Pasada la media noche, luego de que Taehyun lo dejara en su casa, se sintió totalmente solo, y ahora, más vacío que nunca.
Ahora de verdad estaba solo.
Se quitó los zapatos en la entrada, notando que ahora sólo era un par de ellos, y eran los suyos.
Se dirigió hasta la cocina, aún sin quitarse su mochila.
Tomó la taza, haciendo el mismo procedimiento de la mayoría de sus noches, para prepararse su té e irse hasta su habitación.
En lo que esperaba que su agua calentara, fue hasta su cuarto, arrojando la mochila en su cama, y buscando su pijama.
Se colocó aquella vieja camisa, junto con sus pantalones para poder dormir un poco más cómodo, despojándose de las prendas que fueron parte de una excelente obra horas atrás.
Escuchó los cinco pitidos del microondas, y se dirigió hasta la cocina nuevamente.
Sacó la taza, y buscó en la alacena el paquetito de té, y con ello encontró el pan con el que haría su emparedado.
Aquel sandwich que Yeonjun especialmente le había enseñado a hacer.
Sería toda una merienda nocturna.
Pero revisando su teléfono, se notificó de la hora, dándose cuenta de que no era momento de cocinar, por lo que sólo se dispuso a preparar su té.
Teniendo todo nuevamente listo, se dirigió hasta el sofá de su cuarto, donde se sentaría a hablar.
Dejó en la mesita de noche la taza, de pie junto a la cama, abriendo su mochila, y sacando aquel pequeño trofeo, que dejó al lado de su pieza, justo en medio de las fotos.
Una foto de él con Yeonjun en uno de sus viajes, y otra foto sólo de Yeon, sonriendo, y foto que saludaba todas las mañanas.
—Esto lo ganamos juntos— dijo con una sonrisa.
Yéndose del lado de la cama, con la taza en manos nuevamente, fue hasta la ventana, la cuál abrió, dejando que la luz de la luna entrara por el cuadro.
Sintió como se bañaba con aquel suave plenilunio, con el brillo de las estrellas en su piel blanca y sus mejillas.
Suspiró alzando su vista.
—Hey— sonrió suave, abriendo sus ojos y tomando un sorbo del té—. Tenías razón, ya escuché que los vecinos dicen que estoy loco— negaba riendo.
De verdad parecía que había perdido la cordura, como un cínico riéndose mientras se tragaba sus lágrimas.
Tomó otro sorbo, sintiéndolo un poco más dulce.
—Pero ellos no entienden que eras todo lo que tenía.
Un sollozo se escuchó cuando vió que aquella misma estrella que había iluminado más que el resto la noche que rompió en llanto, volvió a hacer lo mismo.
Darle la señal que él tanto quería, haciéndole entender que había alguien al otro lado que lo escuchaba todas las noches, y que siempre lo acompañaba.
Dió otro sorbo, tomándolo todo de un solo, y dejando la taza a un lado.
—¿Estás al otro lado, verdad? ¿Siempre estás conmigo?— la estrella brillaba nuevamente.
El chico sonreía, observando ahora la foto de Yeonjun, que le sonreía a él.
Y sonrió. Siempre era fácil sonreír cuando Yeon lo hacía.
Volvió su vista al astro.
—Te quiero devuelta— susurró, pero se dió cuenta de lo que estaba diciendo.
La idea era poder despedirse él también, como ya Yeonjun lo había hecho con él.
Era momento de dejarlo ir.
—Trataré de ser feliz— dijo—. Seré feliz por ti y por mí, porque sé que estás ahí afuera, en algún lugar muy lejano; pero, aún así, trataré de ser feliz por nosotros dos.
La estrella le brilló una vez más.
Lejos de sentirse vacío, se sentía acompañado ahora que sabía que, hablando con la luna, alguien siempre iba a escucharle.
Alguien siempre iba a estar para él.
—Te amo, Yeonjun. Nos vemos.
Dijo antes de levantarse, cerrar la ventana y dirigirse a su cama, dispuesto a dormir.
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Talking to the Moon (Yeongyu)
Fanfiction❝Mientras yo te acompañe, nadie puede lastimarte❞ » La última cosa que él necesitaba, era verlo feliz. ✧ADAPTACIÓN! TODOS LOS CRÉDITOS A LA/EL AUTOR CORRESPONDIENTE.