III

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Maldijo cuando en el último paso su pie se golpeó

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Maldijo cuando en el último paso su pie se golpeó.

Yeonjun corrió en su auxilio, ayudándolo a levantarse, totalmente preocupado de que se haya lesionado o lastimado muy fuerte.

—¿Estás bien?— preguntó llevándolo del brazo hasta la silla—. ¿Te golpeaste muy fuerte?

El menor negó—. No, no, estoy bien— falsamente sonrió.

Realmente sí le dolió, pero igual quería esconder su dolor.

Al menos por una vez.

—No te sobre esfuerces tanto, Gyu, te haces daño— nuevamente lo miró con sus típicos ojos suplicantes—, por favor.

—Quiero que salga perfecto para el día de la presentación— del mismo modo contestó—. No te preocupes por mí, estoy bien.

Se levantó una vez más, cojeando un poco del lado de su golpe, pero nada le detendría a seguir practicando.

Como presentación anual, Beomgyu había recibido un solo de baile. Era la primera vez que le escogían, y realmente no quería echarlo a perder.

Generalmente habían muchos caza talentos en esas presentaciones, por lo que podría ser una gran oportunidad para que él hiciera lo que le gustaba, de una manera más profesional.

Retomó su posición inicial en el suelo, dejando su espalda completamente en el frío piso.

Yeonjun suspiró antes de poner la melodía nuevamente.

Odiaba ver la sobre carga que estaba teniendo el menor, a pesar de que sabía que era algo que le gustaba, estaba llevando eso un poco al otro nivel.

Aunque bien por él, pues comenzaba a aprenderse el baile, y quizá algún día puedan hacer un dueto.

El sonido de las teclas de la canción le recordaban como Gyu todas las noches se sentaba en la ventana.

A veces ni siquiera él lo entendía, así que prosiguió con memorizarla.

Cuando finalmente terminó luego de unos minutos, sólo la respiración agitada por los pasos se oía en el salón.

—No importa cuántas veces lo practiques, te seguirá saliendo perfecto— comentó Yeonjun.

—Mentir es malo— le fulminó con una mirada.

—Sobre cargarse también— atacó del mismo modo.

El menor tomó sus cosas, cambiándose los zapatos de baile que llevaba, por otros un poco más cómodos para su regreso a casa.

Sentía la mirada del otro encima, pues sabía que tenía razón, mas quería ignorarlo.

Cuando se levantó, tomó sus cosas y comenzó a caminar en dirección a su casa sin decir mucho, seguido de Yeonjun por varios metros.

—¿A dónde vas?— gritó a lo lejos.

—¡A casa!— respondió.

Paró en seco en la esquina, fijándose a los dos lados antes de cruzar la calle.

—Veo que has aprendido a no cruzarte la calle como inmortal— sintió a Yeon a su lado.

Una vez más le fulminó con los ojos, eso sí no lo consideró gracioso.

—No me hagas arrepentirme de ir— dijo.

—Bien, bien— levantó sus manos, en señal de tregua, la verdad es que se estaba vengando de su chiste sobre ser pesimista de la mañana, pero no le salió como esperaba—me callo, andando.

—Bien, bien— levantó sus manos, en señal de tregua, la verdad es que se estaba vengando de su chiste sobre ser pesimista de la mañana, pero no le salió como esperaba—me callo, andando

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Talking to the Moon (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora