capitulo 8.

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Podía sentir la boca seca y su cara calentarse ante la hermosa vista de un jin gloriosamente desnudó. Pero si bien su cuerpo empezaba a reaccionar, no podía hacer nada al respecto, no había todavía un cortejo de por medio tal y como sus padres le habían explicado. Llevaría tiempo, Pero trataría a jin como la hermosa joya marina que es.

Rápidamente agarro una toalla en sus manos para cubrir a jin justo cuando esté comenzaba a tambalearse. Jin aún no podría sostener se mucho tiempo en pie, dado que era su primera vez usando sus piernas. Ya era realmente sorprendente que pudiera lograr lo a la primera, con algo de suerte Probablemente necesitaría mucho tiempo para adaptar se y eso estaba muy bien para jungkook. Entré más tiempo tuviera más fácil sería efectuar el cortejo y llegar al corazón de su joven sirena.

-Mis piernas -dijo jin frunciendo el sueño hacia ellas -estan defectuosas ¿Por que no puedo usarlas tan fácilmente como tú?

-oh, eso es por que llevara algo de tiempo hasta que te acostumbres y tus músculos ganen fuerza. Así que por ahora yo seré tus piernas -dijo jungkook mientras nuevamente lo levantaba en brazos, a lo que jin parecía acostumbrarse y no negarse a las atenciones del pelinegro. Aunque ahora jin podía verlo esquivar su mirada ¿Que pasaba? Acaso su forma humana era fea para jungkook? Eso lo hizo sentir decaído, no podía entender porque quería que el lo considerará... Bonito?

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Jin fue depositado cuidadosamente en una silla junto a la barra de la cocina, jungkook no quería que jin estuviera fuera de su vista mientras preparaba todo para alimentar a su joven sirena. No podía darle por ahora el pescado fresco que jin acostumbraba, pero tenía lo de la pesca del día de ayer y eso serviría, aunque no sabía si a jin le gustaría el sabor del pescado frito.

En todo momento la mirada curiosa de jin siguió con suma atención los movimientos del pelinegro, todo parecía tan facinante y nuevo para el y sobre todo el aroma que desprendía ahora el pescado, era lo más delicioso que jin hubiera olido en su corta vida. Y en cuanto el plato fue depositado en la mesa y el primer bocado entro en su boca, pudo ver que realmente había cosas buenas en el mundo humano, tal vez ya no se veía tan aterrador y desagradable como su abuela le había dicho, y todo gracias a la presencia de cierto hombre delante suyo, que extrañamente no dejaba de mirarlo y sonreír y eso a jin lo ponía nervioso pero de una forma agradable.

azul profundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora