Talking to the Moon (Yeongyu)

XII

—¡Cumpleaños feliz a ti, te deseamos a ti, feliz cumpleaños querido Beomgyu , feliz cumpleaños a ti!

Con soplar las velas, y quedar todo oscuro nuevamente, el resto de los presentes aplaudieron.

El día de su cumpleaños, y el día antes de la presentación, sus amigos se habían reunido en la casa de Soobin para celebrar los diecinueve de Beomgyu .

Hueningkai y Heeseung habían comprado dos botellas de vodka, decididos a embriagarse para celebrar el cumpleaños del castaño.

El mismo hubiese querido unírseles, pero mañana sería la presentación y él debía estar en todos sus sentidos para no echarlo a perder.

Todos habían sido invitados, incluso Taehyun estaba ahí con sus amigos.

Yeonjun por su lado, observaba, tratando de disfrutar a su manera el cumpleaños del chico.

Lo vió reír junto a Taehyun , Soobin y Huening en su noche.

Se veía lo suficientemente feliz.

—Gyuuuuu— Heeseung lo abrazó por los hombros, su boca expedía el olor al licor, embriagando un poco a beomgyu —. ¿Estás pasándola bien?

De una forma total y completamente responsable, Soobin hacía los cortes de pastel para poder repartirlo entre todos.

Al igual que sabía que Beomgyu no podía tomar, tampoco podía desvelarse, por lo que la repartición del pastel, debía ser la parte más extensa, para que el pecoso pudiera compartir con sus amigos y luego irse a su casa.

—Sí, hyung— dijo guiándolo hasta el sofá, al lado de un ya un poco alcoholizado Huening .

Lo sentó ahí antes de que una tragedia sucediera.

Taehyun se acercó a él con una sonrisa y le extendió su pedazo de tarta.

El chico la aceptó sin quejas, tomándola entre sus manos para comenzar a comerla.

Se sentía feliz, no iba negarlo, pero sabía que una parte de sí no estaba donde quería estar, y sabía a qué, o bueno, a quién se refería.

Aún así, antes de ir hacia su cama debía pasar por aquel lugar. De visita.

—Tus amigos son muy simpáticos— dijo llevando otro trozo a su boca—. Aunque ese chico ChangBin se ve solitario.

—Siempre fue así— se encogió de hombros—. Dice que él vive la soltería a lo grande, así que siempre fue así.

Taehyun asintió.

No iba a negar que un aire frío a su lado, se le hacía presente y le daba un muy pequeño escalofrío, como si alguien estuviera sentado a su lado, pero realmente no había nadie.

Beomgyu vió la hora, notando que se le hacía un poco tarde, y se apresuró a comer su pedazo de pastel.

Por dentro no quería, sabía que el sabor de la frutilla camuflaba el vodka que llevaba su pastel, pero aún así debía irse para que el lugar no se le oscureciera tanto.

Cuando lo terminó, se levantó y fue a dejar el plato que había usado.

—Oigan— dijo saliendo de la cocina, llamado la atención de los que estaban ahí—, realmente muchas gracias por haber esto, significa mucho para mí— sonrió.

—No es nada, Gyu— sonrió Soobin .

—Yo ya debo irme, debo pasar por un lugar antes— dijo, yendo hasta su mochila para tomarla. El resto asintió.

Todos los demás ya sabían hacia donde se dirigían, todos menos Tae, que lo vió extrañado.

Yeonjun se levantó y se dirigió a su lado, dispuesto a salir con él.

—¿Quieres que te acompañe?— Taehyun se acercó también.

—No es necesario— sonrió.

Con algo de duda, el chico asintió, apartándose para que se pudiera dirigir a la puerta.

—Gracias a todos— dijo tomando la perilla—. ¡Nos vemos mañana!

—Te queremos, Gyu— Huening sonrió suavemente.

—Mucha suerte mañana, pequeño— se despidió ChangBin. El resto le sonrió gentilmente.

Y dicho eso se fue.

Quería llegar al lugar antes de que se le hiciera más noche, y por supuesto, antes de que le cerraran la libertad del lugar.

Iba haciendo mente mientras traía a Yeonjun detrás de él, recordando que había dicho margaritas.

Se imaginó que no se marchitarían tan rápido a comparación de las otras flores.

A lo lejos pudo diferenciar la entrada del lugar, caminando un poco más rápido, sintiendo un poco el frío.

Unas cuantas cuadras más, y llegó a la floristería, o bueno, hasta la mujer que se encontraba afuera vendiendo flores.

Escogió el más lindo ramo de margaritas que vió, y se giró sobre sus talones para emprender viaje hasta dentro de ese frío lugar.

Sólo el sonido de sus pasos le acompañaban, y bueno, Yeonjun .

—¿No te da frío este lugar?— preguntó Gyu, quien caminaba un poco más despacio, tratando de hallar el lugar.

—Al principio— se encogió de hombros—, pero ya me acostumbré.

Dobló en la derecha. En un inicio, encontrar el lugar era casi como un laberinto, pero luego de tantas visitas, finalmente el mapa se armó en su cabeza.

A lo lejos lo distinguió, sonriendo suave y melancólicamente.

—Oh, mira está muy sucio a comparación de cuando vine la última vez— se arrodilló cuando estuvo en frente.

—¿En serio crees que esta gente limpia las lápidas?— Yeon alzó sus cejas.

—Lo creía, ya ví que no.

Con su mano, Gyu limpió un poco aquel pedazo de cemento, que ya se encontraba un poco más sucio a como lo encontraba siempre.

Sonrió dejando las flores ahí, sintiendo como lágrimas brotaban de sus ojos con el pasar de los segundos.

Se sentó y con la manga de su camisa limpiaba su rostro.

Apenas su vista se volvió a nublar por la lágrimas, y no pudo apreciar bastante bien aquella cosa.

—Feliz cumpleaños, Beomgyu — sintió a Yeonjun sentarse a su lado, rodeando su cintura con un brazo.

Apoyó su cabeza en el hombro del otro, borrando algunos rastros de lágrimas, y alzando los costados de sus labios, en una muy, muy suave sonrisa.

—Gracias— dijo—. Feliz aniversario, Yeonjun. Te amo.

Sintió un cálido beso en su cabellera.

Limpió sus ojos, apreciando aquel objeto con todo su dolor.

« En memoria de Choi Yeonjun »

13-septiembre-1999 ~ 13-Marzo-2019

"por haber sido esa persona que todos
siempre quisimos tener, y llevaremos
en nuestro corazón por siempre "