Más Humano // Ramón Arellano Félix

Capítulo 20

Alexa: 

Una guerra se libraba allá afuera, si es que se podía llamar así. 

Yo, yo solo me mantenía serena y bueno, un tanto drogada, de las veinticuatro horas del día mi estado de sobriedad era de unas doce horas y de esas la mayoría eran por dormir. Ramón me seguía el ritmo, en un inicio creí que me diría algo pero supongo que el que él también se encontrara en este estado le impedía decirme algo. 

— Ya, te digo que sería capaz de comerme una vaca en este mismo instante — 

— ¿Por qué una vaca? — pregunto girandose hacía mi. 

— No lo sé, solo quiero una hamburguesa con carne y pues pensé en una vaca después — comencé a reírme y el solo negaba divertido. 

Estabamos sentados en las escaleras de su casa cuando Enedina y Benjamín llegaron, empezaron a discutir por algo a lo que yo no tomé mucha importancia, me concentré en sentir los efectos por mi cuerpo de la coca que acababa de aspirar. 

— ¿Estás muy drogado? — preguntó Enedina girandose hacia Ramón que solo se habia quedado escuchando la discusión entre sus hermanos. 

— No mucho — contestó. 

— Me preocupa Benjamín — con eso solo dió a entender una cosa.

Ramón tendría que ir a hacerle guardia a su hermano, así que era momento de irme o, quizá no...

Enedina salío de ahí y Ramón se levantó. 

Me quedé sentada un momento meditando la estupidez que estaba por hacer, bueno eso si es que Ramón me dejaba. 

Baje al garage donde algunos hombres se estaban alistando, con la mirada busqué a la persona que probable me mandaría a la mierda con mi idea, sin embargo encontré a alguien que creía reconocer. 

— Vaya vaya — exclamó — pero si acabo de encontrarme a la güerita preciosa — me sonrió con galanería. 

— Let me guess, eres amigo de la familia — dije casi afirmando con una sonrisa.

— ¿Por qué amigo? Podría ser un gato más — contestó.

— Por tu forma de vestir, tu seguridad al hablarme y por el cuerno de chivo que traes, el cual no lo trae cualquiera joven Paez — conteste mirandolo fijamente. 

Comenzó a reírse con incredulidad. 

— ¿Y tú que haces aqui Lexi? — preguntó. 

— ¿Cómo? ¿Ramón no habla de mi? — hice ademán de entristecerme — voy a tener que empezar a presentarme supongo — 

— ¡Alex! — justo me habló Ramón — ¡Ahhh! veo que te encontraste con este wey, dejame presentartelo — lo interrumpí. 

— Kitty Paez — dije sonriendo — en realidad ya lo conocía. 

Ramón me miro confundido. 

— ¿Cómo así chula? — nos miro a ambos.

— De la fiesta de tu hermana — contestó está vez Kitty — te acuerdas que... — Ramón lo empujo con molestia pero no de manera violenta. 

— Hijo de la chingada era ella de la que llegaste hablando — más que pregunta sonaba a afirmación. 

Yo estaba confundida. 

— Calmáte Ramón — Kitty trató de tranquilizarlo — no sabía que era una de tus morras — de nuevo Ramón lo interrumpio.

— Mira Kitty, esta morrita que está aquí no es una más, ella es mi novia y me la vas respetando cabrón — hubiera dicho algo de no ser por el "novia" que menciono. 

Eso me hico sentir emocionada pero al mismo tiempo un poco triste.

— Tranquilos caballeros — interferí — que Kitty y yo solo somos amigos, ¿a que si? — me dirigí a el. 

— Claro, la morra de mi hermano es mi amiga ahora — respondio este. 

Decidí que este era un buen momento para pedirle a Ramón acompañarlo, y como creí su respuesta fue la que ya esperaba. 

— Por supuesto que no — me miro preocupado — capáz y te pasa algo y no no — negó inmediatamente. 

Era hora de usar las armas secretas.

— Andále guapo — me acerque ronroneante a él — dejame acompañarte y regresando podrás hacer lo que quieras conmigo — le di un par de besos en la mandíbula. 

— ¿Lo que sea? — asentí.

Lo mire suplicante y después de unos segundos soltó un gruñido y me miro nuevamente. 

— Bien, pero no hagas nada imprudente y de preferencia no te bajes del auto. 

Sonreí, le asentí y le dí varios besos. Me fuí contenta a subirme al carro. 

~~~

Nos dirigiamos hacía alguna parte de Tijuana, tratando de seguir a Benjamín, yo me tuve que echar una línea de coca antes de partir porque algo en mi me decía que las cosas podrían ponerse algo heavy. 

Y tal cual lo supuse cuando nos acercamos al restaurante ya habian balazos, polvo y personas corriendo de un lado a otro. 

Ramón y Kitty se bajaron del auto y yo solo me quedé dentro contemplando la escena. 

Estuve tentada a quedarme ahí solo sentada cuando ví que más militares se acercaban mientras Ramón y Kitty se quedaban parados disparandoles a otros para que Benjamín y Barrón se pudieran acercar al auto así que en un impulso tomé uno de los cuernos de chivo que había y comencé a disparar a diestra y siniestra, eso llamó la atención de los Arellano pero les dió la oportunidad de seguir haciendo lo que hacían, cuando ví que ya venían de regreso dejé el arma y me subí al auto pero ahora en el asiento del conductor y cuando se subieron arranque rápidamente y huímos de la escena. 

— ¿Qué carajos haces aquí Lexi? — preguntó agitado Benjamín. 

— Hasta donde veo yo, salvandoles el culo — contesté en un gran estado de shock.

— Que ovarios tiene tu morra — intervino Kitty. 

Ramón solo me veía sorprendido pero a la vez conriendome. 

— ¿Cómo fuiste capaz de hacer eso? — me preguntó esta vez. 

— No tengo ni puta idea — seguía conduciendo y Barrón que estaba a mi lado solo iba checando que nadie nos siguiera — supongo que la coca llegó demasiado lejos esta vez — sonreí tratando de asimilar lo que acababa de hacer. 

— Eres una cabrona me cae — exclamó Benjamin. 

~~~