Robin recién estaba despertando, con su mano busco a Finn pero no logró encontrarlo, agarró su bandada que había dejado la noche anterior en el velador, se la amarró, bajo de la cama y fue a buscar a Finn, al bajar las escaleras lo encontró cocinando.
-Buenos días Finn. -Hablo el moreno tallandose los ojos.
-Buenos días bello durmiente. -Hablo el castaño mientras embozaba una pequeña sonrisa haciendo enojar al mayor.
¿que horas son? -Pregunto algo desconcertado el moreno.
es medio día, ya era hora que te levantaras. -Dijo el menor mientras servía el desayuno en los platos.
los chicos después de desayunar se dirigieron al parque, se sentaron debajo de un árbol y empezaron a charlar, el castaño apoyó su cabeza en el hombro del contrario, de la boca del mayor solo salió un "te quiero", siguieron hablando durante horas, ya estaba anocheciendo así que optaron por regresar a la casa del castaño.
al regresar Robin se despidió de Finn, el camino estaba algo oscuro, el moreno sentía que lo seguían, empezó a desviarse de su camino, a lo lejos vió a su casa, detrás de él venía un señor vestido totalmente de negro, Robin empezó a corre al ver que el hombre también empezaba a correr acelero el paso.
Al llegar a su casa abrió la puerta rápidamente, sintió como un peso de encima se quitaba, se acercó a la ventana vió al hombre pasar, claramente ya no era un niño ya tenía quince años tenía que defenderse, pero estaba algo asustado, recordaba todo lo que le había pasado en su niñez.
Empezó a escuchar como tocaban su puerta, eran golpes suaves que con el tiempo empezaron a volverse cada vez más bruscos, Robin tenía demasiado miedo llegando al punto de desmayarse.
