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Un nuevo día, y una nueva mañana en la que es despertada por los lengüetazos de su amada mascota.

Resignada a continuar en su lecho, Rei se levantó, frotándose los ojos algo hinchados por su extenso descanso. Se dio un momento para recobrar el sentido del espacio-tiempo y tomó su celular.

1:00 pm.

"... Mierda"

...

"¡¿Por qué siempre me sucede lo mismo?!" reclamó a la nada mientras se cepillaba los dientes desesperada, sabiendo perfectamente que la única responsable de su ciclo de sueño era ella misma.

Por culpa de aquella vergonzosa "revelación" la noche anterior, olvidó por completo configurar su alarma para temprano en la mañana. Normalmente no importaba su tardío despertar, pero ese día debía ser diferente. ¡Ya qué había invitado a sus vecinos a cenar en su hogar!.

Tantas cosas y tan poco tiempo para hacerlas antes de que llegara el anochecer. Maldijo por milésima vez al tropezarse con sus propios pies después de colocarse el calzado.

Ni siquiera recordó despedirse de su mascota antes de cerrar bruscamente la puerta al salir.

Comenzó a hacer una lista mental mientras caminaba:

Primero, debía comprar algunos platos y cubiertos nuevos, al ser una sola persona en casa definitivamente no alcanzaría la cantidad de vajilla actual.

Segundo, comprar todo lo necesario para preparar la cena, los ingredientes serían...

¿Serían?

«Un momento» Se detuvo a media calle con la mente en blanco.

«¡¡¡NI SIQUIERA HE DECIDIDO QUÉ COCINARÉ!!!»

Transitó el camino hasta el Don Quijote más cercano, pensando. ¿Qué platillo podría preparar?

¿Lasaña? No, no tiene horno para hacerla.

¿Pizza? No, que no tiene horno.

¿Pavo al horno-? Tiene que ser una puta broma.

¡¿Acaso su inútil cerebro no podía darle alguna sugerencia viable hoy?!

Recorrió los pasillos del gran establecimiento en busca de lo que necesitaba, deteniéndose al descubrir entre los estantes un electrodoméstico bastante peculiar; el cuál le dio la respuesta para su dilema del día.

"Esto funcionará" se dijo a si misma.

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(Léase con el tema de Karamatsu de fondo)

Karamatsu se encontraba en el techo de su morada, usando sus característicos lentes de sol.

"¡Oh sunshine!, hoy brillas con una intensidad inigualable" se llevó una mano a la frente mientras observaba la gran bola roja en el cielo y sonrió ampliamente.

"Heh... ¿Habrá alguna forma de poder brillar con tal determinación al igual que tú?" Se le vinieron a la mente algunas formas de lograrlo.

Ahora, helo aquí, en medio de la ciudad con un gran cartel en sus manos que decía "abrazos gratis", con la esperanza de hacerle el día a alguien. Cosa que fracasó mordazmente, ya que tenía más de 2 horas allí sin recibir la más mínima atención de algún individuo de la multitud.

"Oh sunshine" repitió está vez irritado, sacudiéndose la chaqueta de cuero que lo acaloraba sin piedad.

Por alguna razón, sentía la culpable necesidad de llevar a cabo buenas acciones ese día, como si debiera saldar una deuda pendiente con el que nos ve desde arriba. Deuda que es conocida religiosamente como pecado.

🍒༺Cerezas en Almíbar༻🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora