?

— Nope, I think I'm gonna see my mom but we're going to a party. And I'll take you to a cool place — sonreí.

Mis amigos rieron.

Bien, regresar a Tijuana después de un muy buen tiempo era un tanto extraño, desde el 89 que no vuelvo. ¿Que hacía aquí? Mamá me dijo que era hora de que regresara con la familia y en realidad debería de estar en casa alistándome para la boda de Enedina Arellano y aunque a Dina la apreciaba yo apreciaba más mi dignidad.

Así que como media ciudad estaría en esa recepción sería buena idea ir a un antro bastante conocido, vamos mis amigos tenían que saber que era una verdadera fiesta sin miedo a quebrar alguna estupida regla.

Porque si, era la primera vez de Angel, Isaac, Daniel y Madeleine en la ciudad y México específicamente.

— I'll leave you at the hotel and come back —

— Yes, don't be late — contesto Maddy.

— No me extrañen — les lancé un beso y conduje a mi casa.

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— Pero mira quien llegó madre — apenas estaba entrando cuando mi hermano me abrazo.

— Oh my god, hi Milo — sonreí al sentir tan cerca de nuevo a mi hermano.

Apenas nos vimos hace medio año en Los Ángeles.

— ¿Que ahora ya no habla español o que? — pregunto burlón.

— Siempre, solo es la costumbre ¿si? ¿Y Melissa? — pregunte.

— Arreglándose en nuestra casa para la fiesta, yo solo vine a dejarle unos documentos a mamá —

— Lexi cariño — saludó mi mamá.

— Hola ma — la salude y también me dio un beso y abrazo — ¿que tal estás? —

— Muy bien, esperándote —

Continuamos hablando un buen rato hasta que le dije que tenía que volver con mis amigos, sugirió que los llevara al siguiente día a desayunar e incluso que se quedaran en la casa durante la estadía en la ciudad.

— Te veré en un rato amor — se despidió mi madre para subirse a arreglar.

Asentí.

— ¿No piensas ir verdad enana? —

— ¿Y quedarme sin dignidad? — respondí sincera — Realmente quisiera ir, Claudio me mando una invitación personal pero, no se, no quiero causar problemas. — me quede un momento pensando — quizá solo vaya un minuto a felicitarlo y después tú sabes que haré — alce ambas cejas.

— Extraño salir más seguido de fiesta — exclamó.

Ambos reímos, desde que papá falleció Emilio trabajaba tanto en la empresa como con su familia día y noche. Ya no era aquel chico que se divertía solo porque si.

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Momentos como este eran los que me recordaban lo extremadamente ricos que eran la familia Arellano Félix. Asistí a la misa y fue bastante linda, Dina se veía muy bonita ya por si sola y con su vestido aún más.

¿Y como es que ahora estaba en su fiesta sin llamar la atención?

Sencillo, hace años que había optado por decolorarme el cabello así que si recordaban a Alexandra castaña ahora era semi rubia.

Además estaba siendo demasiada discreta, le pedí de favor a una niña que le llamara al jardín para poder verlo sin llamar la atención.

— Mira quien se dignó a volver — me sonrió.

— Tengo que decirte que te ves realmente guapo, y la novia ni se diga — le sonreí.

— Yo siempre — se rio.

Me acerqué a darle un abrazo.

— Enserio Claudio espero seas feliz, te deje un obsequio en la mesa de regalos y felicita a Dina de mi parte —

— ¿No te quedas? — preguntó — Apenas te veo en años y ya te vas Lexi — me miro con desaprobación.

— No, la verdad no quiero llamar la atención y no creas que no se tus verdaderas intenciones de haberme invitado personalmente eh — lo señalé.

— Bueno, pues te espero en mi casa a tomar al menos un café con Dina o espero verte en la compañía —

— Ahí estaré — le guiñe un ojo — ahora ve, que tus invitados te esperan.

Claudio entró nuevamente al salón y yo me espere un rato hasta que me dirigí a la salida, mientras esperaba mi auto saqué un cigarro pero no encontraba mi encendedor.

— Maldición — bufé.

— ¿Fuego? — pregunto alguien a lo que asentí.

— Gracias — me aleje de su encendedor.

— ¿Invitada de la novia o del novio? — pregunto nuevamente.

— Dejémoslo en el novio— respondí.

— Un gusto, Kitty Páez — se presentó.

— Lexi — le sonreí con un poco de incomodidad de que alguien interrumpiera mi soledad.

— ¿Lexi solamente? — pregunto — nunca te había visto por aquí —

— Es que en realidad no vivo aquí — Justo trajeron mi auto – un gusto — me despedí y me subí para irme.

Pero que tipo tan más raro.

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— Come on guys, let's go — grité toda emocionada.

— Lexi, Lexi ¿a donde nos trajiste? — pregunto Isaac.

— Se llama Roxanne, hace tiempo conocí a sus dueños — respondí recordando a Ramón, Benjamin y Enedina — Estaremos bien —

Pronto nos acomodamos en parte de arriba.

— Ahora si van a probar un verdadero tequila — serví un shot a cada uno.

— ¡Salud! — y todos nos tomamos rápidamente nuestro caballito.

De vez en cuando bailábamos, nos sentábamos a platicar y nos levantábamos por otro trago.

No creí que volvería a estar aquí, en realidad había veces en que creí que jamás volvería a Tijuana y mucho menos a este antro, solo estaba aprovechando que Ramón no vendría hoy al ser la fiesta de su hermana. Tuve suerte de no verlo hace unas horas.

— ¿Quieren? — pregunto Ángel refiriéndose a la coca.

Yo asentí y fuimos junto a Maddy al baño.

— Yo traigo de la mía wey — saqué aquel relicario que casi nunca me quitaba y formé mi línea.

De un momento para otro los tres ya estábamos saliendo, yo me sentía emocionada y feliz.

— Let's dance guys — llegue a nuestro lugar pero solo estaba Isaac — ¿Y Daniel? — pregunte.

Se encogió de hombros.

Gire para buscarlo y entonces lo vi, o mejor dicho los vi.

— hey no, please, stop. ¡Por favor paren! — grité.

Daniel se encontraba teniendo una pelea con un grupo de chicos, y para mi horror, no cualquier grupo.

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