Vida popular (Xiaoven) [Original]

16. Un nuevo yo

Jean buscaba a Venti por todas partes, tenía algo importante que decirle, pero no lograba divisarlo por ningún sitió. 

- ¡Venti! - llego a la entrada del hotel, encontrándolo con Xiao, al parecer habían salido a dar una vuelta.

Al parecer de Jean aquellos dos se habían hecho muy cercanos. Ella lo sabía, ya que siempre hablaba con el hermano de la jefa del hotel, el mencionaba que su hijo apenas dormía en casa, sino que se quedaba con el Idol. Eso la verdad, le parecía algo bastante cuestionable. No sabía que Venti y Xiao se llevaban tan bien, y ella notaba, que algo no encajaba en todo lo que escuchaba.

Estaba bien que Xiao se quedara de vez en cuando a dormir con Venti, pero... en esta ocasión, era todos los días.

- Hola Jean - saludo el Idol con una sonrisa.

- ¿Dónde estabais? 

- Salimos a dar una vuelta con Zuzu, ¿Por?

- Tengo algo importante que comentarte - y con eso Jean se llevo a Venti dejando a Xiao solo. A este no le importo demasiado, sabía que el Idol tenía una vida ocupada, así que simplemente se dirigió a su habitación para esperarlo. 

Venti cerro la puerta de un portazo, y se tiro en su cama, para acurrucarse entre los brazos de Xiao, había tenido suficiente. 

- Ven... ¿Qué pasa?

- Solo quiero un abrazo - Xiao dejo su teléfono a un lado para poder acariciar la cabeza del joven Idol. El mismo se había prohibido enamorarse, pero con Venti cerca, se le hacia demasiado difícil. 

Jean entro de golpe en la habitación, parando en seco cuando vio la escena, lo último que se esperaba era ver a Venti abrazando a Xiao. 

- Jean quieres hacer el favor de dejarme... - a diferencia del Idol, el guardaespaldas no pensaba decir nada, si verlos así podía hacer que Jean sospechara o descubriera algo, ya le daba igual, aguantaría las consecuencias.

- Esa cercanía se puede malinterpretar - la asistente se mantenía firme ante sus palabras. 

- No te preocupes, no estas malinterpretando nada - Xiao se quedo de pierda, y de inmediato miro a Venti, el cual parecía muy tranquilo. El aguantaría las consecuencias, pero hubiera estado mejor si nadie se hubiera enterado de nada.