Carlie no es tan bonito como Karlie.

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— ¡Tienes que estar bromeando! —Melanie me toma de la mano—. ¿Te invitaron dos chicos y tú piensas que no fue nada importante?

La miro con cara desinteresada. —Mel, ellos solo serán parte del club y además son nuevos, tal vez solo quieren ser amigables y ya.

En ese momento Rossy se acerca con su cabello corto, teñido de un rojo otoñal, como el que adquieren las hojas en la penúltima temporada del año. Se lo cambió durante el verano y le queda bastante bien.

—Hola Karlie —sonríe amablemente y voltea con Melanie—. Hola Melly. —Mel le envuelve un brazo con los dos suyos y recuesta su cabeza en su hombro.

—Ay por favor no sean así frente a mí —cierro los ojos—. ¿Acaso tienen que recordarme lo soltera y despechada que estoy?

Rossy se ríe. —Lo siento, Karlie —me da una palmada en el brazo—. ¿Aun nada ha sucedido con Adam? ¿No ibas a pasar la tarde co él?

Solo hablando.

Llevo mi dedo a mi boca y abro mis ojos. —Shh, no digas tan fuerte su nombre, puede escucharte.

Melanie suspira. —Ese chico no se da cuenta de lo que sientes aun si se lo gritas en su cara —le da una mirada a Rossy—. Hombres.

Hombres, sin duda.

Tomo mis trenzas. —No es justo, siempre pensé que él y yo tendríamos un romance durante toda la secundaria y nos casaríamos a los veinte años, tendríamos muchos perros chihuahuas y cultivaríamos nuestros propios vegetales en nuestra pequeña casa cerca de un lago.

Rossy levanta una ceja. —Vaya, eso es tan especifico.

Melanie asiente. —Y un poco espeluznante.

Levanto la mano en el aire y la sacudo. —Déjame soñar, nadie ha muerto aun por soñar.

—Creo que alguien murió porque su sueño era volar y se lanzó de un edificio —afirma Rossy, bromeando.

Levanto mis brazos y me acerco a ellas para envolverlas en un abrazo. —No quiero morir soltera, ¿Qué voy a hacer?

Rossy ríe mientras me da unas palmaditas en el brazo. —Eres muy linda, Karlie. Si las cosas no funcionan con Adam, vendrá alguien más.

—Alguien mejor —murmura Mel.

Me separo con las manos con la cadera. —Dudo que eso ocurra, él es el único que yo quiero.

En ese momento veo que Mason y Erick se acercan, caminando con sus distinguidos estilos diferentes. Erick lleva una camisa polo verde, unos pantalones azules y zapatillas deportivas. Mason lleva una camiseta negra y encima una roja de botones pero abierta, como si fuera una chaqueta. Su pantalón es negro con agujeros en las rodillas y botas estilo militar.

—Karlie —Erick se acerca sonriendo, Mason también pero no sonríe mucho—. ¿Cómo estás?

—Igual que ayer solo que un poco más cansada —respondo—. Tuve que pasarme toda la noche averiguando si los miembros del club tienen antecedentes penales.

Mason suelta un poco de aire, como una risa ligera. — ¿En serio? —Erick levanta las manos—. No, yo estoy limpio totalmente.

Mason coloca su mano sobre el hombro de Erick y da un paso al frente mientras que Rossy y Melanie ríen. —Hombre, que ella está bromeando, ¿Aun no lo captas?

Erick suspira. —Karlie, creo que tendré que leer un diccionario para entenderte.

Me encojo de hombros. Siento los ojos de mis amigas, las señalo y las presento: —Ah, ellas son Melanie y Rossy, antes que lo pregunten no están solteras y son una pareja muy feliz y cursi —ahora las veo a ellas—. Estos chicos son Mason y Erick, dos de los diez del club. Diez sin contarme pero yo no haré nada más que papeleo así que no importa.

EL CHICO MENOS PROBABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora